[ENG/ESP] Little things that make my day.

Mis saludos, queridos Hivers. Espero sinceramente que estén teniendo un fin de semana descansado, relajado y sobretodo reparador. Para mí, estos días han sido un regalo, finalmente he podido descansar un poco después de una semana que se sintió como una maratón. El trabajo fue especialmente exigente y absorbió mucha de mi energía física y mental, así que tener un respiro ha sido un verdadero alivio.
Durante la mañana estuve en casa, entregada a esas pequeñas labores cotidianas que, aunque sencillas, me llenan de placer. A veces limpiar un poco, reorganizar, o simplemente hacer algo con las manos se siente como terapia para la mente, me relaja infinitamente. Luego del almuerzo, mientras me tomaba un momento de descanso, recibí una notificación de Zoom enviándome que debía ir a buscar un paquete que había llegado a su destino.
Como les conté anteriormente, esta semana realizamos dos limpiezas de tanque bastante exigentes. Estas tareas requieren de muchísima energía y coordinación, pero sobre todo de herramientas adecuadas. Fue en medio de esa faena que nos dimos cuenta de una necesidad urgente, adquirir un equipo que aligerara la carga física y aumentará la seguridad de quienes trabajamos en estas condiciones. Por eso, decidimos pedir por internet un hidrojet inalámbrico que viniera con dos baterías recargables. Esta herramienta era perfecta para nuestro propósito, ya que dentro de los tanques, con el agua aún presente en cierto porcentaje, manejar cables puede representar un riesgo considerable.
Cuando vi el mensaje de confirmación, no pude ocultar mi entusiasmo. Pensé inmediatamente en lo mucho que esta herramienta va a facilitar nuestro trabajo. No solo por la eficiencia que promete, sino por lo importante que es proteger nuestra integridad física y evitar desgastes innecesarios. En ese instante, me llené de ilusión y salí de casa dispuesta a buscar el paquete que, en ese momento, sentí como un pequeño tesoro.
El clima acompañaba mi ánimo: había llovido durante toda la noche anterior y el aire era fresco. Aún quedaban algunas gotas suspendidas en las hojas, y el cielo permanecía con algunas nubes grises que prometían una nueva jornada de lluvia en la noche. Este tipo de clima, aunque melancólico para algunos, es una bendición para los embalses, que por fin se están recuperando de la extensa sequía que azotó nuestras tierras. La vegetación lo agradece.