Ha sido difícil, ¿verdad? Me pregunta mi profesora, respondiendo a ello, solo con un movimiento en la cabeza afirmando tal expresión; a pesar de las cosas que me ha pasado, logré aprobar la última evaluación para graduarme, aun con los tropiezos en el camino. Camine por los pasillos de la Universidad, recordando las frustraciones que pase durante toda la carrera, pero, sobre todo, la perdida de mi tía, quién era mi mayor apoyo.

Llegué a un lugar poco recurrente, ni siquiera sabía de su existencia, quizás porque es un poco antiguo; me senté en las anchas escaleras y sentí en ese preciso momento, como todas las cargas se fueron en ese instante, me invadió un sentimiento de tristeza, de soledad, a pesar del triunfo, fue como caer en cuenta que no estaba esa persona que te apoyo en todo momento. El agotamiento acumulado empezó a brotar, no descanse con tal de cumplir este sueño no solo por mí, sino por ella, puse mi bolso a un lado y apoyé mi cabeza en mi brazo, escondiendo mi rostro, sentía los rayos del sol intensamente, aun así, quería quedarme ahí, dejar fluir todas las emociones.

Al final, me quedé un rato dormida, mi cara estaba un poco hinchada, creo que lloré mientras soñaba, pero fue suficiente para dejar soltar aquello que tenia guardado en mi corazón, espero ella lo celebre allá arriba, porque esta victoria es para ella.