La cara oculta de la resiliencia

¿Puede ser la resiliencia un problema? Quizás muy pocas personas se hayan hecho esta pregunta. Y es que, si esta característica es vista como una virtud, ¿cómo puede ser algo negativo? Hoy quiero hablar sobre la cara oculta de la resiliencia. No solo te invito a que me leas, sino que luego me dejes tu opinión en los comentarios sobre si puede ser mala o no la resiliencia.

¿Qué es la resiliencia?

Según la Real Academia Española la resiliencia es la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o una situación adversa. Dicho de otro modo, es la capacidad de adaptarnos a los inconvenientes sin que se afecte nuestro desempeño o los resultados esperados.

Esta no es una capacidad exclusiva del ser humano, muchos animales y plantas la tienen. De hecho, los diferentes grados de resiliencia han determinado a nivel mundial la evolución o extinción de muchas especies.
Incluso se puede decir que muchos materiales son resilientes por su moldeabilidad, capacidad de soportar condiciones extremas o de retornar a su estado inicial luego de estímulos externos.

¿Puede ser mala la resiliencia?

Si nos ayuda a superar los obstáculos que enfrentamos en la vida, ¿cómo es que puede ser mala la resiliencia? Quizás algunos hayan escuchado antes el dicho de que “todo en exceso hace daño”, pues esta es la explicación más simple. No obstante, veamos algunas interioridades a continuación.

La idealización de la resiliencia puede ser mala

Últimamente está de moda destacar la capacidad de estar bien y ser fuerte siempre. Esto lleva a muchas personas a ocultar su dolor emocional y reprimir emociones como la tristeza o el miedo. Las consecuencias de esta actitud pueden ser ansiedad o depresión, lo que nos lleva a un círculo vicioso. O sea, las personas se niegan a pedir ayuda por miedo a parecer débiles.

Resiliencia mala o cuándo adaptarnos nos destruye

¿Has escuchado alguna vez la historia de la rana en la olla de agua? Es lo que nos sucede si somos resilientes sin estar conscientes de las circunstancias, terminaremos normalizando el sufrimiento y hervidos en la olla. Situaciones abusivas (familiares, laborales, de pareja) serán toleradas bajo la idea de que estos maltratos aún no son “graves”. Esto nos puede causar agotamiento crónico, pérdida de la identidad propia y hasta daños a nuestra salud física por estrés excesivo y continuo.

Negación de nuestros límites personales

En estos casos tendemos a ignorar las señales de fatiga que nuestro cuerpo nos envía intentando ser resilientes y demostrar (a otros o a nosotros mismos) capacidad de recuperación o aguante. Sin embargo, esto nos puede provocar un menos rendimiento o exponernos a enfermedades psicosomáticas, insomnio o a colapsos repentinos (síndrome del héroe incansable).

El exceso de resiliencia puede afectar las relaciones interpersonales

Cuando para mantener una imagen de fortaleza se entra en aislamiento emocional y se evita compartir vulnerabilidades se puede dañar la intimidad y confianza en las amistades o en la pareja. También se puede caer en una falta de reciprocidad al asumir la persona resiliente las cargas ajenas desatando un desequilibrio en la relación. Estas personas por lo general terminan descuidándo su propio bienestar.

La resiliencia como arma de opresión

Muchos en posiciones de poder pueden utilizar la resiliencia como arma para responsabilizar a la persona en lugar de cuestionar los sistemas opresivos a los que están sometidos. Esto sucede por lo general porque son ellos quienes aplican y se benefician de esa opresión. Lo podemos identificar con algunas empresas que glorifican jornadas extenuantes o la explotación laboral disfrazándolas de oportunidades para crecer. También criticar a quien no se adapta o culparlo por su condición son algunas de las estrategias. Ejemplo de esto pueden ser las frases: “si sufres es porque no eres suficiente resiliente”, “eres pobre porque quieres”, “tienes que aguantar porque eres inmigrante”.

Nos podemos volver irreflexivos

Si continuamente priorizamos la superación o adaptación rápida a los problemas sin detenernos a analizar las causas a fondo, es seguro que terminemos repitiendo patrones y ciclos de crisis. Un ámbito evidente de esta situación son las relaciones de pareja donde algunas personas tienen un largo historial de relaciones fallidas con características similares y reiteradas.

La resiliencia como evasión

Lo podemos ver en aquellas personas que utilizan la actividad constante y el optimismo forzado para no enfrentar duelos o traumas. Es el caso de quienes ante la pérdida de un ser querido no se dan el tiempo de elaborar y vivir el duelo y utilizan la resiliencia como justificación evasiva. A largo plazo posponer de manera indefinida estos procesos de sanación del trauma pueden tener efectos psicológicos más dañinos.

Claves para una resiliencia saludable

Lo principal para evitar que la resiliencia pueda ser mala es encontrar el equilibrio. No pecar de exceso, pero tampoco de falta. Aquí te doy algunos puntos que puedes tener en cuenta para alcanzar este balance:

  • Reconocer y validar las emociones negativas.
  • Establece límites claros en tus relaciones interpersonales y a ti mismo/a.
  • Busca ayuda o apoyo sin culpas ni miedos.
  • Cuestiona los sistemas y analiza las causas de cada situación, no te limites a adaptarte.

Conclusión

Es importante tener presente que la resiliencia es una herramienta, no puede ser el objetivo. El exceso y la romantización de la misma pueden ser una trampa para enmascarar abusos, injusticias o invalidar el sufrimiento. En este sentido la resiliencia puede ser mala, pero está en nuestras manos encontrar el equilibrio para que sea un plus y no un contra. ¿Qué opinas tú? ¿Estás de acuerdo conmigo? ¿Consideras que ser resiliente te ayuda o estás dejando que te afecte?


La imagen es mía

Posted Using INLEO



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Gracias por estas luces sobre esa reinvención personal llamada resiliencia. Has mostrado otras perspectivas en un análisis muy completo y ameno

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Muy abarcador tu post. El espíritu estoico a veces nos lleva a resistir demasiado. Un saludo

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Es que a veces nos inducen o nos dejamos inducir a ello. Sin embargo, hay momentos en que tenemos que decir "basta".

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La resiliencia no es sinónimo de aguantar. Sino que implica enfrentar, superar, desarrollarse, aprender. Es la manera de seguir adelante en circunstancias complicadas. Nunca es lo mismo que quedarnos inertes, todo lo contrario.
Deberíamos entender esto lo cubanos.🙄

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Es como digo, la resiliencia es una herramienta, no puede ser el objetivo. Gracias por el comentario.

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El término resiliencia llegó a estar muy de moda y de hecho su significado es muy bonito, transmite fortaleza, empatía, lucha,superación. Lo importante es que esa resiliencia no juegue en contra y afecte nuestras vidas.

El mundo necesita esa resiliencia en equilibrio 😀💕bendiciones, disfruté la lectura.

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La verdad es que sí, no se puede llevar las cosas buenas al extremo porque dejan de ser buenas. Gracias por su comentario y lectura 🙌.

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Interesante análisis que llega a promover posturas preestablecidas erróneamente.
Excelente.

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