Desde el rosa de la resiliencia ~ Bitácora de una Neuróloga [Esp/Eng]

Hoy llego nuevamente a los espacios de esta comunidad de crecimiento, con mi Bitácora de una Neuróloga, pero lo hago desde una pasión diferente, desde un color que este mes nos debe tocar de cerca a todos.

Día a día me pongo mi bata blanca no solo como neuróloga pediatra, sino como una testigo privilegiada de la increíble capacidad de resiliencia que habita en el ser humano. Sé que imaginarán cómo en mi consulta veo a niños y a sus familias enfrentar diagnósticos complejos con una valentía que en ocasiones me quita el aliento. Y en este octubre, que se debe teñir de rosa, quiero llevar esa misma mirada a un tema que nos toca a tantas: la lucha contra el cáncer de mama.

Desde mi mundo lleno de neuronas, sinapsis y cerebros en desarrollo, he aprendido y aprendo todos los días una lección universal: la actitud con la que enfrentamos una tormenta puede determinar en gran medida cómo saldremos de ella. Y no es magia, es la ciencia de la resiliencia, que es también la de la neuroplasticidad y de esa capacidad maravillosa que tiene nuestro cerebro de reorganizarse y encontrar nuevos caminos, incluso ante el dolor más profundo.

No es mi objetivo hablarles ahora de prevención, ni de charlas educativas, sino de hablar de esta fuerza mental que florece con una belleza desgarradora en medio de la adversidad.

Desgraciadamente, en mi trabajo a menudo soy la mensajera de noticias que nadie quiere escuchar, y sé cómo una sola frase puede fracturar la realidad de una familia. ¿Imaginan cómo un diagnóstico puede provocar miedo, frío? Pues sí, pero también les digo que un diagnóstico no define a nadie; es solo una enfermedad y no lo que eres. Si eres una mujer con un cáncer de mama, sigues siendo una mujer fuerte, amorosa, luchadora, con sueños y propósitos. Y es cierto que el cáncer puede ser un capítulo brutal en nuestra historia, pero no lo es todo.

Entonces es vital que la protagonista de nuestra historia sea la resiliencia, que no es para nada una cualidad mística. Yo le llamo el músculo de las emociones, que se entrena y se fortalece con la práctica, y se entrena además en los días buenos para que nos pueda sostener en los días malos.

A ver, estamos claros que una actitud positiva no cura el cáncer, y yo le doy todo el valor a la ciencia y la medicina basada en la evidencia. Pero el estado mental de un paciente influye en su sistema inmunológico, en su tolerancia al tratamiento y finalmente en su calidad de vida.

No podemos hacernos cómplices del estrés crónico, porque es corrosivo. En cambio, la esperanza nutre, y visualizarse sana y fuerte son como armas bajo la manga que pueden marcar la diferencia.

Por eso, desde acá, desde #holoslotus, esta bella familia donde abogamos por el crecimiento personal, en este Octubre Rosa, los incito a extender la mirada más allá de nosotros mismos. Y si conoces a alguien que está luchando contra el cáncer de mama, no solo le digas que avise si necesita algo; sé más específico y acompáñala. Seamos presentes, seamos esa red para aliviar el miedo y alimentar la esperanza.

Yo he conocido a muchas que han librado la batalla con la mayor entereza de que es capaz un ser humano, y por eso les aseguro que hasta en la batalla más dura, la fuerza mental puede ser nuestro bien más preciado.

_{✨¡𝑮𝒓𝒂𝒄𝒊𝒂𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝒍𝒆𝒆𝒓! ✨
𝑺𝒊 𝒂ú𝒏 𝒏𝒐 𝒎𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒐𝒄𝒆𝒔: 𝒔𝒐𝒚 𝒏𝒆𝒖𝒓ó𝒍𝒐𝒈𝒂 𝒚 𝒆𝒔𝒄𝒓𝒊𝒕𝒐𝒓𝒂 𝒄𝒖𝒃𝒂𝒏𝒂, 𝒎𝒂𝒅𝒓𝒆, 𝒎𝒖𝒋𝒆𝒓 𝒚 𝒔𝒐ñ𝒂𝒅𝒐𝒓𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒏𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓ó 𝒆𝒏 𝑯𝒊𝒗𝒆 𝒖𝒏 𝒉𝒆𝒓𝒎𝒐𝒔𝒐 𝒆𝒔𝒑𝒂𝒄𝒊𝒐 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒗𝒐𝒍𝒂𝒓.
𝑬𝒍 𝒕𝒆𝒙𝒕𝒐 𝒚 𝒍𝒂𝒔 𝒊𝒎á𝒈𝒆𝒏𝒆𝒔 𝒔𝒐𝒏 𝒅𝒆 𝒎𝒊 𝒂𝒖𝒕𝒐𝒓í𝒂, 100% 𝒉𝒖𝒎𝒂𝒏𝒐𝒔 (𝒔𝒊𝒏 𝑰𝑨).
𝑩𝒂𝒏𝒏𝒆𝒓 𝒅𝒊𝒔𝒆ñ𝒂𝒅𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝑳𝒖𝒎𝒊𝒊.
¿𝑻𝒆 𝒈𝒖𝒔𝒕ó 𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒑𝒖𝒃𝒍𝒊𝒄𝒂𝒄𝒊ó𝒏? 𝑽𝒐𝒕𝒂, 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒐 𝒓𝒆𝒃𝒍𝒐𝒈𝒖𝒆𝒂 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒂𝒚𝒖𝒅𝒂𝒓 𝒂 𝒅𝒆𝒔𝒑𝒍𝒆𝒈𝒂𝒓 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒔 𝒂𝒍𝒂𝒔.💛}

ENGLISH VERSION

From the Pink of Resilience ~ A Neurologist's Log

Today I return to the spaces of this growth community with my "A Neurologist's Log," but I do so from a different passion, from a color that this month should touch us all closely.

Day after day, I put on my white coat not only as a pediatric neurologist but also as a privileged witness to the incredible capacity for resilience that dwells within the human being. I know you can imagine how in my practice I see children and their families face complex diagnoses with a bravery that sometimes takes my breath away. And this October, which should be tinged with pink, I want to bring that same perspective to a topic that touches so many of us: the fight against breast cancer.

From my world full of neurons, synapses, and developing brains, I have learned and continue to learn a universal lesson every day: the attitude with which we face a storm can largely determine how we will emerge from it. And it's not magic; it's the science of resilience, which is also the science of neuroplasticity and that marvelous capacity our brain has to reorganize itself and find new paths, even in the face of the deepest pain.

My goal is not to talk to you now about prevention, nor about educational talks, but to talk about this mental force that blooms with heartbreaking beauty in the midst of adversity.

Unfortunately, in my work, I am often the messenger of news that no one wants to hear, and I know how a single phrase can fracture a family's reality. Can you imagine how a diagnosis can provoke fear, a chill? Well, yes, but I also tell you that a diagnosis does not define anyone; it is just an illness and not who you are. If you are a woman with breast cancer, you are still a strong, loving, fighting woman, with dreams and purposes. And it's true that cancer can be a brutal chapter in our story, but it is not everything.

Therefore, it is vital that the protagonist of our story be resilience, which is not at all a mystical quality. I call it the muscle of emotions, which is trained and strengthened with practice, and it is trained on the good days so it can sustain us on the bad days.

Let's be clear, a positive attitude does not cure cancer, and I give full value to science and evidence-based medicine. But a patient's mental state influences their immune system, their tolerance to treatment, and ultimately, their quality of life.

We cannot become accomplices to chronic stress because it is corrosive. In contrast, hope nourishes, and visualizing oneself as healthy and strong are like aces up your sleeve that can make a difference.

That's why, from here, from #holoslotus, this beautiful family where we advocate for personal growth, in this Pink October, I urge you to extend your gaze beyond ourselves. And if you know someone who is fighting breast cancer, don't just tell them to let you know if they need something; be more specific and accompany them. Let us be present, let us be that network to alleviate fear and nourish hope.

I have known many who have waged the battle with the greatest fortitude a human being is capable of, and that is why I assure you that even in the toughest battle, mental strength can be our most precious asset.

_{✨𝑻𝒉𝒂𝒏𝒌𝒔 𝒇𝒐𝒓 𝒓𝒆𝒂𝒅𝒊𝒏𝒈! ✨
𝑰𝒇 𝒚𝒐𝒖 𝒅𝒐𝒏’𝒕 𝒌𝒏𝒐𝒘 𝒎𝒆 𝒚𝒆𝒕. 𝑰’𝒎 𝒂 𝑪𝒖𝒃𝒂𝒏 𝒏𝒆𝒖𝒓𝒐𝒍𝒐𝒈𝒊𝒔𝒕 𝒂𝒏𝒅 𝒘𝒓𝒊𝒕𝒆𝒓, 𝒂 𝒎𝒐𝒕𝒉𝒆𝒓, 𝒂 𝒘𝒐𝒎𝒂𝒏, 𝒂𝒏𝒅 𝒂 𝒅𝒓𝒆𝒂𝒎𝒆𝒓 𝒘𝒉𝒐’𝒔 𝒇𝒐𝒖𝒏𝒅 𝒊𝒏 𝑯𝒊𝒗𝒆 𝒂 𝒃𝒆𝒂𝒖𝒕𝒊𝒇𝒖𝒍 𝒔𝒑𝒂𝒄𝒆 𝒕𝒐 𝒔𝒐𝒂𝒓.
𝑨𝒍𝒍 𝒕𝒆𝒙𝒕 𝒂𝒏𝒅 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒆𝒔 𝒂𝒓𝒆 𝒎𝒚 𝒐𝒓𝒊𝒈𝒊𝒏𝒂𝒍 𝒄𝒓𝒆𝒂𝒕𝒊𝒐𝒏𝒔, 100% 𝒉𝒖𝒎𝒂𝒏-𝒎𝒂𝒅𝒆 (𝒏𝒐 𝑨𝑰).
𝑩𝒂𝒏𝒏𝒆𝒓 𝒅𝒆𝒔𝒊𝒈𝒏𝒆𝒅 𝒃𝒚 𝑳𝒖𝒎𝒊𝒊.
𝑳𝒐𝒗𝒆𝒅 𝒕𝒉𝒊𝒔 𝒑𝒐𝒔𝒕? 𝑼𝒑𝒗𝒐𝒕𝒆, 𝒄𝒐𝒎𝒎𝒆𝒏𝒕, 𝒐𝒓 𝒓𝒆𝒃𝒍𝒐𝒈 𝒕𝒐 𝒔𝒑𝒓𝒆𝒂𝒅 𝒕𝒉𝒆 𝒘𝒊𝒏𝒈𝒔 𝒐𝒇 𝒄𝒓𝒆𝒂𝒕𝒊𝒗𝒊𝒕𝒚! 💛}