Esta foto me hizo sentir vieja, no puedo creer como ha pasado el tiempo, pues veo a mi primito ahí tan pequeño y comparado a como está actualmente, no pues, me hizo ver que los años pasan, pero es volado. Realmente tengo muy bonitos recuerdos de este momento, me invitaron a que pasaríamos con los primitos más jóvenes a un parque jurásico que habían recientemente puesto en el Sambil y yo por supuesto acepte, cuando era niña deseaba ir a uno, aunque la emoción puede que no fuese la misma que sentía antes, quería por lo menos no dejar de cumplir ese sueño.

La atracción no era nada del otro mundo, aun así, estaba bonito, por lo menos los más pequeñines lo disfrutaban mucho y se ilusionaban al ver dinosaurios que se movían, sobre todo mis primitos, eso sí entretuvieron por mucho rato ahí y siendo tan tremendos como lo era en ese entonces, pudieron portarse bien y quedarse quieto un rato. Se montaban en los dinosaurios que se permitían estar encimas de ellos, bueno los figuras en gran tamaño; hasta mi prima se tomó fotos y eso es muy, pero muy extraño, ya que a ella no le gusta tomarse foto, pues a según y que no es fotogénica, en fin, por lo menos en esa época se tomaba más fotos que ahora.

Este recuerdo me hizo reflexionar que, no importa la edad que se tenga, mientras se pueda cumplir un sueño que teníamos de pequeños, hay que hacerlo, puede que ya no sientas la misma emoción y sea algo que no esperabas, no obstante, es mejor darse el gusto que quedarse con las ganas. Me gustó mucho haber cumplido el sueño de ir a una atracción de ese estilo, que no me impresiono para decir oh whoaa, algo que mis primitos si hicieron, no me molesto ni nada, más bien tomé muchas fotos para seguir recordando ese instante.