đŸșđŸșThe Dinamic DuođŸșđŸș || đŸșđŸșEl Duo DinĂĄmicođŸșđŸș

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Hello, Liketubers! Welcome back to another day in the Husky Chronicles—also known as “How to Survive Two Furry Tornadoes.”

Now, let me introduce you to my two partners in crime: Max and Oslo, the dynamic duo, the kings of chaos, the uncontested champions of creating disaster in record time.

Max, 3 years old, is the mastermind. He’s got this sneaky, mischievous energy that says, “I’m innocent,” but don’t let those eyes fool you. Behind that cute face is a brain that’s constantly plotting the next round of mayhem. And then we have Oslo, just 1 year old and the baby of the family. He’s all about that “go big or go home” attitude. If Max is the brains, Oslo is the wrecking ball—full speed, no brakes, total destruction guaranteed.

Together? They’re basically the Husky version of Batman and Robin—if Batman and Robin had zero regard for your furniture, plants, or sanity.

A typical day: Max wakes up, stretches, gives Oslo “the look,” and that’s it. The house instantly turns into a wrestling arena. They tackle each other, run laps around the living room, and suddenly my couch is no longer a couch—it’s a trampoline, a fort, or whatever else their wild imaginations decide it is.

And the best part? They have zero shame. Oslo will sprint past me with a cushion in his mouth while Max gives me a look that says, “I don’t know what happened. It wasn’t me.” Sure, Max. Sure.

Despite their rebellious streak, these two are inseparable. If one of them gets into trouble, the other is always right there, either helping or being an accomplice. Their bond is unbreakable, and watching them play, wrestle, and even team up to steal a snack off the kitchen counter is both hilarious and heartwarming.

Each day with Max and Oslo is a new adventure, filled with laughter, chaos, and a lot of sweeping up fur. But honestly? I wouldn’t change it for the world.


ÂĄHola, Liketubers! Bienvenidos de nuevo a otro dĂ­a en las CrĂłnicas del Husky—tambiĂ©n conocido como "CĂłmo sobrevivir a dos tornados peludos".

Ahora, dĂ©jenme presentarles a mis dos cĂłmplices: Max y Oslo, el dĂșo dinĂĄmico, los reyes del caos, los campeones indiscutidos de crear desastres en tiempo rĂ©cord.

Max, de 3 años, es el cerebro detrås de todo. Tiene esa energía traviesa y astuta que dice: "Soy inocente", pero no se dejen engañar por esos ojitos. Detrås de esa cara tierna hay una mente que estå constantemente planeando la próxima ronda de travesuras. Y luego tenemos a Oslo, el bebé de la familia, con solo 1 año. Oslo va por la vida con la actitud de "a lo grande o a casa". Si Max es el cerebro, Oslo es la bola de demolición: a toda velocidad, sin frenos, garantizando destrucción total.

ÂżJuntos? Son bĂĄsicamente la versiĂłn husky de Batman y Robin, si Batman y Robin no tuvieran ni el mĂĄs mĂ­nimo respeto por tus muebles, tus plantas o tu cordura.

Un dĂ­a tĂ­pico: Max se despierta, se estira, le da a Oslo "la mirada", y eso es todo. La casa se convierte instantĂĄneamente en un ring de lucha libre. Se lanzan uno contra el otro, corren vueltas alrededor del salĂłn y, de repente, mi sofĂĄ ya no es un sofĂĄ: es un trampolĂ­n, una fortaleza o lo que su imaginaciĂłn salvaje decida.

ÂżLo mejor de todo? No sienten ninguna vergĂŒenza. Oslo pasa corriendo con un cojĂ­n en la boca mientras Max me mira como diciendo: "Yo no sĂ© quĂ© pasĂł. No fui yo." Claro, Max. Claro.

A pesar de su racha rebelde, estos dos son inseparables. Si uno se mete en problemas, el otro siempre estĂĄ ahĂ­, ya sea ayudando o siendo cĂłmplice. Su vĂ­nculo es irrompible, y verlos jugar, luchar y hasta hacer equipo para robar un bocadillo de la cocina es tan hilarante como conmovedor.

Cada dĂ­a con Max y Oslo es una nueva aventura, llena de risas, caos y mucho barrer pelo. Pero, sinceramente, no lo cambiarĂ­a por nada.


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