Como pueden observar en mis fotografías, aproveché de sacar algunas fotografías de unas cosas que compro para comer o satisfacer un poco mi hambre mientras estoy viajando en autobús. En los últimos meses, ya he tenido 3 viajes, los cuales tienen ida y vuelta y cada trayecto dura al menos 15 horas. Esto me hace tomar algunas precauciones y, como es para participar en competencias de calistenia, debo ser cuidadoso con mi alimentación durante las horas de viaje.

Primero, cabe destacar que la comida debe ser ligera, es decir, comer pastas o granos podría ser un error, ya que eso hace que tengas ganas de ir al o te den dolores al estómago. Y si estás lejos de llegar a una parada de descanso, el autobús del baño es una opción, pero nunca es la opción más cómoda.

Segundo, se resalta que la comida ligera, como frutos secos, tostones, galletas y ese tipo de snacks, ayuda a satisfacer las ganas de comer y, si te dan mareos o náuseas, este tipo de comida ligera te ayudará a prevenir estos inconvenientes.

En mi caso, cuando viajo, estoy en una etapa precompetitiva que incluye mi rutina de entrenamiento y mi alimentación. Durante los viajes, es adecuado comer carbohidratos y proteínas, aquí puedo destacar los frutos secos, las galletas y el atún. Ya que son alimentos económicos, que se pueden consumir sin ningún problema.

Ya de regreso, en la vuelta del viaje, sí compro chucherías, snacks dulces, cereales y demás, ya que acaba mi etapa precompetitiva y puedo darme el placer de comer cualquier cosa que se me antoje.

Viajar es un proceso difícil; es mejor viajar en compañía para sentirse más seguro, activo y, en caso de cualquier problema, poder contar con alguien. La alimentación durante un viaje es de suma importancia y por eso quise compartir estas anécdotas.