Greetings, friends of this community @throwbackthursday, where we always take a short trip down memory lane with the photographs we treasure in our memory boxes.

On this occasion, I would like to share with you an experience I had in 2020, when I was appointed minister of catechesis, a title I never imagined I would obtain in my life.

I have been serving in my parish as a Redemptorist layperson for more than 18 years and as an adult catechist for approximately 10 years. Those who know me know that I never applied to be a catechist; it was simply a calling I received after celebrating my confirmation, which I obtained after my church wedding.

When I received the invitation to join the catechists of my parish, at first I refused, saying that I did not have time to be a catechist and that I was not prepared for it, since I consider it to be a vocation that a person has and that it does not work for everyone.

I tried to dissuade the person who invited me with the excuse that I was not trained or qualified to perform such an important pastoral service, but I immediately received this response: “The Lord calls the busy and trains those who are called,” meaning that if we say yes to God, He will always accompany us with our burdens and will provide us with the wisdom to lighten the way.

That is how I began this service, guiding young and not-so-young people in their personal encounter with God. I confess that I fell in love with this service because, although it is not a paid job, I always come away blessed and satisfied for having helped people find their faith.

The title of minister does not make me a better person nor does it confer any authority on me; it simply commits me more to continue evangelizing more people through this beautiful service.

Thank you for accompanying me with your reading, and I hope to see you again another time.

Blessings to all.

• Images taken with Samsung Galaxy A12
• Cover created with Canva
• Text translator used: Deepl

TBT/ Recordando cuando recibí el ministerio de la catequesis

Saludos amigos de esta comunidad @throwbackthursday, donde siempre emprendemos un corto viaje al pasado con nuestras fotografías que atesoramos en el baúl de los recuerdos.

En esta oportunidad les quiero compartir aquella experiencia vivida en el año 2020, cuando me nombraron ministro de catequesis, título que nunca imaginé obtener en la vida.

Tengo mas de 18 años sirviendo en mi parroquia como laico redentorista y aproximadamente 10 años como catequista de adultos. Los que me conocen saben que nunca concursé para ser catequista, simplemente fue un llamado que recibí luego de haber celebrado mi confirmación, la cual obtuve posterior a la fecha de mi matrimonio eclesiástico.

Cuando recibí la invitación a formar parte de los catequistas de mi parroquia, al principio me negué afirmando que yo no tenía tiempo para ser catequista y que no estaba preparado para ello, pues yo considero que es una vocación que la persona tiene y no funciona para todos.

Traté de disuadir a la persona que me invitó con la excusa de no estar capacitado y apto para ejercer tan importante servicio pastoral, pero enseguida recibí esta respuesta: "el Señor llama a los ocupados y capacita a los llamados", queriendo decir con esto que si damos el sí a Dios, el siempre nos va a acompañar con las cargas y se encargará de brindarnos sabiduría para aligerar el camino.

Así fue como empecé en este servicio, orientando a los jóvenes y no tan jóvenes en el acompañamiento para que tengan su encuentro personal con Dios. Les confieso que me enamoré de este servicio porque, aunque no es un trabajo remunerado, siempre salgo bendecido y satisfecho por haber ayudado a las personas a encontrarse con su fe.

El título de ministro no me hace mejor persona ni me confiere ninguna autoridad, simplemente me compromete más a seguir evangelizando a más personas a través de este hermoso servicio.

Gracias por acompañarme con la lectura y espero encontrarnos en otra oportunidad.

Bendiciones para todos.

• Imágenes tomadas con Samsung Galaxy A12
• Portada elaborada con Canva
• Traductor de texto utilizado: Deepl