Saludos cordiales amigos de @holos-lotus, quiero agradecer a @damarysvibra por su iniciativa motivadora. No podía pasar por alto un tema que marcó etapas cruciales en mi vida, dejándome enseñanzas poderosas que hoy he decidido compartirles.

Fui criada por mis abuelos maternos: Vicente y Asela, queridísimos los dos. ¡Cuánto los extraño!. Ellos apoyaron a mi madre incondicionalmente, pues en aquella época era profesora de un preuniversitario en el campo, se iba a trabajar muy temprano en la mañana, regresando de su jornada laboral pasadas las seis de la tarde. Toda mi etapa de formación y enraizamiento estuvo divinamente guiada por mis segundos padres.

Mis abuelos apenas tenían sexto grado pero son las personas más abundantes que he conocido en casi mis 38 años. No hablo de abundancia material, la abundancia que atesoraba es intangible. Poseían una educación impecable y una bondad genuina; de sus voces conocí: al llegar siempre saluda y agradece cuando te ayuden. También vi en ellos el altruismo y la solidaridad con sus semejantes, el único teléfono que había en toda la manzana era el de su casa y estaba a la orden del que necesitara.
Mi abuela Asela tenía una máxima peculiar, decía: _tú no te preocupes ser bueno es mejor que ser rey _¡Cuánta abundancia encierra esa frase! Todos los días la recuerdo, aunque he perfeccionado ese concepto al aplicarlo sin excesos, en la justa medida.

Mi mamá, Odalys, fue una madre soltera con un salario bajo (a los maestros en Cuba no se les remuneran como merecen). Solo teníamos el apoyo (la fuerza moral) de sus padres. Mi mamá se desprendió de algunos libros guardados como reliquias.También de su cadena de oro y del anillo de compromiso; los cambió por comida y jabones.

Adoptó como alternativa echarle ganas al pedal de su máquina de coser. Pues de pantalones viejos de mezclilla y retazos de tela creaba agarraderas para sostener los calderos calientes en la cocina, con su respectivo pañito de manos. Así emprendió a vender a los vecinos del barrio por un valor de 20 pesos. Siempre acumulaba encargos para los días del maestro o para el día de las madres, como es el caso en la actualidad pero con precios variados.

Fui creciendo... llegó la adolescencia en la secundaria básica, el preuniversitario, los quince años y posteriormente la universidad; el salario mísero era sostenido en el tiempo. Surgía una interrogante ¿Cómo vestir sin recursos a una chica en una sociedad que marcaba tantas diferencias? Talvez lo consideren trivial pero el problema existe.

Pues mi madre iba a las tiendas de ropa reciclada y elegía dos piezas en cada cobro. La selección de ellas se basaba en tejido y color. Lo primero era cerciorarse que el tejido lo asimilara la máquina (vista y tacto entrenados para ello) y lo segundo que la pieza conservara con firmeza su color para que visual y estéticamente no luciera vieja la creación. Pues un vestido inmenso era convertido en maravillas. Así fue que en medio de la sequía con resiliencia y creatividad logramos el florecimiento. Supimos ser abundantes.

Yo buscaba los modelos de las prendas en las revistas, en programas de televisión o en las novelas de turno, para que ella tuviera una idea fresca a la hora de confeccionar. Nunca dejé de ir a una fiesta, ni me sentí menos, jamás agaché la cabeza por no tener ropa de tienda o importada. A todas mis amistades les decía con orgullo que llevaba puesto un atuendo elaborado por mi mamá. Fueron muchos los sorprendidos y aludidos. Tampoco faltó la crítica, pero así es la vida, era otra muestra de que somos abundantes.

Mi madre siempre ha sido una mujer elegante y con un gusto exquisito. Aprendí de ella a mantener una buena presentación, a estar siempre limpia y con una ropa adecuada según la ocasión. También aprendí que no se necesita de lujos para sentirse a gusto; que de nada vale tener una ropa de marca si no se sabe llevar; todo está en la creatividad para combinarse. Fueron días de no tener suficientes monedas pero nunca dejé de sentirme plena, gracias a la habilidad de mi madre, una guerrera, una mujer abundante.

El dinero es una energía, es un instrumento para obtener determinadas cosas materiales, yo no voy a subvalorarlo, es cierto que es necesario. Pero sé muy bien el valor del legado de mis abuelos, tuve una educación de oro desde la cuna. Sé del valor que posee el amor incondicional y la presencia de mi madre. Tesoros que no son finitos, ni pueden traducirse en un objeto o cifra precisamente por la autenticidad intrínseca que denotan.

Desde que nací lo he sido, pero hoy me declaro doblemente abundante porque pude dar a luz dos hijos preciosos cuando pensé que no podía, porque tengo una familia saludable y unida y porque soy una mujer creativa.

Warm greetings friends of @holos-lotus, I want to thank @damarysvibra for her motivational initiative. I could not overlook a topic that marked crucial stages in my life, leaving me powerful teachings that today I have decided to share with you.

I was raised by my maternal grandparents: Vicente and Asela, both very dear to me, I miss them so much! They supported my mother unconditionally, because at that time she was a teacher at a pre-university in the countryside, she went to work very early in the morning, returning from her workday after six in the afternoon. My whole stage of formation and rooting was divinely guided by my second parents.

My grandparents were barely in the sixth grade but they are the most abundant people I have known in almost 38 years. I am not talking about material abundance, the abundance they treasured is intangible. They possessed impeccable education and genuine kindness; from their voices I knew: on arrival say hello and always thank them when they help you. I also saw in them altruism and solidarity with their fellow men, since the only telephone in the whole block was the one in their house and it was available to anyone who needed it.
My grandmother Asela had a peculiar maxim, she used to say: _you don't worry being good is better than being king .How much abundance is contained in that phrase! Every day I remember it, although I have perfected this concept by applying it without excesses, in the right measure.

My mother, Odalys, was a single mother with a low salary (teachers in Cuba are not paid as they deserve). We only had the support (moral strength) of her parents. My mother gave away some books kept as heirlooms. Also her gold chain and engagement ring; she exchanged them for food and soaps.

As an alternative, he adopted the idea of using the pedal of his sewing machine. From old jeans and scraps of cloth, she created handles to hold the hot pots in the kitchen, accompanied by their respective handkerchiefs. This is how he began to sell to the neighbors in the neighborhood for 20 pesos. She always accumulated orders for teacher's days or for Mother's Day, as is the case nowadays, but with different prices.

I grew up... I reached adolescence in junior high school, pre-university, the fifteen years and later the university and the miserable salary was sustained over time. A question arose: How to dress a girl without resources in a society that marked so many differences?*** Maybe you consider it trivial but the problem exists.

Well, my mother would go to the recycled clothing stores and choose two pieces in each collection. The selection was based on fabric and color. The first thing was to make sure that the fabric could be assimilated by the machine (sight and touch trained for it) and the second thing was to make sure that the piece kept its color so that visually and aesthetically the creation did not look old. For an immense dress was turned into wonders. So it was that in the midst of the drought, with resilience and creativity we were able to flourish. We knew how to be abundant.

I would look for the models of the clothes in magazines, in television programs or in the soap operas of the day, so that she would have a fresh idea when it was time to make them. I never stopped going to a party, nor did I feel lesser, I never put my head down for not having store or imported clothes. I proudly told all my friends that I was wearing an outfit made by my mother. Many people were surprised and alluded. There was no lack of criticism either, but that's life, it was another sign that we are plentiful.

My mother has always been an elegant woman with exquisite taste. I learned from her to maintain a good presentation, to always be clean and with appropriate clothing according to the occasion. I also learned that you don't need luxuries to feel at ease; that it's no use to have brand name clothes if you don't know how to wear them; it's all in the creativity to combine them. There were days of not having enough money but I never stopped feeling full, thanks to the ability of my mother, a warrior, an abundant woman.

Money is an energy, it is an instrument to obtain certain material things, I am not going to undervalue it, it is true that it is necessary. But I know very well the value of my grandparents' legacy, I had a golden education from the cradle. I know the value of my mother's unconditional love and presence. Treasures that are not finite, nor can they be translated into an object or figure precisely because of the intrinsic authenticity they denote.

Since I was born I have been, but today I declare myself doubly abundant because I was able to give birth to two beautiful children when I thought I could not, because I have a healthy and united family and because I am a creative woman.

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