"Maldita yo entre las mujeres"

Imagen 1: Colash realizado por mí para la portada de este post, donde utilizo imágenes de los libros que estudié para la realización de esta reseña crítica, así como fotos de las autoras, Mercedes Valdivieso como escritora de la novela en cuestión, y una foto mía como autora de esta reseña.

Reseña Crítica a la novela histórica Maldita yo entre las mujeres

Maldita yo entre las mujeres, de la autora chilena Mercedes Valdivieso, publicada por Ediciones Planeta en su colección Bibliotecas del Sur, Santiago de Chile, 1991, es catalogada dentro del género de la “nueva novela histórica posmoderna”. La obra es una de las más atendidas por la crítica entre las que reformulan al personaje de Catalina de los Ríos Lisperguer (1605-1665), acaudalada vecina del Santiago de Chile colonial, a inicios del siglo XVII, Doña conocida más por sus hazañas que por sus riquezas.

Imagen 2: Mercedes Valdivieso (Mercedes Valenzuela Álvarez, Santiago de Chile, 1 de marzo de 1924-Ñuñoa, Santiago, 3 de agosto de 1993), escritora chilena, autora de la novela Maldita yo entre las mujeres. Ésta es una de las fotografías más famosas de la autora, se encuentra para su libre uso y descarga en varias plataformas de internet.

Argumento y Análisis de la novela:

Desde una posición consiente como nuevo agente crítico con la intención de reinterpretar la figura de Catalina de los Ríos Lisperguer, conocida popularmente como “la Quintrala”, Mercedes Valdivieso logró apropiarse de los principios y funciones que rigieron las novelas nacionales del siglo XIX, pero con la finalidad de pervertirlas temática y estructuralmente, es decir, con el propósito de deslegitimar su imaginario conciliador, y poniendo de relieve la necesidad de un “pensamiento otro” o de una “episteme femino-mestiza” que desbordara la lógica clasificatoria y genocida del poder colonial. Valdivieso con esta obra restituye una nueva versión del mito de la Quintrala, enfocando desde otra perspectiva este personaje femenino nombrado en muchos textos historiográficos para representar casi caricaturescamente los atributos negativos de la mujer y del mestizaje. La novela es una suerte de interpelación a lo femenino que “se vale de los materiales del pasado para tocar el presente en un espejo que roza generaciones (Montecino, 200).

Imagen 3: Reconfiguración pictórica de la Quintrala, catalina de los Ríos Lisperguer, ya que no existe una pintura original sobre ella pese a haber sido una mujer acaudalada de la colonia chilena en el siglo XVII. Imagen obtenida de internet, disponible para su libre descarga. (Cuando se trata de post con contenidos tan específicos, no se encuentran imágenes en las webs "establecidas" por los códigos de Hive como Unsplash, entre otras, donde pueden obtenerse los links y referenciarlos).

La obra ficciona sobre todo la etapa de adolescencia y madurez de su protagonista hasta hacer finalmente alusión a su casorio con Don Alonso Campofrío resultando en un final abierto y ambiguo. De esta forma, todo pareciera indicar que, muy lejos de pretender clausurar la figura de la Quintrala, Valdivieso nos ofrece conscientemente su novela como un cumplimiento provisorio, dejando abierta la posibilidad de que una futura escritura renueve y corrija su promesa de representación. En cuanto a esta característica estratégica de la novela, se cumple la propuesta de Tozzi y su lectura heurística del realismo figural Whiteano, el cual propone "no entender las representaciones que integran esta tradición de reescrituras como una sucesión de descripciones que se acercan cada vez más a la verdad o al pasado, aunque siempre fracasan en su empeño, sino como sugerencias de una mayor investigación y nuevas reescrituras históricas" (White 12). Asimismo, trae a colación la sentencia de Rolena Adorno cuando dice:

“(…) la formación de un ícono cultural es producto de la narración, pero no ocurre en la narración. Esta solo puede proporcionar al lector una motivación por la cual continuar recreando la historia, porque el ícono cultural cobra vida en el acto de ser continuamente reelaborado y no en una construcción conclusa y cerrada” (Adorno 176).

Imagen 4: Portada de la 1era edición de la novela, Ediciones Planeta en su colección Bibliotecas del Sur, Santiago de Chile, 1991

Narratología y análisis

La novela presenta mudas espaciales intercapítulos, donde solo 4 de los 16 comienzan con un narrador omnisciente, que también puede ser entendido como una conciencia impersonal. El resto está narrado en primera persona por Catalina de los Ríos Lisperguer. Ésta combinación de narradores era necesaria teniendo en cuenta la intención rompedora de la autora para ilustrar los “llevaytraes” de la época que engrosaron la popularidad de la Quintrala. Además, los hechos históricos que cuentan con una documentación de archivo se suceden en vos de la narración autodiegética de la protagonista, como para acentuar su supuesta veracidad. Sin embargo, aquellas otras tantas acusaciones quedan contadas por la omnisciencia y otras en las voces del resto de los personajes. La novela está narrada en tiempo pasado, tanto por el narrador omnisciente como por la protagonista. Los capítulos no se encuentran numerados ni acotados por ningún título. Esta estructura bien pudiera tratarse de una estrategia que hace alusión a la no concatenación histórica (de archivo) entre los sucesos, para no secuenciar hechos que son resultado, sobre todo, de una ficcionalización. De igual modo asumo desde mi visión crítica que cumple con el principio de “interpretación figural” de Auerbach teniendo en cuenta que la noción de figura, con sus dos polos de promesa y cumplimiento/consumación se mantienen vigentes tanto en nuestros modelos del acontecer temporal como en nuestras formas de representar el pasado histórico (Suazo 45).

Imagen 5: Otra de las portadas de la novela en sus siguientes ediciones

Citas textuales de narración en 1era persona por la protagonista la Quintrala, Catalina de los Ríos Lisperguer, en estos casos haciendo alusión al “homicidio” de la mulata esclava Rosarios Ay, una de las causas judiciales por las cuales se le acusó en la década de 1630, por el Obispo Francisco de salcedo, quien la nombrase por vez primera en documentos históricos. (Las imágenes de las citas fueron tomadas por mí al documento impreso que tengo de la novela).

Imagen 6: Primera alusión al desprecio y rabia que siente la protagonista hacia la mulata esclava Rosarios Ay, una de las muertes por la que se le acusa (Valdivieso 81).

Imagen 7: Declaración de la protagonista que ilustran sus deseos de venganza y muerte contra la mulata esclava Rosarios Ay (Valdivieso 100).

Imagen 8: Narración en voz de la protagonista que evidencia la desaparición de la mulata esclava Rosarios Ay la noche de la despedida de su hermana, Agueda de los Ríos Lisperguer al partir a España, luego de su casorio. La misma había quedado confinada exclusivamente al servicio de Gonzalo, padre de Catalina de los Ríos Lisperguer (Valdivieso 102).

Presenta un lenguaje arcaico y a grandes rasgos verosímil en las voces narrantes. El argumento es circular ya que inicia y termina con el mismo hecho: el asesinato de Enrique Enrriquez. Entre ambos puntos transcurre a la manera de un extenso recuento, la turbulenta historia familiar y de vida de Catalina de los Ríos Lisperguer. En estos aspectos, Valdivieso tuvo tacto al abordar los asesinatos supuestamente ocasionados por la Quintrala con la intención subversiva de que no existen pruebas fehacientes de las más de cuarenta muertes que se le han achacado. Si bien la obra se atiene a los datos esenciales de la historia -tal vez deberíamos decir: del mito y la leyenda, pues la figura de la Quintrala es inseparable de su aureola legendaria-, lo cierto es que la autora ha procedido con suma libertad narrativa, y se ha tomado todas las licencias propias de una obra de ficción, que inventa caracteres, atmósferas, diálogos y episodios a granel, acomodando la indudable fidelidad histórica de su línea gruesa a los intereses superiores -propiamente literarios- de una creación verbal (Valente 296).

Puntos de vista críticos

Tras la revisión bibliográfica realizada quedaron evidenciados varios puntos de vista críticos entre los que identifiqué:

  • la ficcionalización del personaje histórico Catalina de los Ríos Lisperguer;

  • la Quintrala como “promesa figural” de una nación y con ello la idea de tradición maternal en la reconfiguración de la Patria, herencia de Suárez hasta las Lisperguer asociada a la hibridación y el mestizaje;

  • las lecturas ginocríticas en la novela Maldita yo entre las mujeres, de Mercedes Valdivieso

  • y el fenómeno de lo monstruoso en la interpretación figural de la Quintrala; no sin ser consiente de otros tantos también de notoria importancia.

Sin embargo, para la actual presentación y análisis del texto atenderé de forma particular el versus entre el personaje histórico catalina de los Ríos Lisperguer y su ficcionalización en la Quintrala, así como su genealogía en cuanto a la ilustración de lo identitario de la Patria colonial del siglo XVII y algunas lecturas ginocríticas a la novela de Mercedes Valdivieso.

3.1- Catalina de los Ríos Lisperguer, personaje histórico VS la Quintrala, personaje ficcionalizado Catalina de los Ríos Lisperguer es a día de hoy más un personaje de la ficción configurado bajo el apelativo de la Quintrala; un constructo de la cultura popular chilena que ha sido reconstruido figuralmente por la academia y la cultura, desde la literatura hasta el cine y el teatro, pasando primeramente por la oralidad. Pudiéramos decir además que la génesis de este ícono más cultural que histórico tuvo su embrionaje en el seno de la religión cristiana colonial, cuya necesidad de misticismo diabólico ya reclamaba un anticristo, en este caso una antimaría, otra Magdalena, en resumidas cuentas, un personaje antihéroe, siendo más fácil posicionarla en dicho estatus por su condición de mujer, marcada biológicamente por el sello de Lilith y Eva, pecadora por naturaleza, hereje por herencia y rebelde por decisión.

Imagen 9: Se decía de ella azotadora de esclavos, acusada por sevicia (maltrato excesivo al personal de trabajo hasta causarles la muerte)

En cuanto a su concepción histórica, la primera narración sobre Catalina de los Ríos Lisperguer se encuentra en los textos que sobre ella produjo el obispo Francisco de Salcedo en la década de 1630, en el contexto de las causas judiciales que abrió para castigar los diversos crímenes que se le atribuyeron (Concha 192). Los mismos fueron reformulados en 1877 por Benjamín Vicuña Makena en su obra novelesca Los Lisperguer y la Quintrala (imprenta El Mercurio), donde reconfiguró a este personaje agrupando los archivos de sus acusaciones de homicidio y herejía a través de un secuenciado argumento dramático, hilvanado por la filogenie de la familia Lisperguer. Sentenció jactanciosamente que su obra, biografía criminal, se trataba de (…) una investigacion no solo completa sino documentada de la vida, hechos, crimenes i costurnbres de la famosa doña Catalina de los Ríos Lisperguer, una de las mas encumbradas damas de la aristocracia de Santiago en el siglo XVII (Makena 8). Capítulo a capítulo fue publicada en la prensa El ferrocarril, la más leída del momento a fines de la década de 1870, en medio de la gestación de un género particular situado entre lo literario y lo periodístico, lo cual posibilitaría la emergencia de escrituras híbridas que al mismo tiempo informarían y entretendrían a sus públicos lectores, tal como afirma Bernardita Eltit Concha en su artículo “Benjamín Vicuña Makena, autor de la Quintrala” (201). Desde entonces ha sido una tradición también histórico-literaria el continuar legando textos sobre este personaje, cuya reconfiguración lleva impresa la encomienda de representar ilustrativamente la época colonial, como escribiera Vicuña Makena en su obra: (…) el estudio íntimo de una sociedad que fue toda una familia, i en gran manera lo es todavía, lo cual alumbra porque hasta hoi casi todo pasa entre nosotros entre tios i sobrinos, entre primos i cuñados (Makena 156).

Nota: las citas textuales del siglo XVIII de la obra de Vicuña Makena tiene esas hoy llamadas faltas de ortografías, pero, fueron respetadas así en la reescritura para este artículo crítico ya que en aquel entonces todavía no existía un consenso en cuanto a las normas escriturales que hoy rige la RAE.

3.2- La Quintrala como genealogía de la Patria Advertimos que Vicuña Makena no solo inaugura el tema, sino que, al arrogarse la exclusividad sobre la enunciación del nombre “Quintrala”, está fundando la “promesa figural” de representación fiel y ajustada a la realidad y, con ello, principia y se erige como el modelo de toda la tradición que le sucede (Suazo 47). Nos entrega el retrato pormenorizado de una familia y, particularmente, de una mujer que debe operar como una imagen fiel y significativa de toda una era. En sus propias palabras: “(…) el presente estudio no será sólo un episodio aislado, un rasgo biográfico de la era colonial: es un cuadro mas o menos imperfecto i mal bosquejado, pero fiel i curioso de esa misma era” (Mackenna 9). La historia de Vicuña Mackenna se ofrece como una metáfora de la vida colonial. Las cualidades de los Lisperguer son atribuibles a una época, a una ciudad y a toda una sociedad. Además, la Quintrala, como la representa este autor, no es solo la figura del pasado que se cumple y consuma en la historiorafía, sino que es el prototipo que el historiador descubre y conecta con su contemporaneidad. En cuanto a esto Lucía Guerra plantea que: “(…) la figura legendaria de la Quintrala es matriz y generatriz de la genealogía de la Patria en un momento histórico (1877) en el cual los fundamentos de la Nación ya habían sido consolidados” (Guerra 58).
Varias de las citas de la novela en cuestión reflejan dicho análisis: “(…) bastardaje y mestizaje nos hicieron, y de esta mezcla para adelante seguimos. La historia de lo que somos enmadeja sangre y guerra y la subo a su principio para que esta confesión se entienda” (Valdivieso 37).

3.3- Reivindicación en la novela Maldita yo entre las mujeres de Mercedes Valdivieso El personaje Catalina de los Ríos Lisperguer se constituye por medio de la articulación de la palabra (narración autodiegética) y empoderándose del lenguaje realiza una denuncia histórica de subyugación en una intertextualidad transversal entre el pasado y el presente. Muchas son las citas textuales que podríamos extraer de la novela para evidenciar la marcada intención reivindicadora de Valdivieso. Entre ellos, los puntos más relevantes que me gustaría destacar son:

  • la concientización que muestra el personaje de su ascendencia mestiza, lo cual hibrida no solo su linaje sino también su carácter

  • y su posición al ser reconstruida por Valdivieso en completa alteridad.

(…) Esa soy, padre, hija de Llanka Curiqueo que es hija de Elvira de Talagante que es hija de Agueda Flores que es hija de Catalina que es mi madre, que soy yo. Todas hijas de Dios, Catalina, creadora de linaje (Valdivieso 141).

Esta cita podría resumir esta mirada crítica, pues, ilustra el empoderamiento legado de una generación a otra a través de la línea materna y se sustenta en diferentes pasajes de la obra cuando se niega ante el padre y el resto de la familia a casarse por obligación, aun cuando éste la amenaza con enviarla al convento:

(…) “Me enfurecía escucharles disponer de mi vida y una tarde grité a mis parientes que nadie a mí me casaba mientras a mi cuerpo no le diera la gana” (Valdivieso 18).

En muestra de su irreverencia y rebeldía, su conducta, asociada también a su mestizaje genético, pronto comenzó a heredar la marca de la maldición que ya traía impregnada desde el vientre.

(…) Yo había convertido en ratón o pájaro a Segundo para ocultarlo de día, y hacerlo hombre de mis antojos por la noche. Eso murmuraban sus ojos (Valdivieso 16).

Ahí la primera alusión en la novela sobre esa supuesta brujería que practicaba, (…) “mujer célebre y terrible”, dijera Makena (6), “una extraña i terrible mixtión de sangre”, sangre india y sangre sajona, dos sangres a su tiempo señaladas como bárbaras, habría prefigurado irreparablemente la maldad de las féminas Lisperguers.

Conclusiones

La figura de la Quintrala, protagonista en la novela Maldita yo entre las mujeres de Mercedes Valdivieso, representa una compleja construcción de resistencia y reivindicación frente a las narrativas históricas y culturales que la han marginado y demonizado. Históricamente ha sido estigmatizada como símbolo del pecado, la maldad y la monstruosidad, en gran medida por su linaje mestizo y su condición de mujer en una sociedad patriarcal y colonial. Desde una perspectiva feminista reivindicadora, la novela de Valdivieso desafía estos estereotipos al presentarla no como un ser abominable, sino como una mujer que encarna las luchas y violencias estructurales. La narrativa apuesta por una lectura que cuestiona la construcción del monstruo desde una reconstrucción figural, resaltando su dimensión humana y su resistencia ante la opresión. Representa el poder de desafiar las narrativas patriarcales y racistas que han intentado reducir su existencia a lo criminal, patologizando a las mujeres mestizas, que en resumidas cuentas es hoy la marca de todas. La novela invita a reconocer su historia como parte de una memoria colectiva que exige ser revisada y valorada desde una perspectiva que respete la dignidad y la complejidad de su existencia.

Obras citadas

  • Adorno, Rolena. “La estatua de Gonzalo Guerrero en Akumal: íconos culturales y la reactualización del pasado colonial. Revista Iberoamericana. 1996, pp. 176-177

  • Gómez, Roberto Suazo. "LA QUINTRALA COMO FIGURA DE LA REALIDAD CHILENA EN LAS ESCRITURAS DE VICUÑA MACKENNA Y MERCEDES VALDIVIESO." Anuario no. 10. Universidad de Chile, Facultad de Filosofía y Humanidades, Escuela de Posgrado. 2015, pp 41-60.

  • Guerra, L. “Maldita yo entre las mujeres: resemantización de La Quintrala, figura del mal y del exceso para la ‘chilenidad’ apolínea”. Revista Chilena de Literatura, no 53. 1998, pp. 47-65.

  • Montecino, Sonia. "Maldita yo entre las mujeres." Revista Mensaje, no. 399, pp. 200-201.

  • Valdivieso, Mercedes. Maldita yo entre las mujeres. Bibliotecas del Sur, Editorial Planeta. 1991.

  • Valente, Ignacio. "Maldita yo entre las mujeres." Revista Atenea, no. 463-464. 1991, pp. 295-298.

  • Vicuña Makena, B. Los Lisperguer y la Quintrala. Imprenta El Mercurio. 1877.

  • White, H. El contenido de la forma. Narrativa, discurso y representación Histórica. Barcelona: Paidós. 1992.


    Todo el contenido de esta publicación está protegido por Copy Right, es de mi autoría y para citarlo debe remitirse a la autora para obtener la publicación académica oficial, la cual saldrá publicada posterior a este post.


    Imagen 10: Tarjeta personal de trabajo con datos para contactar a la autora.



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La historia de la época colonial en Latinoamérica, si bien está transcendentalmente atravesada por el control y las imposiciones, siempre cargará con múltiples experiencias.
La proyección y la manera de ver la época y transmitir las historias no fueron la misma para el hacendado, el capataz, el mestizo libre o el esclavo. Si bien, pueden encontrar puntos en común, la visión y concepción universal por lo general difiere.

Ahora, es bastante común desde la modernidad reinventar/reimaginar/reescribir la historia o las razones de personajes históricos que creemos han sido tratados injustamente o por los cuáles sentimos afinidad. Como ejercicio creativo o de ficción es válido y, ante personajes que tienen más leyendas urbanas que registros históricos en sí mismos, necesario.

En cuanto a la obra, sería interesante tener acceso a ella para leerla, si pudieras en lo adelante compartir algún enlace donde descargar o comprar los libros sería genial.

🙌

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Gracias por tu también reinterpretación sobre el asunto. Muy bueno tu comentario.
Esos libros, la mayoría, se encuentran pirateados en Internet. Algunos dan más trabajo que otros descargarlos, pero, se encuentran, otros los consigo en el Bot Biblioteca Secreta de Telegram. Todos sabemos que no está bien potenciar la piratería digital, pero, la compra de esos materiales resulta demasiado costosa, en las mismas Universidades incluso se socializan las obras digital izada luego de escaneadas...

Gracias una vez más.

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Muchísimas gracias por esta erudita publicación sobre un libro que desconocía
Me satisface muchísimo la profundidad crítica y el bagaje que manejas y expones sobre este y otros temas de gran interés
Hive se nutre de tu conocimiento marcando en bloques rumbo a la eternidad post como este
Ojalá sea muy leído y consultado. Votado y comentado.
El tiempo y la constancia te han convertido en una gran intelectual y me precio de ser tu amigo.
Ahora, leyéndote conozco un poco más de Chile
Te abrazo grande 🌻

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Acabo de echar una espléndida sonrisa al leer tu comentario luego de todo un día de estudio, prolongando horas nalgas frente al computador y los libros, pero, solo por el hecho de que ustedes lean y disfruten, ya vale infinitamente la pena.
Gracias, amigo, te abrazo!!!

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