The advantage of creating links / La ventaja de crear vínculos (eng-esp)

Hello, dear friends.

I'm a practical person, which is why @finec's columnist-for-a-day initiative appeals to me so much.

I don't like wasting time on ideas that don't have a concrete application in real life. And that's why, after years of experience, I've come to a conclusion that is undeniable for me: building bonds with other people isn't a sentimental option; it's a fundamental need, as basic as breathing or eating.

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This need isn't something we learn; it's born with us. From the moment we are babies, we instinctively seek the touch, the voice, the gaze of another human being.
A baby who is not cared for doesn't just cry from hunger, it cries from loneliness. This is the first and purest evidence that we are designed to connect.
It's a biological and psychological survival mechanism. To ignore this instinct is to go against our very nature.

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That's why I believe we need to be actively and deliberately open to the possibility of creating connections with all kinds of people.
It's not about being the life of the party, but about not closing doors out of prejudice, mistrust, or simple comfort. Every person you meet represents an opportunity to learn something new, to see the world from a different angle.
A colleague, a neighbor, the clerk at the store where you shop every day—they are all potential nodes in your personal network.
The quality of your life is directly related to the quality and diversity of these connections.

We live in a society. This is a factual reality, not an aspiration. Since we are forced to coexist, the only intelligent strategy is to find ways to get along.

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Forging a lasting friendship or strengthening family ties isn't just about feeling good. It's a practical project. It's about building stable alliances.

It's about knowing that you can count on someone in a time of crisis, and that they can count on you in the same way.
This creates a stable and predictable environment, which is the foundation for any personal or communal progress.

In the professional sphere, this is even more obvious. These days, no one advances alone.
Promotions, innovative projects, and business opportunities arise from networking, recommendations, and the trust you've built with colleagues and superiors.
A strong professional bond is based on honesty, reliability, and mutual respect. These are human values ​​applied to work. Without them, your resume, no matter how impressive, has a very low ceiling.

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But here's the crucial point, the one many overlook: the important thing isn't just to create the bond, but to deepen it.

Anyone can exchange a business card or a friend request on social media. The real work begins later.

Maintaining a relationship over time takes effort: it requires constant communication, genuine interest, invested time, and sometimes the ability to forgive small mistakes.

A bond that isn't cared for weakens, breaks, and becomes useless. It's like a tool; if you don't sharpen and maintain it, it rusts and loses its usefulness.

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Ultimately, my well-being, my success, and my sense of belonging depend on the network of people I've been able to build around me.

Depending on others isn't a sign of weakness; It's the smartest and most realistic strategy for navigating life.
Being alone isn't being strong; it's simply being at a disadvantage.

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Hola, estimados.

Soy una persona práctica, por eso me atrae mucho la iniciativa de @finec como columnista por un día.

No me gusta perder el tiempo con ideas que no tengan una aplicación concreta en la vida real. Y por eso, después de años de experiencia, he llegado a una conclusión que para mí es innegable: tejer vínculos con otras personas no es una opción sentimental, es una necesidad fundamental, tan básica como respirar o alimentarse.

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Esta necesidad no es algo que aprendamos; nace con nosotros. Desde que somos bebés, instintivamente, buscamos el contacto, la voz, la mirada de otro ser humano.
Un bebé que no es atendido, no solo llora por hambre, llora por soledad. Esa es la primera y más pura evidencia de que estamos diseñados para conectarnos.
Es un mecanismo de supervivencia biológico y psicológico. Ignorar este instinto es ir en contra de nuestra propia naturaleza.

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Por eso, creo que tenemos que estar abiertos, de manera activa y deliberada, a la posibilidad de crear vínculos con todo tipo de personas.
No se trata de ser el alma de la fiesta, sino de no cerrar puertas por prejuicio, desconfianza o simple comodidad. Cada persona que conoces representa una oportunidad de aprender algo nuevo, de ver el mundo desde un ángulo distinto.
Un colega, un vecino, el dependiente de la tienda donde compras cada día; son todos nodos potenciales en tu red personal.
La calidad de tu vida está directamente relacionada con la calidad y la diversidad de estas conexiones.

Vivimos en sociedad. Esta es una realidad factual, no una aspiración. Dado que estamos obligados a coexistir, la única estrategia inteligente es buscar la manera de llevarnos bien.

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Forjar una amistad duradera o fortalecer los lazos familiares no es solo para sentirse bien. Es un proyecto práctico. Es construir alianzas estables.

Es saber que puedes contar con alguien en un momento de crisis y que, de igual manera, ellos pueden contar contigo.
Esto genera un entorno estable y predecible, que es la base para cualquier progreso personal o comunitario.

En el ámbito profesional, esto es aún más obvio. Hoy en día, nadie avanza en solitario.
Los ascensos, los proyectos innovadores, las oportunidades de negocio, surgen de redes de contactos, de recomendaciones, de la confianza que has sabido construir con colegas y superiores.
Un vínculo profesional fuerte se basa en la honestidad, en la fiabilidad y en el respeto mutuo. Son valores humanos aplicados al trabajo. Sin ellos, tu currículum, por impresionante que sea, tiene un techo muy bajo.

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Pero aquí está el punto crucial, el que muchos pasan por alto: lo importante no es solo crear el vínculo, sino profundizarlo.
Cualquiera puede intercambiar una tarjeta de presentación o una solicitud de amistad en redes sociales. El verdadero trabajo comienza después.

Mantener una relación en el tiempo exige esfuerzo: requiere comunicación constante, interés genuino, tiempo invertido y, a veces, la capacidad de perdonar pequeños errores.
Un vínculo que no se cuida, se debilita, se rompe y se vuelve inservible. Es como una herramienta; si no la afilas y la mantienes, se oxida y pierde su utilidad.

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Al final, mi bienestar, mi éxito y mi sentido de pertenencia dependen de la red de personas que he sabido tejer a mi alrededor.
No es un signo de debilidad depender de los demás; es la estrategia más inteligente y realista para navegar por la vida.
Estar solo no es ser fuerte; es, simplemente, estar en desventaja.