Mensaje diario de 5 minutos. Cuando la vio por primera vez • When he saw her for the first time | Cuento • Esp/En.

Cuando la vio por primera vez, supo que era especial.

Estaba ahí, sentada en la banca del parque, con un libro entre las manos y una hermosa sonrisa distraída que lo cautivo con solo mirarla.

Él pasó de largo, como quien no quiere molestar, pero su mente se quedó atrapada en aquella hermosa sonrisa. Al día siguiente volvió, esperando verla de nuevo.

Y ahí estaba ella, en la misma banca, con el mismo libro, y con su hermosa sonrisa distraída.

Los días pasaron y él empezó a imaginar conversaciones entre ellos. Se inventó varias historias en las que se acercaba y le hablaba acerca del libro que leía o de cualquier cosa que se le ocurría en el momento.

En su mente, ella respondía con amabilidad, con una voz dulce y suave, con una voz que solo podía pertenecer a esa hermosa sonrisa distraída.

Pero nunca se atrevió a dar el paso.

Nunca rompió la distancia que los separaba. Hasta que un día, ella, simplemente, dejó de aparecer.

Ese día, él se sentó en la banca vacía, mirando el lugar que ella había ocupado tantas veces. Allí fue cuando descubrió que nunca había sido suya, que todo había sido solo una bonita ilusión.

Y con una sonrisa triste, abrió un libro y se quedó ahí, esperando que alguien más lo viera, lo imaginara, lo soñara.

Pasaron unos minutos y sintió a alguien a su lado. No levantó la mirada de inmediato, se dedico a escuchar el sonido suave de unas páginas pasando y el crujir de una hoja doblada.

Cuando se atrevió a mirar de reojo, vio a otra persona sentada junto a él. Tenía un libro en las manos y una hermosa sonrisa distraída.

Él sonrió también, al tiempo que pensaba, tal vez, las bonitas ilusiones no desaparecen solo cambian de forma.

When he saw her for the first time, he knew she was special.

She was there, sitting on the park bench, with a book in her hands and a beautiful distracted smile that captivated him just by looking at her.

He walked past, as if he didn't want to bother her, but his mind was stuck on that beautiful smile. The next day he came back, hoping to see her again.

And there she was, on the same bench, with the same book, and with her beautiful distracted smile.

The days passed and he began to imagine conversations between them. He invented several stories in which she would approach him and talk to him about the book she was reading or about anything that occurred to her at the moment.

In his mind, she would respond kindly, with a sweet and soft voice, with a voice that could only belong to that beautiful distracted smile.

But he never dared to take the step.

He never broke the distance that separated them. Until one day, she simply stopped appearing.

That day, he sat on the empty bench, looking at the place she had occupied so many times. That was when he discovered that she had never been his, that it had all been just a beautiful illusion.

And with a sad smile, he opened a book and stayed there, waiting for someone else to see it, imagine it, dream it.

A few minutes passed and he felt someone beside him. He didn't look up immediately, he dedicated himself to listening to the soft sound of pages turning and the rustling of a folded sheet.

When he dared to look out of the corner of his eye, he saw another person sitting next to him. She had a book in her hands and a beautiful, distracted smile.

He smiled too, while thinking, perhaps, beautiful illusions don't disappear, they just change form.