📝 SIMBOLOGÍA DEL INVIERNO EN LA LÍRICA HISPANA (Artículo) ✨

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Que tengan una provechosa tarde sabatina, queridas y queridos Hivers, especialmente los amantes de la poesía, a quienes dedico ésta publicación de hoy en la acogedora y creativa comunidad de #literatos, volviendo al tema de las estaciones, para cerrar de una vez con la simbología del Invierno, en lo que se motivan para participar en la 8va CONVOCATORIA de nuestra Iniciativa, lanzada desde #hivecuba que está solicitando un tríptico en Décimas 😅

Nuestro propósito es ofrecerles herramientas de recepción poética, si solo te acercas al género como Lector ✨ y escriturales, si eres de los que la cultiva 🫵🫂


Ilustración: @maiasun84 & @roswelborges


NO SOLO ES FRÍO:


En la representación iconográfica del Invierno, además del frío, otro rasgo característico es la vejez, la última etapa de vida. Una de las más frecuentes resulta ser la figura de un anciano envuelto en pieles, con barba y cabellos tan blancos como la nieve, calentándose junto a una hoguera.

En el Tarot coincide con la carta de El Ermitaño ⬇️


📷Tomada en la mañana de hoy durante una consulta espiritual

Y en la Mitología Clásica es personificado por el dios Saturno, representado a menudo como un hombre viejo y desnudo que lleva una hoz en una mano y en la otra un reloj de arena (para reforzar así las ideas de la muerte y el paso del tiempo).

Pero con mucha frecuencia se asocia también a ésta estación con el juego y el reposo alegre, como constatan las famosas escenas invernales de niños jugando en la nieve, o patinando sobre un río helado, pintadas por Brueghel. O de hombres y mujeres bebiendo, jugando a las cartas, o entregados al placer al lado de un buen fuego. De modo que el invierno nos habla también de cordialidad y vida gozosa.


Invierno en Moret de Maurice Galbraith Cullen, cuadro de 1895, encontrado en un libro de arte que consulto con asiduidad.


TRATAMIENTO EN LA LÍRICA:


Se le suele vincular con la soledad y el final de nuestras vidas, no tanto porque El Invierno represente a la muerte, sino porque el ser humano, a diferencia de la naturaleza, en su ciclo, no vuelve a renacer con La Primavera.

Veamos cómo nos muestra ése contraste la poetisa gallega Rosalía de Castro:

¡Ah!, si el invierno triste de la vida,
como tú de las flores y los céfiros,
¡también precursor fuera de la hermosa
y eterna primavera de mis sueños!

Ella, como Bécquer nos ofrece una visión triste y desolada del amor, donde el fracaso es lamentablemente la nota predominante ⬇️

Como se arranca el hierro de una herida
su amor de las entrañas me arranqué,
aunque sentí al hacerlo que la vida
me arrancaba con él.

Porque si bien el Invierno se asume como representación del fin de la vida, los poetas suelen situarlo también como símbolo del ocaso del amor, de la ruptura y separación.

La pérdida del amor trae consigo sufrimiento y dolor, es ineludible, entonces nuestros sentimientos se refugian en frío y triste rescoldo, donde el ser humano procura no obstante encontrar fuerza y reafirmación, como revela Salinas: la última forma/ de amar, la prueba irrefutable de que aún te estoy queriendo.

Pero estas ascuas del amor acaban siendo a la larga aventadas por el olvido (Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido, se lamenta Neruda).

Y si la falta de correspondencia amorosa, despertaba en los poetas cortesanos desear con ansías la muerte, y el mismo ímpetu era recurrente entre los poetas del Romanticismo, en el siglo XX Luis Cernuda, huérfano de amor, más que morir, solicitará mudarse allí donde habite el olvido como solución, libre al fin del insastifecho deseo de amar, que tanto dolor le ha causado la frialdad de una despedida indeseada y venturosa que despiertan los celos y conducen al abandono.

La angustia por el paso del tiempo, la muerte y la presunción de otra vida posible, alimentan una prefiguración de la necesidad de invernar, y tomarse un tiempo de reposo.

A veces uno debe esconderse como hacen otros seres vivos de la naturaleza, que se retiran y buscan cálido refugio ante las condiciones adversas. Y eso también lo recoge, como la más sincera y profunda manifestación del corazón humano, toda la Poesía, sin temor a equivocarnos, así ha sido, desde que el mundo es mundo y desde el origen de las religiones.

La poesía de todos los tiempos ha ido dejando emocionado registro de nuestras principales preocupaciones, y de las actitudes que el ser humano adopta, observando con mucho detenimiento a la naturaleza.

Entre los poetas místicos en nuestra lengua destaca Jorge Manrique que en sus famosas Coplas a la muerte de su padre, sintetiza en sobrios versos ideas consoladoras que pretenden fortalecernos ante todo lo que termina; a ellos recurro cada vez que resulta necesario obtener un recordatorio visceral como conjuro contra la pérdida:

Dulces sueños y hasta un próximo post 👊✨

©️ Contenido Original.
Portada e imágenes para ilustrar
diseñadas en Fluer.
El Banner, creado en Canva,
es una gentileza de
@yuraimatc



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15 comments
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Una clase magistral. Es admirable tu empeño en compartir tus saberes. Bravooo 🙏🌹🤗👏👏👏

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A ver realmente tiene que haber más que nieve, que a veces no puedo evitar reírme con lo frecuente que puede llegar a ser en el trabajo de algunos tropicalísimos poetas. Es un tema en el que la mayoría de las veces adolecemos de una olímpica falta de creatividad.

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Yo diría que hay más falta de lectura que de creatividad.

El tópico NIEVE por ejemplo, dentro de la Poesía cubana, merece un estudio acucioso, porque simbólicamente adopta connotaciones de otra índole que aquí no expuse, pues nada que ver: es una añoranza de lo prohibido y anhelo por acercarse a lo desconocido (en el modernismo por snobismo) pero que luego colindaría con "lo político".

Da para un buen ensayo, que prefiero dejarlo en manos de otro estudioso 😏

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Yo estoy loco por comer nieveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee jjajajaja

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