Una odisea a Cumaná

Tal y como estaba previsto, hoy jueves me tocó viajar a la ciudad de Cumaná, en el estado de Sucre, para asistir al evento Hive Hive: caminos que convergen. Bitácora de un cañonero, que tendrá lugar en la Casa Ramos Sucre. Salí este jueves 30 a las 7 de la mañana, rumbo a la terminal de pasajeros de Chacao, Caracas.

Se suponía que esta ruta era la más cómoda y rápida. Sin embargo, las cosas tienen su propio ritmo, y hay quienes dicen que lo que sucede siempre es para mejor. ¡Y yo no soy quien para discutir eso!

Las complicaciones comenzaron cuando llegamos a la terminal de Oriente, donde normalmente solo recogen a unos pocos pasajeros. Estuvimos allí más de una hora y tuvimos que cambiar de autobús debido a algún tipo de avería.

A partir de ahí, el viaje continuó con bastante lentitud. Una parada para que los que querían comer lo hicieran, nos llevó otra hora.

En la localidad de Clarines, hubo otra parada. Esta vez para cambiar una manguera del autobús.

Mientras continuábamos, nos pidieron que abriéramos las ventanas porque no se podía utilizar el aire acondicionado.

Con las ventanas abiertas, entró una abeja y, quizá pensando que yo era una flor, decidió clavarme el aguijón en el brazo. Afortunadamente, no hubo consecuencias graves.

Un viaje que normalmente dura siete horas acabó durando 12.

Por suerte, el registro y el alojamiento fueron rápidos y, una vez que estuve listo, aproveché para ir a comer algo. Aunque hubiera preferido algo local, tuve que recurrir a la gentrificación, pues no encontré ninguna otra alternativa.

A pesar de toda la odisea que fue el viaje, siempre es una maravilla hacer las cosas que a uno le gustan.

¡Ya que me eché el viaje hasta aquí, no te pierdas mañana, viernes 31, el evento hiver que tendremos en la Casa Ramos Sucre!

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