❤️🔥 PROMETEO: Un signo inagotable, más allá del Mito (✍️ Artículo) 💚✨
Pero, ¿qué pasa cuándo estos planos de una forma de actividad realiza préstamos a la otra, o se diluyen y confunden?
La respuesta para un José Lezama Lima, para Borges o un Octavio Paz a ésta inquietud, estamos convencidos sería ofrecida con un grado extremo de sencillez: "cuándo ello ocurre -cualquiera de ellos te diría con reluciente y apabullante naturalidad- estamos participando y disfrutando de la lectura de Una Obra Maestra".
El principal rasgo de algo creado por el ser humano que se pueda considerar con similar etiquetación, es el de despertar resonancias inagotables, cada vez más enriquecedoras. Una obra maestra es aquella que se va atemperando a los nuevos tiempos, sin que su mensaje se corrompa, aún cuando se reactualice. Tal y como ocurre con muchos de los Mitos antiguos.
✍️ Hoy, asistidos por la gentileza del 📪 Buzón de #ecency de regreso por ésta maravillosa Comunidad 💚 #greenzone 🌳 les propongo observar cómo ha procedido éste nivel de reactualización o revitalización ineludible y provechosa con uno de elllos ⬇️👀
En torno a La Hoguera se fraguó, cuando los sonidos emitidos en la cacería comenzaban a ser "domésticos" prefigurando las palabras mientras el lenguaje se desarrolla y las historias conquistan corazones de más de un receptor. De ésa manera aparece el ejercicio del intelecto superior y hubo entre todos, un hombre anónimo (para el caso nada importa la patentización de una firma, nadie cobraba aún por Derecho de Autor ©️😅) pero ése narrador primitivo no solo fue imaginativo e ingenioso, sino que habló del modo más racional y dió origen al Mito, donde el propio Fuego 🔥 empleado para la útil cocción de los alimentos, para resguardarse del frío y el asedio de las bestias, se adoptaría como Símbolo del Conocimiento 💪👏
Vamos a dar un gran salto en el tiempo, y de la tragedia de Esquilo Prometeo encadenado que el primitivo mito recreó, te propongo trasladarnos al Siglo XX para caer en una página magistral de Franz Kafka, se trata de una suerte de viñeta, un brevísimo ensayo contenido en La Muralla China y que como no es tan larga, vale la pena para ilustrar el objetivo de éste artículo que les comparto, citarla in extenso y así vamos celebrando todos juntos éste 24 de Agosto EL DÍA DEL LECTOR 🫵🎉📚⬇️
Sobre Prometeo informan cuatro leyendas: según la primera, por haber traicionado a los dioses ante los hombres, fue encadenado en el Cáucaso, y los dioses enviaron águilas que le devoraban el hígado en perpetuo crecimiento.
Dice la segunda que, retrocediendo de dolor ante los picos despiadados de las aves de presa, Prometeo fue incrustándose cada vez más profundamente en la roca, hasta formar un todo con ella.
Según la tercera, en el decurso de los milenios se olvidó su traición, los dioses olvidaron, las águilas olvidaron, y él mismo olvidó.
Según la cuarta, se sintió cansancio de aquello que había perdido todo fundamento. Se cansaron los dioses, se cansaron las águilas, la herida se cerró, cansada.
Quedó la montaña de roca, inexplicable. La leyenda intenta explicar lo inexplicable. Como se origina en un motivo de verdad, debe finalizar nuevamente en lo inexplicable.
Franz Kafka: La Muralla China, Buenos Aires, Emecé, Editores S.A., 1953, Pág. 85.
Sin demeritar la exquisitez y precisión del escrito kafkiano, donde lo inexplicable resulta ser lo resaltado como lo universal del mito, considero que su vocación hacia el absurdo de la condición humana, limita su comprensión cabal del mensaje originario y lo reduce, sin captar el ciclo de evolución que en su esencia el mito propone para su Protagonista.
Me explico:
A mi juicio, el Mito termina explicando, esclarecedoramente, que el Héroe, castigado por los dioses, por haber entregado el Fuego (Conocimiento y Protección) a los hombres, se convierte robustamente en lo que para otros, por compasión robó y les llevó: al fundirse en la roca, para mí queda claro que el mensaje que al Héroe se le quiso conceder, desde un principio, es similar a ésa recurrente frase que hoy todos conocemos: EL CONOCIMIENTO ES PODER, TE ROBUSTECE.
Y si todo debe tener explicación, la Montaña donde se encontraba encadenado Prometeo ¿no nos explica, de manera geológica el Planeta mismo, que a su vez ha de entenderse y explicarse como el Sistema Solar, que se explica dentro de una Galaxia, la que a su vez tendrá explicación en El Universo que se contempla en El Multiverso?
A Kafka le faltó entender, al ofrecer mayor protagonismo al misterio, a lo inexplicable y el absurdo del castigo, que para el hombre primitivo e incluso para los clásicos grecolatinos, el encadenamiento y la concatenación que él mismo revela en su viñeta, desglosando el ensanchamiento sufrido a lo largo del tiempo con distintas versiones de la leyenda, es la raíz explicativa: Prometeo no está desenlazado de Nada, todo fluye en el Mito, y si hay algo inexplicable, sería el propio Universo enlazado a qué ¿a los Multiversos? ¿A qué estaba realmente encadenado?
Bueno esa respuesta ya un poeta la había ofrecido, en un texto al que, según parece el gran Kafka jamás accedió: en su Prometeo desencadenado, Shelley escenifica cómo Mercurio le pregunta al Héroe: -"¿No conoces el fin del mandato de Júpiter?" A lo que el titán responde con orgullo y una claridad visceral de su destino: -"Sólo ésto sé: que ha de terminar".
Visto así, tenemos cómo Shelley, relaciona a Prometeo con el Satán de Milton, puesto que ambos son castigados por desdeñar el poder de la divinidad suprema. Y sabemos que el alto poder tiene largos castigos para la rebelión, si ella no lo derrota.
Sin embargo, a diferencia de Kafka, Shelley, gran poeta del romanticismo, tiene la gentileza y la osadía de atenuar, mediante la palabra, el cruel castigo físico que al héroe le ha sido impuesto, pues Mercurio en su poema, el enviado del gran dios para encadenar a Prometeo, lo reconoce y lo llama: "sabio, firme y bondadoso".
Es terrible reconocer que si se batalla contra el supremo poder ¿a qué conducen la sabiduría, la firmeza y la praxis de la bondad? Shelley, lo explica mejor que Kafka en esos parlamentos entre Mercurio y Prometeo, frutos, por supuesto, de su imaginación creativa, donde convierte al suplicio en un diálogo sobre la transitoriedad del tiempo.
🌱 4 de Agosto 1792, Reino Unido - 💀 8 de Julio 1822, Italia
El mito de Prometeo ha acompañado por siglos a la especie humana y considero que lo hará cuando ella se enfrente a nuevos soles en el cosmos, probablemente para entonces, otras serán las variantes de significación. Pero hasta el momento se ha acumulado un gran arsenal de versiones no solo en letras 📚, también en la pintura 🎨 y en la 🎼 música.
🎨 Miguel Ángel, Tiziano, Rubens, Ribera y Moreau tienen bellísimos Prometeos, mientras que Beethoven, Liszt, Saint-Saëns y varios músicos más le han dado curso al mito en 🎼 sinfonías completas o en parte de ellas.
La imaginación vuela con ✍️ las letras y aún hoy no se ha detenido, a cada rato aparecen en poemas nuevas imágenes prometeicas, de modo que aquel Pramathys del sánscrito que derivaría de Pramantha (el que obtiene el fuego por frotamiento) contiene todavía el rigor mitológico que sirvió para inspirar otros productos derivados, desde el fragor de la Ilíada al no menos intenso El Señor de los Anillos. Prometeo es sin dudas, un signo de inagotable poesía que propugna y resalta la importancia de la praxis y la creatividad.
Si regresamos a la lejana antigüedad, advertiremos que las connotaciones prometeicas eran variadísimas, Luciano de Samotracia, por ejemplo, describe al héroe distribuyendo con dolo la carne en un banquete de Zeus, se queda con la mayor parte y con ella crea a los hombres y les obsequia el fuego.
La era clásica usó el mito de maneras muy diferentes, pero con el Renacimiento y el Barroco el héroe comienza a adoptar un nivel de complejidad superior que lo iría transformando en el rebelde indómito que magnificaría en todas las naciones el Romanticismo.
En 1669 en España, Calderón de la Barca le dedica su comedia La estatua de Prometeo con un acentuado simbolismo de virilidad. En tanto Goethe en 1773 nos muestra al héroe sin tener que obedecer al poder supremo, sino al Destino.
Más de un siglo romántico nos ha mostrado una figura de Prometeo que significa tantísimas cosas, está el Prometeo de Carl Spitteler (con un poema alegórico que marca otros intereses más cercanos a los gnósticos y al cristianismo); tenemos el de Robert Bridges, quien desarrolló la himnología inglesa dejando en 1884 su aporte de fe por la batalla y la praxis del héroe en su Prometeo, domador del fuego. Y ésta fue la versión que llegó a Hugo von Hofmannsthal, amigo de Rainer Maria Rilke, con su Prometheus y Epimetheus donde sale a relucir otro mito muy relacionado con el prometeico, el de Pandora. Lo cual nos conduce a elucubrar que resulta tan raro que Rilke no abordara el mito nunca, tal vez la razón sea a que como Lezama entre nosotros, Rilke era un autor más inclinado a apreciar la significación de Narciso, que de muchas maneras también se vincula con la saga prometeica.
Pero de todas esas versiones quiero cerrar destacando una que, de manera particular a mí me conmocionó, y supe de su existencia por mi amigo poeta y editor Michel Martín Pérez, que hablando una vez en el Bar La Fernandina caímos en el asunto bebiendo cervezas, y recuerdo con precisión que me dijo: -Todos esos que me has enumerado se quedan cortos, son enanos y niños de teta, frente al Prometeo mal encadenado de André Gide 👀
No se destaca nunca como una de las obras notables del Premio Nobel de Literatura de 1947, es un libro raro, que se mueve dentro del texto apócrifo con un discurso más bien de corte ensayístico, su lectura puede desilusionar tanto a los poetas que ven en éste héroe un exacerbado lirismo, como a aquellos lectores que consideren convencionalmente que el relato narrativo debe ofrecernos un desarrollo, una progresión recurriendo a la concatenación de acciones.
Básicamente lo que ocurre en el libro de unas 160 páginas si mal no recuerdo, del gran escritor francés es ésto ⬇️
Prometeo desciende de las altas montañas, y lo hace en un bulevar de París, accediendo a un restaurante muy particular: su mesero servía malas comidas para disponer a que la gente allí reunida sólo se dedicara a conversar. Pasaba la gente por allí y todos “lo que buscan es su personalidad”, le explicó el mesero, por eso él quería ayudar en esa búsqueda y lo hacía porque creía en la importancia de “una acción completamente gratuita, un acto que no esté motivado por nada, ni interés, ni pasión, nada. Un acto desinteresado; nacido de sí mismo; un acto también sin finalidad; es decir, sin dueño; un acto libre; un Acto autóctono”.
Sienta a Prometeo con Cocles y Damocles que cuentan antes que Prometeo su extraña historia, pero Prometeo: “No sabría qué decir. Cada uno tiene su historia; yo no tengo ninguna”, les dice. Pero ellos le insisten que algo ha de tener.
-¡Ah, sí! Un águila.
(Un águila que, fea y flaca, al comerle el hígado a Prometeo se va volviendo bella y fuerte) 👀🤭
Se decide Prometeo a hablar. Y nos parece asistir a una conferencia bajo el título Prometeo liberado hablará de su águila.
Comienza de modo sencillo y sentencioso: “Primer tema: se debe poseer un águila. Segundo tema: todos tenemos una, por cierto”.
Y, se preguntarán, ¿por qué poseer un águila? Porque “no tengo amor por los hombres, solo por aquello que los devora”.
¿Y qué devora a los hombres?
“Habiendo creado al hombre a mi imagen y semejanza, ahora entiendo que en cada hombre hubiese algo sin romper su cascarón; había un huevo de águila en cada uno de ellos, hice que rompiera su cascarón la devoradora creencia en el progreso, la enferma esperanza de algo mejor. La creencia en el progreso creó su propia águila. Nuestra águila, señores, es nuestra razón de ser. La felicidad del hombre iba disminuyendo y disminuyendo, lo que acabó por darme lo mismo: el águila había nacido”.
Lo importante es que “deben amar su águila”. Sepámoslo, como le dijo Prometeo a Cocles y Damocles, que “el secreto de sus vidas está en el compromiso con su propia águila, aquello que te devora, lo que sea; cada persona ha de liberar a su propia águila para vivir a plenitud y en verdadera libertad."
Escrita ésta obra 80 años después del gran poema de Shelley, se publicó en 1899 y no sería traducida al español hasta 1925, aquí veremos trabajados los alegoremas del mito de modo que el ave se presenta como la conciencia y cada hombre debe tener una que se alimente de sus remordimientos (no olvidemos que en la antigüedad se tenía la creencia de que cada segmento del cuerpo humano alojaba un sentimiento) ¿El Hígado = Los Remordimientos?
Gide no deja de tener la mirada rebelde, romántica aún, sobre el héroe encadenado, pero éste ya no es el Prometeo de Hesíodo, de Esquilo (que, aun sabiéndolo necesario, no destrona al tirano) ni es siquiera el de Platón. No es el Prometeo recreado por un Robert Graves que rivaliza, desafía, se venga, da pero no toma. No es el Prometeo de Percy Bysshe Shelley que en 1820 da todo sin tener nada, terminando todo en su contrario; ni es tampoco el Prometeo de su esposa Mary W. Shelley que, usando ambiciosamente la razón apartándose de su naturaleza apacible, crea monstruos, mientras él trabajaba en el poema, ella daba vida a ése moderno Prometeo que terminó llamándose nada menos que Frankestein, tan famoso como el primario encadenado. Para la célebre escritora, el ser revivido por el fuego (de los rayos, de la electricidad) se convierte en un Prometeo del trasplante de órganos de varios seres en solo uno. Curiosa y vigente idea 😏 hoy más que nunca la Ciencia Médica revindica y venera al Dios de los Hepáticos 👀🤭
Pero en Gide tenemos al Prometeo que se enfrenta solo a sus propios demonios. Un Prometeo que llegó a tener todo pero que terminaría sin alcanzar nada. Ya no se presenta aquí la búsqueda de una ciudad con moral y justicia al modo de Platón. Ya no hay un desafío a la tiranía de Esquilo. Ya no la impotente rivalidad con el poder de Robert Graves. Ya no la decepción de las luchas de los iguales por igualdad y libertad de Percy Bysshe Shelley. Ya no la desesperanza de las promesas de la razón de Mary Shelley.
Gide tuvo la grandeza de resumir todas éstas acciones, aunque derrotadas, de una vida otra entregada para todos. Tal es su parábola: la aceptación de los demonios de cada cual, solos, la libertad será sólo posible si frente a lo que nos devore a cada cual, uno consigue despejar y superar sus remordimientos, aquello que te lacera, e impide que avances. Gide desestima incluso en su versión que Hércules, entre todos los héroes, fue quien lo desencadenó y tampoco nos deja claro qué fue del águila sin su alimento 😅 Pero su propuesta para mí es la más espiritual de todas y entraña un verdadero redimensionamiento del mito primigenio.
Portada, Imágenes para ilustrar & Banner
diseñados en plantillas de Fluer.
parece como cosa nacida de uno mismo,
y se siente uno como mejorado y agrandado
con cada libro nuevo.
José Martí
🫂💚✨🌱
Siempre nos enseñas tanto... gracias
Más agradecido yo a ustedes Siempre ♾️ por la Acogida 🌱💚🫵😘
Creo haber leído en algún lugar que los antiguos griegos asociaban el hígado con el amor, de hecho tenía el papel simbólico que tiene hoy el corazón. Entonces el castigo de Zeus es entendible en toda su crueldad, pues a Prometeo le devoran por el día el órgano del amor que se regenera luego en la noche.
A las águilas las mató Hércules en algunas versiones (con anuencia de su padre) pues necesitaba el consejo del titán para acometer una tarea que redundaba en beneficio de Zeus.
Por cierto gran artículo. Al final Zeus no quería que los humanos obtuvieran el fuego porque a la larga terminarían adquiriendo para sí un poder equivalente al de los dioses. Si el fuego es el conocimiento entonces el cronida tenía razón en temer.
!BBH
🫵🫂✨
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