Hola a todos, bienvenidos a mi blog.

Ha sido toda una semana abrumadora; llena de rutina, cosas efímeras y mucho estrés. Honestamente, me costó un riñón y parte del otro aguantar la semana, y a causa de ello, decidí salir al C.C Sambil a despejarme.

Fui con la única meta de comerme una hamburguesa y leer poesía con mis audífonos hasta que fuera suficientemente de noche como para irme a casa. Ocurrió que no advertí que vivíamos en una isla donde todo el mundo se conoce, y que por ende, encontraría muchos compañeros y amigos en el centro comercial. Ejemplo de esto, fue mi compañera del bachillerato quien también fue al centro comercial con la idea de comer y olvidarse de la rutina un rato, así que decidimos acompañarnos mutuamente vitrineando algunas tiendas.

Entre tienda y tienda, observamos una pequeña multitud niños con caras pintadas diabólicamente haciendo fila para alguna especie de secta rara que adoraba a una especie de rana vestida como niño explorador gringo. De lejos se veía raro, pero de cerca era una actividad en sumo inofensiva, pues por más que los niños tenían animales como mariposas y arañas pintadas en la cara, se trataba de una marca de pinturas al frío que promocionaba sus productos en colaboración con las tiendas Mundo Escolar.

Lo malo de mi compañera de aventuras de ayer, que aparte de ser bonita y saber aprovecharse de ello, es que es muy infantil; y en algún momento la perdí de vista, y después la encontré haciendo fila para también pintarse la cara.... Y yo, como acompañante de aventuras, no tuve otra opción que ceder ante la presión social y unirme a la cola también.

Obviamente, primero pregunté al staff del evento cuál era el límite de edad para participar, y después de verme raro, dijeron que todos podían pintarse la cara, pero que no recibiríamos caramelos. Y entonces nos formamos de nuevo. Valentina si quería pintarse una mariposa, y yo pensé mucho lo que quería pintarme, entonces cuando ya me tocaba pintarme la cara, la chica que pintaba me preguntó si quería un corazóncito o una araña, a lo cual contesté "no, vale. Yo soy un chamo serio, mejor hágame algo que asuste a los niños" -¿como qué? -Como un bigote de villano.
Y así fue como nació ulisini villanini.

Admito que fue un momento de infantilismo descontrolado. Pero lo disfruté. Valentina se convirtió en una mariposa traicionera y yo en un excéntrico hombre con bigote. Y por supuesto que nos tomamos muchas fotos con la rana boy scout. Nosotros aportamos mucho ambiente a la actividad como para que no nos hayan dado ni un caramelito, lo cual consideré una injusticia y reclamé, y gracias a ello conseguimos unos globitos bastante lindos que celebraban Halloween.

Después de todo, si logré despejarme un poco, y tuve la dicha de celebrar semejante reencuentro. Definitivamente, nunca estaré lo suficientemente grande como para dejar de pintarme la cara con acuarelas. Les exhorto a desembarazarse de la rutina cada cuaresma, y a no dejar morir su niño interior.

Muchas gracias a todos por leer y compartir. Hasta la próxima

Hello everyone, welcome to my blog.

It's been a really overwhelming week, full of routine, fleeting things, and a lot of stress. Honestly, it took everything I had to get through the week, and because of that, I decided to go to the Sambil shopping center to clear my head.

I went with the sole purpose of eating a hamburger and reading poetry with my headphones on until it was dark enough to go home. It turned out that I didn't realize we live on an island where everyone knows each other, and that I would therefore run into many classmates and friends at the mall. An example of this was my high school classmate, who also went to the mall with the idea of eating and forgetting about her routine for a while, so we decided to keep each other company by window shopping at a few stores.

Between stores, we observed a small crowd of children with devilishly painted faces lining up for some kind of strange cult that worshipped a species of frog dressed as a gringo boy scout. From a distance it looked strange, but up close it was a harmless activity, because even though the children had animals such as butterflies and spiders painted on their faces, it was a brand of cold paints promoting its products in collaboration with Mundo Escolar stores.

The problem with my adventure companion yesterday, apart from being pretty and knowing how to take advantage of it, is that she is very childish. At some point, I lost sight of her, and then I found her lining up to have her face painted too... And I, as her adventure companion, had no choice but to give in to social pressure and join the line as well.

Obviously, I first asked the event staff what the age limit was for participating, and after looking at me strangely, they said that everyone could have their face painted, but that we wouldn't get any candy. And so we got back in line. Valentina wanted to have a butterfly painted on her face, and I thought long and hard about what I wanted, so when it was my turn to have my face painted, the girl painting asked me if I wanted a little heart or a spider, to which I replied, "No, okay. I'm a serious guy, better make me something that scares kids." "Like what?" "Like a villain's mustache."
And that's how ulisini villanini was born.

I admit it was a moment of uncontrolled childishness. But I enjoyed it. Valentina became a treacherous butterfly and I became an eccentric man with a mustache. And of course we took lots of pictures with the boy scout frog. We brought so much energy to the activity that they didn't even give us a piece of candy, which I considered unfair and complained about, and thanks to that, we got some pretty cute balloons celebrating Halloween.

After all, I managed to clear my head a little, and I had the joy of celebrating such a reunion. I will definitely never be too old to stop painting my face with watercolors. I urge you to break free from your routine every Lent and not let your inner child die.

Thank you all very much for reading and sharing. Until next time.