REMEDIOS PARA EL ALMA (27)

Recuerda:

"Era un antiguo dicho: "Todos los caminos conducen a Roma", y en su época era muy cierto, ya que los caminos empedrados los construyeron los romanos, poseedores de un fenomenal éxito.

Ahora hay cientos de caminos al éxito, pero el verdadero que lleva a uno pleno y duradero, capaz de sobrepasar nuestras vidas, es: 'El amor'. He andado por varios y tomado lo que supuestamente eran atajos, para al final verme con las manos vacías y habiendo perdido mucho más.

Gente que amaba me abandonó, me dio su espalda y se marchó. Construí, sin siquiera pensarlo, mi camino a una fría y sufriente carcel, la soledad. Dejé de reír, de cantar, como el Rey David, a la vida misma, totalmente agradecido.

Hoy, después de haber empezado muchas veces desde menos 100, puedo asegurar con toda certeza que es el amor el verdadero camino al éxito en todos los niveles. Se terminó el tiempo de odiar; debo extraer todo el veneno que corre por mis venas.

Toda la bronca, la envidia, se va hoy de mi torrente sanguíneo. Basta de peleas, de gritos, de violencia, que nos aleja del amor a uno mismo y al prójimo, del respeto a todos por igual, sin mirar a quién o el porqué.

Sí, sí o si no, hoy renaceré renovado, ya que el viejo yo yace sepultado. Es una gran mentira que a la cima del éxito se llega solo; se llega en equipo, en un grupo común de personas que se quieren y respetan entre sí, con amor sin fisuras.

Y de esto se trata el empinado y laborioso camino: en amarme y amar al prójimo en desandarme por dentro en sinceramente conocerme que en definitiva el prójimo no es tan diferente a mi, en vaciarme y no permitir que vuelvan habitar dentro mío pensamientos oscuros estar atento en ver con que ideas alimento mi espíritu y que declaró, escucharme a mi mismo si de mi emana amor o otra cosa, en enseñar al que está enfrente mío que por algo Dios lo puso ahí, que se ame y ame a los demás. Cambiar maldad por deseo de ayudar, día tras día, construiré puentes, lazos sólidos de mi corazón hacia el corazón de los demás y esparsire esa doctrina por donde quiera que valla.
Está será mi máxima número 1 "AMAR".

Y con el tiempo, que nunca se detiene a esperar a nadie, se verá la marcada diferencia. No puede ser sencillo, ya que he pasado más de la mitad de mi vida haciendo lo contrario, pero hay algo en mí que lo reclama.

Tal vez ese niño indefenso, desconocedor de todo y necesitado del prójimo para crecer y sobrevivir, sin más que su encanto natural. Me poblaré de recuerdos válidos de cada persona que me cruzó y me enseñó, me arropó, me alimentó y limpió mis miserias en este duro pero a la vez hermoso camino.

Sé, por fin, que esta vez voy a lograrlo, porque no estaré solo nunca más, y eso ya es, un exito en si mismo ya que mi corazón vuelve a ser feliz como antes...



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