Una de las mejores cosas de la vida, es el aprender a disfrutar y dar las gracias, por los regalos que día a día te da la existencia. Y esto lo digo, ya que ayer, salí a realizar unas compras, y al llegar a la parte baja del edificio, me conseguí con un par de vecinos, que estaban quejándose de la situación económica y política del país, y lamentándose de su realidad.

A mí, en realidad, ese tipo de conversaciones, no me gustan, y les recomendé, que vieran las cosas hermosas que nos da la vida, y que no se quedaran ensimismados, en los pensamientos negativos y en sus molestias. Al final, me dijeron que no había nada hermoso en la vida para ellos. Yo, simplemente me despedí, y fui a realizar mis compras, al mismo lugar de donde ellos habían venido.

Y la verdad, es que en el camino, de casi un kilómetro, que hay desde mi casa, hasta las tiendas, vi imágenes muy hermosas, y de verdad me alegraron mucho el día. Lo primero que debo decir, es que realmente disfruté del calor del sol al empezar a caminar, así que lo primero que hice, fue dar las gracias a Dios, al universo y la vida, por la energía y la sensación que me daba en ese momento el astro rey.

Y después de caminar un poco, me conseguí con varias imágenes hermosas, entre ellas, las de la casa de Villa Zoila, que es un patrimonio histórico de nación, rodeada de un hermoso jardín, con un frente, que posee una reja colonial de mediados del siglo XIX, y una cantidad de árboles, llenos de vida, que están en la avenida que pasa frente a la casa.

Al ver los árboles, disfruté mucho, de lo que yo llamo la arquitectura sagrada, y en medio de las ramas de los árboles, vi algo grandioso, que eran, las guacamayas, y a un par de árboles de donde estaban ellas, había unos gavilanes, y en la parte de arriba de un farol de luz, había un zamuro (buitre negro americano) de pie.

Y al ver tanta belleza y tanta riqueza natural junta, que se unía a la convivencia de aves como las guacamayas, con gavilanes sin atacarse, y al ver inclusive garzas blancas, gallinas y gallos, conviviendo en un mismo ambiente, con aves de presa. Me pregunté a mí mismo, cómo mis vecinos, no podrían disfrutar de algo tan maravilloso.

Y me di cuenta, de que su mente estaba contaminada, con preocupaciones, diferentes pensamientos y muchas molestias, y eso no les permitía, ver las maravillas, que hay en el entorno que les rodea.

Finalmente, fui a realizar mis compras, saludé, y conviví con otras personas, y realmente estaba muy alegre y contento, en ese momento, me di cuenta de lo importante, que es el vivir en el aquí y en el ahora, ya que eso nos permite, disfrutar cada instante de nuestra vida a plenitud, y realmente nos llena el espíritu de alegría. Y decidí tomar estas imágenes, y compartirlas con ustedes, al comentar esta historia.