ALBUM REVIEW: “PISCES” (2025) - James Arthur

Many people believe that famous music reality shows fail to produce winners who are truly competent, but as there is an exception to every “rule”, James Arthur has emerged as a very functional answer and since the moment he was crowned the winner of The X Factor (UK version), his journey has been that of a natural champion. In addition to singing, he is also a musician and composer, thus showing all his versatility within the universe he chose as his profession (something he clearly does not do just for a simple “job obligation”). Even before becoming famous, he had been dedicated to music since he was fifteen years old.

PISCES has just been released, this being his sixth studio album. Maintaining a very personal narrative line (something he has always made a point of doing because this is part of the nature of the work he values), this time, he managed to be even more introspective and intimate within his own emotions, showing here a side that no listener had heard until then. I particularly like this type of boldness, especially when it comes to an artist whose work I have followed for years, because I can better understand the work and, consequently, I can value the product more, since personal connections are also usually created.

Literally, what he has managed to do with his music throughout all this time is not just another “sound”, it is an immersive work within an infinity of feelings. This new album makes all this even clearer, because he manages to transcend his own limits by creating a work skillfully “enveloped” within an atmosphere full of relevance and distinct meanings, demonstrating a very raw emotion in relation to who he is as a person, and mainly as an artist who is not afraid to expose his insecurities, something that requires a lot of courage from anyone (especially all those who are public figures).

Every artist who shows vulnerability within their own work is talking directly to their audience through what they can do best. In this album (which, by the way, received the title PISCES because it has an astrological approach that is aligned with his sign, thus reflecting an even more personal image of his identity) the main idea was to continue exploring some personal themes, such as self-acceptance, empowerment and mental health (a trio of extremely necessary subjects), but choosing a more “experimentally light” musical tone. The result could not have been better, because the album is truly the mass representation of what he does best.

In relation to his previous work, we find here a totally contrasting approach, as if he were betting on a dreamy (but down-to-earth) vision of himself. If you believe in astrology, the characteristics of Pisces connect with sensitivity and introspection, in addition to the dreamy vision of life itself, and the narrative lines of this album follow this path, using the duality of the sign itself as fuel during the construction of the songs. I personally don't believe in astrology, but I liked the way this new album was constructed because it gives it its own "identity", within a wise and functional execution.

Reflection has always been one of the "knots" that tied his work together, and here things are no different. Going from emotional ballads to some more lively songs (and with very interesting sound experiments within what he had done until then), he explores his most intimate side to the fullest, thus delivering a work based on his personal experiences as a human being. This allows the audience to create an almost instant empathy for what he is singing, and especially for the way he is singing it (which is sensational). Vocally, he is even more mature, maintaining his harsh and hoarse tones, in line with his creative potential.

His tone of voice has become a very particular characteristic because it has managed to establish a musical position in a universe of sounds where, at times, everything seems to be very similar. In other words, I think he has the kind of voice that becomes remarkable because of the way it is imposed within the music. Understanding this more and more, and using everything to his advantage, he uses it in his songs and makes vocal modulations that challenge the limits of his voice as an artist seeking to reach new heights. Amidst an assertive and detailed production (a responsibility of the producer Steven Solomon, who, by the way, did a great job), he also wrote practically this entire album.

PISCES is a very bold, immersive, dramatically emotional work with a level of personality never before seen and felt in this singer's career. In each song, different feelings emerge, showing us how this type of art can touch our soul in immeasurable ways. James Arthur is definitely a singer who, despite being extremely competent, still doesn't have all the recognition he deserves (especially if we compare the international market with the English market, only). On the other hand, he is definitely on the right track to achieve this one day. Without a doubt, this is one of the best albums of his entire career.

Mucha gente cree que los reality shows musicales famosos no logran producir ganadores verdaderamente competentes, pero como para cada “regla” hay una excepción, James Arthur emergió como una respuesta muy funcional y desde el momento en que fue coronado como el ganador de The X Factor (versión del Reino Unido), su viaje ha sido el de un campeón natural. Además de cantar, también es músico y compositor, demostrando así su versatilidad dentro del universo que eligió como profesión (algo que claramente no hace sólo por una simple “obligación” laboral). Incluso antes de hacerse famoso, ya se dedicaba a la música desde los quince años.

PISCES acaba de ser lanzado, siendo este su sexto álbum de estudio. Manteniendo una línea narrativa muy personal (algo que siempre se ha propuesto hacer porque es parte de la naturaleza del trabajo que valora), esta vez logró ser aún más introspectivo e íntimo dentro de sus propias emociones, mostrando aquí un lado que hasta entonces ningún oyente había escuchado. Me gusta especialmente este tipo de audacia, sobre todo cuando se trata de un artista cuyo trabajo he seguido durante años, porque puedo entender mejor la obra y, en consecuencia, puedo valorar más el producto, ya que también suelen crearse conexiones personales.

Literalmente, lo que logra hacer con sus canciones a lo largo de todo este tiempo no es un “sonido” más, es un trabajo inmersivo dentro de una infinidad de sentimientos. Este nuevo álbum deja todo esto aún más claro, porque logra trascender sus propios límites al crear una obra hábilmente “envuelta” dentro de una atmósfera llena de relevancia y significados distintos, demostrando una emoción muy cruda en relación a quién es como persona, y principalmente como un artista que no teme exponer sus inseguridades, algo que requiere mucho coraje de cualquiera (especialmente de todos aquellos que son figuras públicas).

Cada artista que muestra vulnerabilidad en su propio trabajo le habla directamente a su público a través de lo que mejor sabe hacer. En este álbum (que, por cierto, recibió el título PISCES porque tiene un enfoque astrológico que está alineado con su signo, reflejando así una imagen aún más personal de su identidad) la idea principal era seguir explorando algunos temas personales, como la autoaceptación, el empoderamiento y la salud mental (un trío de temas extremadamente necesarios), pero eligiendo un tono musical más “experimentalmente light”. El resultado no podría haber sido mejor, porque el álbum es realmente la representación masiva de lo que mejor hace.

En relación a su obra anterior encontramos aquí un planteamiento totalmente contrastante, como si apostara por una visión onírica (pero realista) de sí mismo. Si crees en la astrología, las características de Piscis conectan con la sensibilidad y la introspección, además de la visión onírica de la vida misma, y las líneas narrativas de este álbum siguen ese camino, utilizando la dualidad del propio signo como combustible durante la construcción de las canciones. Personalmente no creo en la astrología, pero me gustó la forma en que se construyó este nuevo álbum porque le da su propia “identidad”, dentro de una ejecución sabia y funcional.

La reflexión siempre ha sido uno de los “nudos” que unen su obra, y aquí las cosas no son diferentes. Desde baladas emotivas hasta algunas canciones más animadas (y con experimentos sonoros muy interesantes dentro de lo que había hecho hasta entonces), explora al máximo su lado más íntimo, entregando así un trabajo basado en sus vivencias personales como ser humano. Esto permite que el público cree una empatía casi instantánea por lo que está cantando, y especialmente por la forma en que lo está cantando (que es sensacional). Vocalmente es aún más maduro, manteniendo sus tonos ásperos y roncos, en línea con su potencial creativo.

Su tono de voz se convirtió en una característica muy particular porque logró establecer una posición musical en un universo de sonidos donde, a veces, todo parece ser muy similar. En otras palabras, creo que tiene ese tipo de voz que se vuelve notable por la forma en que se impone dentro de la música. Entendiendo esto cada vez más y usando todo a su favor, él juega con esto dentro de sus canciones y hace modulaciones vocales que desafían los límites de su voz como artista que busca alcanzar nuevas alturas. En medio de una producción asertiva y detallada (a cargo del productor Steven Solomon, quien, por cierto, hizo un gran trabajo), también escribió prácticamente todo este álbum.

PISCES es un trabajo muy audaz, inmersivo, dramáticamente emocional y con un nivel de personalidad nunca antes visto ni sentido en la carrera de esta cantante. En cada canción emergen diferentes sentimientos, mostrándonos cómo este tipo de arte puede tocar nuestra alma de maneras inconmensurables. James Arthur es sin duda un cantante que, a pesar de ser sumamente competente, todavía no tiene todo el reconocimiento que merece (sobre todo si comparamos el mercado internacional con el inglés, únicamente). Por otro lado, definitivamente está en el camino correcto para lograrlo algún día. Sin duda este es uno de los mejores discos de toda su carrera.

Muitas pessoas acreditam que os famosos reality shows musicais não conseguem emplacar vencedores que realmente sejam competentes, mas como para toda “regra” existe uma exceção, James Arthur emergiu como uma resposta muito funcional e desde o momento em que ele foi consagrado como vencedor do programa The X Factor (versão UK), à sua jornada foi a de um campeão nato. Além de cantar, ele também é musicista e compositor, mostrando assim toda à sua versatilidade dentro do universo ao qual ele escolheu como profissão (algo que ele claramente não faz apenas por uma simples “obrigação” trabalhista). Mesmo antes de se tornar famoso, já se dedicava a música desde os seus quize anos.

PISCES acabou de ser lançado, sendo este o seu sexto álbum em estúdio. Mantendo a uma linha de narrativa bastante pessoal (algo que ele sempre fez questão de fazer porque isso é parte da natureza do próprio trabalho que ele valoriza), desta vez, ele conseguiu ser ainda introspectivo e intimista dentro das suas próprias emoções, mostrando aqui um lado que até então nenhum ouvinte havia ouvido. Eu particularmente gosto desse tipo de ousadia, principalmente quando se trata de um artista ao qual eu acompanho o trabalho há anos, porque eu consigo entender melhor todo o trabalho e por consequência, consigo valorizar mais o produto, uma vez que também costumam ser criadas conexões pessoais.

Literalmente, o que ele consegue fazer com as músicas dele ao longo de todo esse tempo não é apenas mais um “som” qualquer, se trata de um trabalho imersivo dentro de uma infinidade de sentimentos. Este novo álbum deixa tudo isso ainda mais claro, porque ele consegue transpor os seus próprios limites ao criar um trabalho habilmente “envelopado” dentro de uma atmosfera repleta de relevância e significados distintos, demonstrando uma emoção bastante crua em relação a quem ele é como pessoa, e principalmente como um artista que não tem medo de expor suas inseguranças, algo que exige muita coragem por parte de quaisquer pessoas (principalmente todos aqueles que são figuras públicas).

Todo artista que se mostra vulnerável dentro do seu próprio trabalho, está conversando diretamente com o seu público através do que consegue fazer de melhor. Neste álbum (que aliás, recebeu esse título de PISCES por ter uma abordagem astrológica que está alinhada com o signo dele, refletindo assim uma imagem ainda mais pessoal da sua identidade) a ideia principal foi continuar explorando alguns temas pessoais, como autoaceitação, empoderamento e saúde mental (uma trinca de assuntos extremamente necessários), mas escolhendo um tom musical mais “experimentalmente leve”. O resultado não poderia ter ficado melhor, porque o álbum é mesmo a representação mássica do que ele faz de melhor.

Em relação ao seu trabalho anterior, encontramos aqui uma abordagem totalmente contrastante, como se ele estivesse apostando em uma visão sonhadora (porém com os seus pés no chão) dele mesmo. Se você acredita em astrologia, as características de peixes se conectam com sensibilidade e introspecção, além da própria visão sonhadora da vida, e as linhas narrativas deste álbum andam por essa estrada, usando a dualidade do próprio signo como combustível durante a construção das músicas. Eu particularmente não acredito em astrologia, mas gostei do modo como esse novo álbum foi construído porque isso faz com que ele tenha à sua própria “identidade”, dentro de uma execução sábia e funcional.

Reflexão sempre foi um dos “nós” que amarrou o trabalho dele, e aqui as coisas não são diferentes. Indo desde baladas emocionantes até algumas músicas mais animadas (e com experimentações sonoras bem interessantes dentro do que ele já havia feito até então), ele explora ao máximo o seu lado mais intimista, entregando assim um trabalho pautado sobre as suas experiências pessoais enquanto ser humano. Isso faz com que o público possa criar uma empatia quase que instantânea pelo que ele está cantando, e principalmente pelo modo como ele está cantando (que é sensacional). Vocalmente, ele está ainda mais maduro, mantendo seus tons ríspidos e roucos, alinhados com o seu potencial criativo.

O tom de voz dele se tornou uma característica muito particular porque isso conseguiu firmar uma posição musical em um universo de sons onde, às vezes, tudo parece ser bem semelhante. Em outras palavras, eu acho ele tem aquele tipo de voz que se torna marcante pela maneira como é imposta dentro da música. Entendendo cada vez mais isso, e usando tudo a seu favor, ele joga isso dentro de suas músicas e faz modulações vocais que desafiam os limites da sua voz como um artista que busca atingir novos patamares. No meio de uma produção assertiva e detalhista (uma responsabilidade do produtor Steven Solomon, que aliás, fez um ótimo trabalho), ele também escreveu praticamente esse álbum inteiro.

PISCES é um trabalho bastante ousado, bem imersivo, dramaticamente emocional e de um nível de pessoalidade antes nunca visto e sentido na carreira deste cantor. Em cada música, sentimentos diferentes vão emergindo, nos mostrando como esse tipo de arte pode tocar à nossa alma de maneiras imensuráveis. Definitivamente, James Arthur é um cantor que apesar de ser extremamente competente, ainda não tem todo o reconhecimento que ele merece (em especial, se for comparado o mercado internacional com o mercado inglês, apenas). Por outro lado, ele definitivamente está indo pelo caminho certo para conseguir isso algum dia. Sem dúvidas, eis aqui um dos melhores álbuns de toda à sua carreira.