MOVIE REVIEW - “Legacy of Sin: The William Coit Story” (1995)

Synopsis: After his mother remarries, William is warned by his uncle that his father's death was no accident (an unofficial version he knows). From then on, he begins investigating his mother's past and ends up unearthing dirty and deadly secrets.

It's been a while since I've seen a made-for-television movie as interesting as this one, and while it has its many problems, the plot is intriguing from start to finish, raising questions in various scenes about the true intentions of the characters involved in the conflicts that gradually build a narrative that invites you to enter a world where nothing is as it seems within the routine of a family raised under a web of lies, where a mother's cruelty set the standards.

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Based on true events (which automatically captures my attention because I enjoy these types of stories) and portrayed through a blend of drama and suspense, the plot follows the journey of a son who discovers circumstantial evidence (and some very robust evidence) that his own mother was involved not only in his father's death, but also in a wave of lies involving greed, money, and a lust for power that fuels a corrupted soul that was capable of destroying an entire family for many years.

Without wasting much time on character development (which ends up being a very weak point of this movie), all the main events are quickly revealed to the audience. Even though this is a relatively "negative" aspect, it helps to energize the events in a way that piques the curiosity of those watching the movie (at least it was that way for me). As the mysteries begin to pile up, the family's relationship begins to crumble in a vile way. Ghosts from the past return to haunt William, his wife Robin, his brother Seth, and his mother, Jill.

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The plot is intricate, and even with some rather random moments (and a bit disconnected from the overall context), the convergence of events manages to pave the way for a very compelling suspenseful story. The narrative flaw lies only in the dramatic aspect (because there wasn't enough space to do so). The investigative aspect could have been much more intense, but what's actually there is enough to sustain the plot for its little over 80 minutes (in essence, it's the kind of script that needed a little more time to become even more robust).

The script has some absurd situations (which are easily accepted by the characters in highly conflicting moments, where the drama should have been much more consistent within its complexity), but this doesn't detract from a movie that, being made directly for television, proves to be an above-average production due to its truly compelling aspects. The cast, for example, is for the most part very synergistic and ensures the fluidity of the events that create an increasingly heavy atmosphere (and very well captured by the characters here).

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Bonnie Bedelia and Neil Patrick Harris lead an interesting cast. While Bedelia creates a highly manipulative villain, knowing how to exploit the emotions of those around her to the point of influencing them to do what she wants, when she wants, and how she wants (and here it's worth highlighting the submissive relationship of Seth, her eldest son, who is mentally dominated by her), Harris brings to life a young man who, naturally, is revolted by a past full of lies, and from this, a "new personality" emerges, seeking to bring justice.

The characters' rapport is satisfying, and everything they do is very instructive. All of this helps to cement the veracity of the facts on which the entire movie is based (something I particularly value). Since this is a movie aimed at television, it is expected that its technical resources will not be a strong point and this movie really has resources with more than evident technical limitations (the editing of the scenes, by far, is the worst of them... minimizing, in fact, all the magnitude that some impactful scenes should have, such as the outcome of the final act).

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Alongside Ronald Parker, Steven Schachter not only helped write this script (which has its merits), but also single-handedly directed a movie that could easily have gone off the rails due to its excessive clichés (common in this type of dramatic approach mixed with consistent touches of suspense). Legacy of Sin: The William Coit Story is far from a flawless production, but considering the niche this movie belongs to, it's worth watching because its essence makes it an intriguing and bold project, addressing sensitive themes within a family context.

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CRÍTICA DE PELÍCULA: “El legado” (1995)

Sinopsis: Tras el nuevo matrimonio de su madre, William recibe la advertencia de su tío de que la muerte de su padre no fue accidental (una versión no oficial que él conoce). A partir de entonces, comienza a investigar el pasado de su madre y termina desenterrando secretos sucios y mortales.

Hacía tiempo que no veía una película para televisión tan interesante como esta, y si bien tiene sus muchos problemas, la trama es intrigante de principio a fin, planteando preguntas en varias escenas sobre las verdaderas intenciones de los personajes involucrados en los conflictos que gradualmente construyen una narrativa que invita a adentrarse en un mundo donde nada es lo que parece dentro de la rutina de una familia criada bajo una red de mentiras, donde la crueldad de una madre marca la pauta.

Basada en hechos reales (lo cual capta automáticamente mi atención, ya que disfruto de este tipo de historias) y narrada mediante una mezcla de drama y suspense, la trama sigue la historia de un hijo que descubre pruebas circunstanciales (y algunas muy contundentes) de que su propia madre estuvo involucrada no solo en la muerte de su padre, sino también en una ola de mentiras relacionadas con la avaricia, el dinero y el ansia de poder que alimenta un alma corrupta capaz de destruir a una familia entera durante muchos años.

Sin dedicar mucho tiempo al desarrollo de los personajes (que termina siendo un punto débil de esta película), todos los eventos principales se revelan rápidamente al público. Aunque este es un aspecto relativamente "negativo", ayuda a dinamizar los eventos de una manera que despierta la curiosidad de quienes ven la película (al menos así fue para mí). A medida que los misterios se acumulan, la relación familiar comienza a desmoronarse de forma vil. Fantasmas del pasado regresan para atormentar a William, su esposa Robin, su hermano Seth y su madre, Jill.

La trama es intrincada, e incluso con algunos momentos bastante aleatorios (y algo desconectados del contexto general), la convergencia de eventos logra dar lugar a una historia de suspenso muy convincente. El fallo narrativo reside únicamente en el aspecto dramático (porque no hubo suficiente espacio para ello). El aspecto investigativo podría haber sido mucho más intenso, pero lo que realmente hay es suficiente para sostener la trama durante sus poco más de 80 minutos (en esencia, es el tipo de guion que necesitaba un poco más de tiempo para consolidarse).

El guion presenta algunas situaciones absurdas (que los personajes aceptan fácilmente en momentos muy conflictivos, donde el drama debería haber sido mucho más consistente dentro de su complejidad), pero esto no desmerece una película que, al estar hecha directamente para televisión, demuestra ser una producción superior a la media gracias a sus aspectos realmente convincentes. El reparto, por ejemplo, es en su mayor parte muy sinérgico y garantiza la fluidez de los acontecimientos, creando una atmósfera cada vez más densa (muy bien capturada por los personajes).

Bonnie Bedelia y Neil Patrick Harris encabezan un reparto interesante. Mientras que Bedelia crea una villana sumamente manipuladora, capaz de explotar las emociones de quienes la rodean hasta el punto de influir en ellos para que hagan lo que ella quiere, cuando quiere y como quiere (y aquí cabe destacar la sumisión de Seth, su hijo mayor, quien es dominado mentalmente por ella), Harris da vida a un joven que, naturalmente, siente repugnancia por un pasado lleno de mentiras, y de ahí surge una "nueva personalidad" que busca hacer justicia.

La compenetración entre los personajes es satisfactoria, y todo lo que hacen resulta muy instructivo. Todo esto contribuye a cimentar la veracidad de los hechos en los que se basa toda la película (algo que valoro especialmente). Al tratarse de una película dirigida a la televisión, es esperable que sus recursos técnicos no sean su punto fuerte y realmente esta película cuenta con recursos con limitaciones técnicas más que evidentes (el montaje de las escenas, con diferencia, es el peor de ellos... minimizando, de hecho, toda la magnitud que deberían tener algunas escenas impactantes, como el desenlace del acto final).

Junto a Ronald Parker, Steven Schachter no solo ayudó a escribir este guion (que tiene sus méritos), sino que también dirigió en solitario una película que fácilmente podría haber descarrilado debido a sus excesivos clichés (comunes en este tipo de drama, combinados con constantes toques de suspense). El legado dista mucho de ser una producción impecable, pero considerando el nicho al que pertenece, vale la pena verla porque su esencia la convierte en un proyecto intrigante y audaz, que aborda temas delicados en un contexto familiar.

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CRÍTICA DE FILME: “Assassina” (1995)

Sinopse: Depois que à sua mãe se casa novamente, William é alertado pelo seu tio que à morte do seu pai não foi algo acidental (uma versão não-oficial a qual ele conhece). A partir daí, ele começa então a investigar o passado de sua mãe e acaba desenterrando segredos sujos e mortais.

Já faz um tempo que eu não assistia a um filme feito exclusivamente feito para a televisão tão interessante quanto este e ainda que ele tenha os seus inúmeros problemas, a trama é intrigante do início ao fim, trazendo em diferentes cenas aquela dúvida sobre quais são as reais intenções dos personagens que estão envolvidos nos conflitos que vão pouco a pouco construindo uma narrativa que te convida a entrar num mundo onde nada é o que realmente parece ser dentro da rotina de uma família que foi criada sob uma teia de mentiras onde a crueldade de uma mãe estabeleceu os padrões.

Baseado em fatos reais (o que automaticamente já consegue à minha atenção porque eu gosto desses tipos de estórias) e que foram retratados dentro de uma mistura de drama e suspense, à trama segue a jornada de um filho que encontra algumas provas circunstanciais (e algumas outras provas muito robustas) de que à sua própria mãe estaria envolvida não apenas na morte do seu próprio pai, mas também em uma onda de mentiras que envolve ganância, dinheiro e um desejo por poder que alimenta uma alma corrompida que foi capaz de destruir toda uma família durante muitos anos.

Sem perder muito tempo na construção de personagens (o que acaba sendo um ponto muito fraco desse filme), todos os eventos principais são mostrados ao público rapidamente. Mesmo sendo este um aspecto relativamente “negativo”, é algo que ajuda a dinamizar os eventos de uma maneira que desperta a curiosidade de quem está assistindo ao filme (ao menos comigo foi assim). Quando os mistérios começam a se acumular, a relação da família começa a ruir de uma maneira “vil”. Fantasmas do passado voltam para assombrar William, sua esposa Robin, seu irmão Seth e sua mãe, Jill.

A trama é intricada, e mesmo tendo alguns momentos bastante aleatórios (e um pouco desconexos do contexto geral), a convergência dos fatos consegue pavimentar um suspense bem atrativo, pecado narrativamente apenas na parte de teor dramático (porque não houve um espaço maior para fazer isso). O aspecto investigativo poderia ter sido bem mais intenso, mas o que está de fato no filme é o suficiente para sustenta à trama pelos seus pouco mais de 80 minutos (na essência da ideia, é aquele tipo de roteiro que precisava de um pouco mais de tempo para ser algo ainda mais robusto).

O roteiro tem algumas situações absurdas (que são aceitas muito facilmente pelos personagens em momentos muito conflitantes, onde o drama teria que ter sido muito mais consistente dentro da sua complexidade), mas isso não tira o brilho de um filme que, sendo feito diretamente para a televisão, se mostra como uma produção acima da média pelos seus aspectos realmente atrativos. O elenco, por exemplo, em sua maior parte é bem sinérgico e garante a fluidez dos acontecimentos que vão criando uma atmosfera cada vez mais pesada (e muito bem captada pelos personagens aqui).

Bonnie Bedelia e Neil Patrick Harris estão à frente de um elenco interessante. Enquanto Bedelia cria uma vilã bastante manipuladora por saber como explorar às emoções das pessoas que estão ao seu redor a ponto influenciá-las a fazer o que ela quer, quando ela quer e como ela quer (e aqui vale à pena destacar a relação de submissão de Seth, seu filho mais velho e que é mentalmente dominado por ela), Harris dá vida a um jovem que, naturalmente, está revoltado com um passado cheio de mentiras e partir disso, eclode então uma “nova personalidade” que busca fazer à devida justiça.

O entrosamento dos personagens é satisfatório, e tudo o que eles fazem é muito didático. Tudo isso ajuda a pavimentar a veracidade dos fatos na qual o filme inteiro foi baseado (algo que eu particularmente valorizo muito). Sendo este um filme voltado para a televisão, é esperado que seus recursos técnicos não sejam um ponto forte e este filme realmente tem recursos com limitações técnicas mais do que evidentes (a edição das cenas, de longe, é o pior deles... minimizando aliás, toda a magnitude que algumas cenas impactantes que deveriam ter, como por exemplo o desfecho do ato final).

Ao lado de Ronald Parker, Steven Schachter não apenas ajudou a escrever este roteiro (que tem os seus bons méritos), mas também dirigiu sozinho um filme que poderia facilmente ter saído dos trilhos pelo seu excesso de clichês (comuns neste tipo de abordagem dramática misturada com toques de suspense consistentes). Assassina está longe de ser uma produção irretocável, mas considerando o nicho ao qual este filme pertence, ele é algo que merece ser visto porque é a essência dele que faz dele um projeto intrigante e ousado por trazer temáticas sensíveis dentro de um núcleo familiar.