Premonición o cálculo y el destino de los guantes de un arquero (SPA-ENG)
Una de las buenas cosas de tener años acumulados es que también acumulamos recuerdos, generalmente de los buenos ya que los malos gracias a algún mecanismo probablemente relacionado con la autodefensa, hace que la mayoría de los seres humanos los olvidemos, los cambiemos en una metamorfosis más benigna o simplemente atesoremos la enseñanza desechando el resto.
Pocos días atrás en un comentario que intercambiamos a propósito de una publicación con @soylegionario comenté algo sobre los mundiales que pudimos ganar y no se concretaron en los años 1990 y 2014, por supuesto no hablo del de 1930 ya que tan viejo no soy.
Recuerdo el mundial de 1990 en casi todos sus detalles, desde la música oficial que para mí fue el himno más hermoso de todas las copas mundiales disputadas hasta ahora y que trasmitió un verdadero sentimiento de fiesta, alegría y competencia como ningún otro, hasta los encuentros disputados por nuestra selección, las grandes satisfacciones y la frustración final que como mencioné al principio se transformó con los años en una remembranza agridulce.
La primera rueda la pasamos "raspando" como solemos decir por aquí cuando algo sucede de una manera muy ajustada y no con la holgura cómoda supuesta previamente. Comenzamos perdiendo con Camerún, algo totalmente impensado. En ese encuentro el equipo africano ejerció una violencia poco vista en un mundial castigando en reiteradas oportunidades a los jugadores argentinos con cierta pasividad del árbitro, aunque finalmente terminaron con 9 jugadores debido a dos expulsiones, sin embargo, se llevaron la victoria. Injusta, pero en definitiva contaron los tres puntos para ellos, Maradona terminó ese encuentro con el tobillo muy hinchado.
Eso nos complicó la clasificación y finalizamos la primera ronda como uno de los mejores terceros, con apenas un triunfo y un empate. Debimos jugar octavos de final con Brasil, justamente nuestro rival más temido y que venía de ganar su grupo invicto obteniendo los 9 puntos en disputa, sin demostrar demasiado pero así son ellos, parece que no van a rendir como siempre se espera y en las fases definitorias sacan a relucir su juego y sus estrellas y terminan dando el espectáculo esperado. Bueno al menos así lo hacían hasta hace unos 20 años atrás cuando empezaron una etapa gris de la que todavía no se recuperan. Lo cierto es que ahí estábamos disputando el encuentro y Brasil demostró su superioridad durante casi todo el partido, varias atajadas y alguna ayuda de los postes para aguantar el empate hasta que Maradona frotó la lámpara y con un pase magistral dejó solo al "pájaro" Caniggia frente al arquero, 1 a 0 y a llorar al campito decíamos de niños para indicarle a nuestros rivales que fueran a asimilar su malhumor y su derrota a otra parte. Ganamos injustamente, casi como una revancha de lo de Camerún y lo hicimos nada menos que frente a nuestro clásico rival.
Luego en cuartos de final nos tocó en suerte la ahora desaparecida República de Yugoslavia, hay un adagio que menciona que cuando uno no quiere dos no pueden y así ocurrió en ese aburridísimo encuentro, los yugoslavos se dedicaron a dar pases entre sus defensores y arquero, de no avanzar más allá del medio campo durante casi todo el encuentro, nuestra representación demostró una muy modesta capacidad ofensiva, quizás debido a que nuestra estrella, Diego Maradona, nunca se pudo recuperar totalmente del golpe en el tobillo en la primera fecha. El encuentro fue a alargue y luego a penales, recién ahí con una gran actuación del arquero Sergio Goycochea que atajó dos, Argentina se pudo imponer, de golpe e impensadamente estábamos en semifinales, debíamos enfrentar al anfitrión y gran candidato, Italia.
Por aquel entonces un periodista argentino que cubría el evento para nuestro país y que para más datos es un matemático muy reconocido en los ambientes académicos, le dijo a Goycochea que el encuentro con Italia iba a tener una definición similar, empataríamos en los 90 minutos y en el alargue y que el volvería a atajar dos penales para llevarnos a la final. Por supuesto el arquero lo miró extrañado y para reafirmar su seguridad en el pronóstico, el periodista le dijo que, si todo ocurría de la manera en que él lo había previsto, el arquero debía regalarle los guantes que utilizaría en ese encuentro.
La historia posterior es conocida y recordada por todos los argentinos y los italianos que vivimos aquella semifinal, el encuentro fue bastante parejo y terminó empatado en un gol por bando, la paridad no se quebró en el alargue; en la serie de penales Goycochea volvió a atajar dos y la Argentina paso a la final con Alemania donde tristemente fuimos derrotados y nos quedamos a un paso de la tercera copa, en ese momento veníamos de ser campeones en 1986 y finalistas en 1990, nadie pensaba en aquel tiempo que nos costaría 32 años poder ganar esa tan ansiada tercera estrella.
Por supuesto los guantes quedaron en poder del periodista que luego dejó esa profesión para abrazar de lleno a las matemáticas y la docencia, nunca mencionó si lo suyo fue una premonición o un cálculo exacto.
Premonition or calculation and the fate of an archer's gloves
One of the good things about having accumulated years is that we also accumulate memories, generally the good ones, since the bad ones, thanks to some mechanism probably related to self-defense, make most human beings forget them, and we change them into a more metamorphosis. benign or simply treasure the teaching discarding the rest.
A few days ago, in a comment that we exchanged regarding a publication with @soylegionario, I commented on the World Cups that we were able to win and they did not materialize in the years 1990 and 2014, of course, I am not talking about the 1930s since I am not that old.
I remember the 1990 World Cup in almost all its details, from the official music, which for me was the most beautiful anthem of all the world cups held so far and which conveyed a true feeling of partying, joy, and competition like no other, to the matches disputed by our national team, the great satisfactions and the final frustration that, as I mentioned at the beginning, became a bittersweet remembrance over the years.
We spent the first wheel "scraping" as we usually say around here when something happens in a very tight way and not with the previously assumed comfortable clearance. We started losing to Cameroon, something totally unthinkable. In that match, the African team exerted violence rarely seen in a World Cup, repeatedly punishing the Argentine players with a certain passivity from the referee, although they finally ended up with 9 players due to two expulsions, however, they took the victory. Unfair, but ultimately the three points counted for them, Maradona ended that match with a very swollen ankle.
That made it difficult for us to qualify and we finished the first round as one of the best third-placed teams, with just one win and one draw. We should have played the round of 16 with Brazil, precisely our most feared rival and who had just won their group undefeated, obtaining the 9 points in dispute, without showing too much but that's the way they are, it seems that they are not going to perform as expected and in the phases, Definitive ones bring out their game and their stars and end up giving the expected show. Well, at least that's how they did it until about 20 years ago when they began a gray stage from which they still haven't recovered. The truth is that we were playing the game there and Brazil demonstrated its superiority for almost the entire game, with several saves, and some help from the posts to hold on to the tie until Maradona rubbed the lamp and with a masterful pass left the "bird" alone. Caniggia in front of the goalkeeper, 1 to 0, and crying in the field we used to say as children to indicate to our rivals that they were to assimilate their bad mood and their defeat elsewhere. We won unfairly, almost like revenge for what happened in Cameroon, and we did it against our classic rival.
Then in the quarterfinals, the now-defunct Republic of Yugoslavia was lucky, there is an adage that mentions that when one does not want two cannot and that is what happened in that boring match, the Yugoslavs dedicated themselves to giving passes between their defenders, and goalkeeper, Despite not advancing beyond midfield for most of the match, our representation showed a very modest offensive capacity, perhaps because our star, Diego Maradona, was never able to recover from the ankle blow on the first round fully. The match went to extra time and then to penalties, just then with a great performance by goalkeeper Sergio Goycochea who saved two, Argentina was able to prevail, suddenly and unexpectedly we were in the semifinals, we had to face the host and great candidate, Italy.
At that time, an Argentine journalist who covered the event for our country and who, for more information, is a well-known mathematician in academic circles, told Goycochea that the match with Italy was going to have a similar definition, we would tie in 90 minutes and in the extra time and that he would save two penalties to take us to the final. Of course, the goalkeeper looked at him strangely and to reaffirm his confidence in the prognosis, the journalist told him that if everything happened the way he had foreseen, the goalkeeper should give him the gloves he would use in that match.
The subsequent history is known and remembered by all Argentines and Italians who lived through that semifinal, the match was quite even and ended tied with one goal per side, and the parity was not broken in overtime; in the series of penalties Goycochea saved two again and Argentina went to the final with Germany where sadly we were defeated and we stayed one step away from the third cup, at that time we had just been champions in 1986 and finalists in 1990, nobody guessed At that time, it would take us 32 years to win that long-awaited third star.
Of course, the gloves remained in the possession of the journalist who later left that profession to fully embrace mathematics and teaching, never mentioning if his was a premonition or an exact calculation.
Héctor Gugliermo
@hosgug
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¡Waw! Cuando contás el pase de Maradona a Caniggia, me invade la emoción, estimado Héctor. Sentir la alegría en las calles Correntinas; siestas que son muy tranquilas, se transformaban en aplausos, risas y emoción. Momentos de colegio secundario, que jamás olvidaré.
Gracias por traer, tan lindos recuerdos y de tanta calidad, al feed de la comunidad.
¡Saludos!
Si, a mi me embarga la misma emoción cuando lo escribo. Momentos imborrables que atesoramos en nuestro interior.
Gracias por leer y comentar mis publicaciones!!!
Abrazo enorme @palabras1
La historia moderna de la humanidad está íntimamente ligada a la historia del futbol, acá es donde los hombres venimos a llorar la mayoría de las veces! Dios tenga en su gloria al Pibe Maradona por todo lo que nos regló no sólo en este mundial sino en todos donde participó, a toda la selección de Bilardo,y a sus sucesores, a toda esa plana de arqueros como Goicochea hasta el Dibu... los recuerdos nos mantienen vivo y para mí en especial ese mundial del 90 también fue en todo el mejor que he podido vivir. Un abrazo desde Venezuela.
Muy bueno lo tuyo: "acá es donde los hombres venimos a llorar la mayoría de las veces!" es muy cierto.
Otro abrazo desde Buenos Aires y gracias por tus comentarios @gaborockstar".
@hosgug
https://twitter.com/FullDeportes6/status/1676999225391841290?s=20
@hosgug
https://leofinance.io/threads/view/fulldeportes1/re-leothreads-pokumlee