20:25 / Soloescribe concurso #17 [Esp-Eng] / El atentado

El Atentado

El pensamiento es una maravillosa máquina de creación. Una suerte de navecita abstracta piloteada por nuestra conciencia y ésta a su vez es una vocecita que intentar decir sin voz que se pueda oír y sin embargo allí está; gritando silencios o susurrando gritos, cómo ustedes prefieran. Rubens mira apenas el líquido ambarino en el vaso de vidrio, lo apura castigando su garganta con el fuerte licor, aún no se acostumbra. Estar solo le permite reaccionar con una fea mueca en el rostro ante el golpe del trago. El humo de un malboro rojo se arremolina en sus arrugas de la frente y se eleva hasta las comisuras de las lágrimas de la lámpara que ya debe tener cincuenta años colgando en aquella apenumbrada habitación. Otro sorbo, otra mueca. Su voz interior se pasea en las manecillas del reloj de pared, allí los minutos se deshacen en el péndulo que dibuja lunas en su cansado vaivén. Rubens piensa; aquél ajado sueño trocado en presagio decía que justo aquella noche a las 20: 25 pasaría. Destapa la botella, completa el vaso mientras la alfombra de la entrada ahoga el ruido de unos pasos que se aproximan… continuan ustedes

Vuelve a mirar el reloj, siente que sus movimientos son más lentos, como si quisiera detenerse. No, no te detengas, debes avanzar hasta el final. Debo terminar con esto.

Su mano comenzó a temblar, evitaba mirar el reloj, sujetó de nuevo el vaso para servirse un trago. Si caigo ahora todo estará perdido.
¿Y si llamo a Ramiro? él debe saber cómo salir de este lío y ¿si este presagio que tengo es real? no puedo terminar así.
Buscó el celular en una gaveta sin manecillas, marcó un número, “su saldo es insuficiente para esta llamada”. Rubén apretó con fuerza el aparato y lo tiró sobre el camastro.
Tomó otro trago, sintió que le desgarraba la garganta. Le dieron ganas de reír de lo absurdo que resultaba todo. Recordó lo último que le dijo a su esposa:

—¿A dónde vas Rubén?
—Tengo un negocio, es bueno, necesitamos el dinero.
—Nunca traes más que dolores de cabeza.
—Está vez será diferente, nunca había tenido algo así, ya lo verás...
—Si, ya lo veré, siempre veo los resultados de tus negocios…

Todo tenía que salir mal, tuve que desaparecer, Ramiro me trajo a este cuartucho, encerrado aquí, no te pasará nada, Rubén, tendrás lo que necesitas para vivir. Perdí la noción del tiempo. Siempre escucho este mensaje: ya no existes Rubén, solo eso.

—¿Quién soy? ¿Quién soy? —Gritó.

Se dejó caer sobre el camastro, cerró los ojos y cuando los abrió, el reloj seguía allí. Parecía mirarlo con sus minutos cansados, no se atrevía a tirarlo contra el piso, despedazarlo y después qué. Era lo único que le indicaba que aún estaba vivo. Recordaba los pasos que daba por la calle, no era tan solitaria, había otras personas, hombres, mujeres, algunos jóvenes, todas víctimas de los vicios, pensó que aquello podía ser el infierno y él estaba muerto.

Solo hablaba con Moncho, él tenía una venta de víveres y otras cosas, como botellas de licor, cigarrillos, él, no le hacía preguntas a nadie, tampoco daba respuestas.
Rubén solo recibía lo necesario para vivir.

—¡Para vivir! ¡qué ironía!

Esta vez, Moncho le tenía un mensaje:

—Acuérdese, a las 20: 25, día martes… Usted sabrá que le quiere decir y no se preocupe, lleve lo que quiera, todo está pago. Está calle está llena de muertos, ¿usted se acuerda de su nombre señor?
—Rubén, ese es mi nombre.
—¡JaJajaja! Vaya, es usted un hombre de aguante.

Rubén regresó a su habitación, escuchó que algo sonaba. Era el celular, se fregó los ojos para ver quién llamaba.
—¡Ramiro!
—¡Hombre, ¿cómo estás? espero que bien… no puedes hablar, solo oye. esta noche es la cosa, por fin vamos a salir de esta, tu, tranquilo, te van a ir a buscar, debes estar listo. Si todo sale bien, serás libre. Estos negocios tienen algunos peligros, pero dejan buenas ganancias, ¡arréglate! Es un decir… solo te relajas un poco, al final tu familia, te lo agradecerá…

Algunos recuerdos se cruzaron:
—“No sé lo que buscas con ese Ramiro, me da mala espina. —le dijo su esposa.
—Él me va a sacar de esta situación, ya lo verás.
—Sí, él te va sacar, lo que no sé, es para dónde…”

—Tranquilo Rubén, todo va salir bien. Pero ya llegamos al final, esto no es tan rápido, ¿sabes lo que cuesta crear un fantasma? Lleva su tiempo… No voy a poder verte, pero estaré cerca, no te olvides de nada, tu solo llevas el bolso, y es mejor que no seas curioso, adiós amigo. Confía en mí.
Colgó.

Abrió los ojos y allí estaba el reloj. Bueno, parece que todo llega al final, sintió los pasos en el pasillo, se quedó en silencio para escuchar, y fue contando: uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis.
Se levantó lo más rápido que pudo y abrió la puerta, no había nadie, solo un morral viejo. Lo tomó, en el bolsillo externo vio la nota, allí decía el lugar y la hora, 20: 25 no falles. Un motorizado lo dejará en el sitio.

Aunque se bañó y se puso un viejo traje, su aspecto era penoso. Si me vieras hijo, no me reconocerías, parezco otro. El motorizado lo esperaba.
—Vaya amigo, ahora voy a tener que correr para dejarte a la hora fijada. Móntate.
Rubén no dijo nada, sintió la brisa golpearlo, se sostuvo con fuerza. Se sentía algo mareado.
El motorizado se detuvo en una zona de muchos edificios.
—Aquí te dejo, tienes que caminar hasta el edificio rojo, ahí, hay una escalera bastante ancha, es la única, espera ahí.
Rubén asintió. Agarró el morral con fuerza y caminó. Se volvió un momento.
—¿Y qué voy hacer ahí?
—Solo espera, se comunicarán contigo. Recuerda es a las 20: 25 y ya son las 20, adiós.

Rubén caminó hasta el edificio y se sentó en las escaleras indicadas, tenía la boca reseca, sacó una botella de su chaqueta y se echó un trago. aquella era otra brisa, ya debe estar cerca, ahora no puedo mirar ese reloj. Mi hijo estaría feliz corriendo por este lugar, ojalá mi mujer pueda entenderlo.

Oyó un bullicio que venía de la puerta del edificio, un grupo de personas iba saliendo, discutían, pasaron por su lado como si el no estuviera allí. Se tomó otro trago y se acordó de los que dijo Ramiro, crear un fantasma cuesta dinero. ¿Qué habrá en este bolso? Deja la curiosidad Rubén, aquí termina todo, podré volver con mi familia. Debo confiar.

Volvió a escuchar otras voces y risas estruendosas. Unos hombres se adelantaron, iban con prisa, el sintió el efecto del licor.
—¿Quién es ese? — preguntó alguien.
—Es un borracho más del montón.

Miró el reloj que cargaba, eran las 20: 22, tres minutos, eso falta y no sé para qué. Es lo último que vas a hacer, confía en mi Rubén, ya todo va a terminar.

Cuando los otros hombres iban pasando a su lado, él sintió lo que era ser un fantasma. Por un instante, su existencia fue una sombra. una duda lo agitó y con furia, tomó otro trago intentando ahogar un miedo repentino, miró el reloj, marcaba el último segundo de la hora fijada, luego vino un destello, todo se volvió blanco por un instante antes de desvanecerse en la oscuridad, en ese último segundo comprendió que nunca se trató de él.

The Attack

Thought is a wonderful creation machine. A sort of abstract little ship piloted by our conscience and this in turn is a little voice that tries to say without a voice that can be heard and yet there it is; shouting silences or whispering screams, as you prefer. Rubens barely looks at the amber liquid in the glass, he downs it punishing his throat with the strong liquor, he is not yet accustomed to it. Being alone allows him to react with an ugly grimace on his face at the impact of the drink. The smoke from a red hollyhock swirls in the wrinkles on his forehead and rises to the corners of the tears of the lamp that must be fifty years old hanging in that dimly lit room. Another sip, another grimace. His inner voice wanders around the hands of the wall clock, there the minutes melt away on the pendulum that draws moons in its tired swing. Rubens thinks; that faded dream turned into a premonition said that exactly that night at 8:25 p.m. he would pass. He uncorks the bottle, fills the glass while the carpet in the entrance drowns out the sound of approaching footsteps… You continue...

He looks at his watch again, he feels that his movements are slower, as if he wants to stop. No, don't stop, you must go all the way. I must finish this.
His hand began to tremble, he avoided looking at the clock, he picked up the glass again to pour himself a drink.
What if I call Ramiro? He must know how to get out of this mess and if this premonition I have is real, I can't end up like this.
He looked for his mobile phone in a drawer without hands, dialed a number, ‘your credit is insufficient for this call’. Rubén squeezed the device hard and threw it on the bunk.
He took another drink, felt it tearing at his throat. He felt like laughing at the absurdity of it all. He remembered the last thing he said to his wife.
-Where are you going, Rubén?
-I have a business, it's good, we need the money.
-You never bring anything but headaches.
-This time it'll be different, I've never had anything like this before, you'll see.....
-Yes, I'll see, I always see the results of your business...
Everything had to go wrong, I had to disappear, Ramiro brought me to this little room, locked up. Nothing will happen to you here, Rubén, you'll have what you need to live. I lost track of time. I always hear this message: you no longer exist, Rubén, that's all.
-Who am I? Who am I? -he shouted.

He dropped onto the bed, closed his eyes and when he opened them, the clock was still there. It seemed to stare at him with its tired minutes, he didn't dare throw it on the floor, tear it to pieces and then what. It was the only thing that told him he was still alive. He remembered the steps he took on the street, it wasn't so lonely, there were other people, men, women, some young people, all victims of vice, he thought that it could be hell and he was dead.
He only talked to Moncho, he had a shop selling food and other things, like bottles of liquor, cigarettes, he didn't ask anyone any questions, he didn't give any answers either.
Rubén only received what he needed to live.
-To live! What irony!
This time, Moncho had a message for him:
-Remember, at 20: 25, Tuesday... You'll know what he wants to tell you and don't worry, take whatever you want, everything is paid for. This street is full of dead people, do you remember your name, sir?
-Ruben, that's my name.
-Ha ha ha ha! Wow, you're a man of stamina.
Rubén went back to his room and heard something ringing. It was his mobile phone, he scrubbed his eyes to see who was calling.
-Ramiro!
-Man, how are you? I hope you're well... you can't talk, just listen. Tonight's the thing, we're finally going to get out of this, you, relax, they're going to look for you, you have to be ready. If all goes well, you'll be free. These businesses have some dangers, but they leave good profits, get ready! I'm just saying... you just relax a bit, in the end your family will thank you...
Some memories crossed:
-I don't know what you're looking for with that Ramiro, he gives me a bad feeling. -His wife said to him.
-He's going to get me out of this situation, you'll see.
-Yes, he's going to get you out, what I don't know is where to...’.
-Don't worry Rubén, everything is going to be fine. But we've reached the end, it's not that fast, do you know what it takes to create a ghost? It takes time... I won't be able to see you, but I'll be close, don't forget anything, you just carry the bag, and it's better not to be curious, bye friend. Trust me.
He hung up.
He opened his eyes and there was the watch. Well, it seems that everything comes to an end, he felt the footsteps in the corridor, he remained silent to listen, and he counted: one, two, three, four, five, six.
He got up as fast as he could and opened the door, no one was there, just an old backpack. He took it, in the outside pocket he saw the note, there it said the place and time, 20: 25 don't miss. A motorised vehicle will drop him off at the place.
Although he bathed and put on an old suit, his appearance was pitiful. If you saw me son, you wouldn't recognise me, I look like someone else. The biker was waiting for him.
-My friend, now I'm going to have to run to drop you off at the appointed time. Get on.
Ruben said nothing, he felt the breeze hit him, he held on tight. He felt a little dizzy.
The motorbike stopped in an area with many buildings.
-I'll leave you here, you have to walk to the red building, there, there is a wide staircase, it's the only one, wait there.
Ruben nodded. He grabbed his backpack tightly and walked, he turned around for a moment.
-And what am I going to do there?
-Just wait, they will contact you. Remember it's at 20:25 and it's already 20, bye.
Ruben walked to the building and sat down on the stairs, his mouth was parched, he took a bottle out of his jacket and took a swig. My son would be happy running around this place, I hope my wife can understand that.

He heard a bustle coming from the door of the building, a group of people were coming out, they were arguing, they passed by him as if he wasn't there. He had another drink and remembered what Ramiro had said, creating a ghost costs money. What will be in this bag? Stop being curious Rubén, this is where it all ends, I can go back to my family. I have to trust.
He heard other voices and thunderous laughter. Some men came forward, they were in a hurry, he felt the effect of the liquor.
-Who is that? - someone asked.
-He is just another drunkard in the crowd.
He looked at the watch he was carrying, it was 20:22, three minutes, that's what's missing and I don't know what for. It's the last thing you're going to do, trust me Rubén, it's all going to be over.
As the other men passed him, he felt what it was like to be a ghost. For an instant, his existence was a shadow. a doubt shook him and with fury, he took another drink trying to drown a sudden fear, he looked at the clock, it was the last second of the set time, then came a flash, everything went white for an instant before vanishing into the darkness, in that last second he understood that it was never about him.

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Invito a: @jesuspsoto y @franvenezuela, para que se unan a la iniciativa de la comunidad de @soloescribe.Click
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