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I recently had the opportunity to visit "El Palenque" and enjoy a delicious and different experience with my family. This is a gastronomic complex with a rural and cosy atmosphere where we were able to disconnect from the routine and share a quiet and relaxed moment.

The place is spacious and well laid out, with several venues that can be selected in advance by booking through their website. In the past, each area offered different specialities, but now it is possible to order the same menu in any part of the establishment.

What stands out most is its rustic design, with abundant wood and details that recall the essence of the Cuban countryside. The decoration is inspired by peasant traditions, with beautiful gardens and an open and airy atmosphere, everything is designed to relax and have a very pleasant time.

One of the most striking decorations is the sculpture of a large bull located in the centre of the establishment, in the open air between two of its premises. What makes it special is its originality, as it is made of horseshoes, which are welded together to form this figure. Children love to play among this big metal bull and everyone who visits the place does not fail to take a picture next to it.

There is also plenty of space for children who don't like to sit at the table for too long, my little girl included, to have fun and play safely while the adults enjoy the food.

And speaking of food... it was delicious! As well as the service, the favourite dish was the charcoal-grilled chicken which seems to be the most commonly served. There were also some traditional Cuban dishes, especially the desserts. Everything we ordered was delicious and I could feel the authentic taste of Cuban gastronomy in every dish.

I really enjoyed my visit to El Palenque, it had been a long time since I had been here. It is a very quiet place where tradition, flavour and a good atmosphere are combined, perfect to spend time with friends and family. An excellent option.

Hace poco tuve la oportunidad de visitar "El Palenque" y disfrutar en familia de una experiencia deliciosa y diferente. Este es un complejo gastronómico con un ambiente campestre y acogedor donde pudimos desconectarnos de la rutina y compartir un momento tranquilo y relajado.

El lugar es amplio y bien distribuido, con varios locales que pueden seleccionarse de antemano mediante la reservación que se realiza a través de su sitio web. Antes, cada área ofrecía especialidades distintas, pero ahora es posible pedir el mismo menú en cualquier parte del establecimiento.

Lo que más destaca es su diseño rústico, con abundante madera y detalles que recuerdan la esencia de la campiña cubana. La decoración está inspirada en las tradiciones campesinas, con bonitos jardines y un ambiente abierto y ventilado, todo esta ideado para relajarse y pasar un momento muy ameno.

Una de las decoraciones que mas llama la atencion es la escultura de un gran toro ubicada en el centro del establecimiento, al aire libre entre dos de sus locales. Lo que la hace especial es su originalidad ya que está elaborada con herraduras, las que estan soldadas entre sí formando esta figura. A los niños les encanta jugar entre este gran toro de metal y todo el que visita el lugar no deja de tomarse una foto junto a ella.

Tambien hay bastante espacio para que los niños a los que no les gusta estar sentados en la mesa por mucho tiempo, mi niña incluida, puedan divertirse y jugar sin peligro mientras los adultos disfrutan de la comida.

Y hablando de comida… ¡estuvo deliciosa! Asi como el servicio, el plato preferido fue el pollo al carbon que parece ser el que mas se sirve. Había tambien algunas elaboraciones tradicionales cubanas, sobre todo los postres. Todo lo que perdimos estuvo delicioso y pude sentir en cada plato el auténtico sabor de la gastronomía cubana.

Disfruté mucho de la visita a El Palenque, hacia mucho tiempo que no venia. Es un lugar muy tranquilo donde se combina tradición, sabor y un buen ambiente, perfecto para pasar un tiempo a gusto entre amigos y familia. Una excelente opcion.