Por ella, una sonrisa a pesar de que me faltaban muchos dientes / La huella invisible de mi maestro. Iniciativa #4 (Esp-Eng)

avatar
(Edited)

¡Hola amantes de la buena vibra y de la luz que simboliza el loto en su pureza!

Hoy estoy particularmente feliz de encontrar esta iniciativa #4 con el tema: La huella invisible de mi maestro en Cosas de @iriswrite por esta pradera paradisíaca que #hive nos regala.

Se preguntarán el por qué de mi felicidad en esta específica convocatoria, si cada una de ellas realmente son estupendas. Ah... es que llevaba varias semanas posponiendo escribir un post vinculado con un homenaje que he querido hacerle a maestras que me han marcado significativamente en mi desarrollo académico y personal. Y como siempre digo, la vida es pura causalidad... He acá una iniciativa que llega a mis manos justo en el momento indicado para acabar de sentarme a escribir lo que durante tanto tiempo tenía guardado en mi corazón.

¿Experiencias sobre los maestros que dejaron una impronta en mi vida? Muchas. Desde momentos trascendentales con mi maestra de grado preescolar (cuando yo tenía 4 años de edad), hasta los años recientes con quien debía ser mi tutor en la última maestría que hice (digo debía porque falleció unas semanas antes de la fecha en que defendí mi tesis). Pero a él dedicaré otros espacios en fechas venideras.
Ahora iniciaré hablándoles sobre Lili, mi maestra de preescolar, a quien pienso debían haberle dado una medalla por la paciencia para con nosotros. Éramos bien inquietos, por mencionar solo una cualidad.

Muchas veces recuerdo esa época y me invaden sentimientos extremos. Por un lado alegría inmensa.

Eran tiempos gloriosos (así lo percibíamos a través del espejismo de una realidad peligrosamente en decadencia en nuestro país al menos). Recuerdo con cariño las meriendas suculentas, el tener que merendar todos sentados a la mesa junto a los demás, compartiendo y mirándonos a los ojos; los tiempos del jardín, las manualidades como elemento del desarrollo motriz y la capacidad creativa de cada quien... y por último el área lúdica, esa área en la que nunca pude desenvolverme como todos porque la maestra siempre me castigaba.

Rememoro esos castigos, y es curioso cómo nunca me provocó sentimientos de odio hacia ella. Siempre asumí que tenía razón y la respetaba por ello. Es que yo era realmente intranquilo. Repito, había que ponerle una medalla a ella por saber sostenernos y educarnos con todo lo distráctiles que éramos.

Hablaba de sentimientos extremos en ese período... Y es que la tristeza también me invade al darme cuenta que en mi país, apenas quedamos tres de aquel grupo. Todos los demás han migrado.

Luego vinieron dos años que son los que más agradezco en mi vida escolar.

Durante primer y segundo grado tuve a la más hermosa y mejor maestra del mundo: ¡Edith!

Al detallar en la fotografía, dirán que no es hermosa. Es que no valoro la hermosura de las personas por sus cualidades físicas, sino por el cómo son, el quiénes son, el color de su alma, la luz que genuinamente regalan al mundo sin pedir nada a cambio, ni anunciarlo a los cuatros vientos. Ese tipo de personas, cuando son de alma bondadosa y pura, son las que para mí merecen respeto y admiración eterna.

Hablar sobre Edith y emocionarme es inevitable. Aún observo esta fotografía donde ella está poniéndome la pañoleta (un atributo del uniforme escolar que en #Cuba es obligatorio llevar, salvo seas practicante de la religión de los Testigos de Yehōvāh) y vivencio como si fuera ahora mismo ese momento, esa sonrisa de ella, mi propia sonrisa... una sonrisa que, a pesar de que me faltaban muchos dientes, era de las sonrisas más espontáneas que tuve en mi infancia.

Curioso también que, al igual que Lili, Edith no era permisiva con sus alumnos, nos llevaba bien recio y aún así uno lo agradece con ternura y nostalgia.

Es que así debe ser un proceso docente educativo. Por supuesto, no es que era régimen militar. Respetaba y estimulaba el tiempo de juegos y se reía con nosotros también. Pero si a alguien agradezco que no tenga faltas de ortografía, es a Edith. Se encargó de que realmente termináramos primero y segundo grado con todo, todo el contenido dominado de veras.

A ella también le pusiera una medalla por saber llevar con amor y rigor a esa generación de la que formé parte.

Imagínense si éramos inquietos, que ella tenía un cinto al que le llamaba Mono Pancho (nombrado así en honor a un mono muy carismático que había en ese período en el zoo de nuestra ciudad) y con él ella actuaba como si fuera a golpearnos fuertemente por los glúteos en los asientos para que tuviéramos una disciplina de oro. Realmente nunca nos golpeó duro, pero con el solo hecho de mencionar el nombre Pancho, todos volábamos bajito hasta estar en silencio en nuestros asientos sin pestañear. Nada, que supo ganarse nuestro respeto y amor. Historias sobre ella, hay muchas más, pero se me haría muy extenso este post. Por ahora solo suspiro emocionado y le abrazo en la memoria.

En tercer grado, tuve a una maestra llamada Micaela, de cuyo nombre no tengo idea de por qué lo recuerdo, porque la pobre realmente era muy, pero muy mala como maestra. Solo lamento haberle hecho pasar algún que otro mal susto con mis travesuras (en una ocasión me corté un dedo con un bisturí que pretendía clavar en la mesa; otro día me encajé una punta de lápiz en el brazo -nunca salió de hecho, por suerte se desintegró, sino no estuviese ahora escribiendo esto-, y en otra ocasión me tragué un casquillo de lapicero, por mencionar solo tres travesuras...).

Afortunadamente, en cuarto grado llegaron Joaquín, un profesor que fumaba cabos de tabaco mientras nos daba clase y con quien había que aprender de forma mágica porque nunca se preocupó porque aprendiéramos; y Blanquita, una señora muy mayor de edad, delgada, alta, con una piel hermosa y una voz tan dulce cuyo tono nunca elevó. Ella también tiene un lugar enorme en mi corazón porque logró recuperar nuestra curva de aprendizaje tan deformada en el curso anterior. ¿Lo principal? El desborde de amor con que fue capaz de hacerlo.

En quinto grado, llegaron Lolita y Reina. De ellas, para no extenderme más, no hablaré, solo interpreten mi rostro en esta fotografía junto a ellas.

Igual, algo aprendí de ellas, principalmente de Reina (la señora esbelta que se encuentra a mi izquierda) a quien sí admiré y respeté realmente y por quien lloré mucho al conocer sobre su deceso años después.

En fin, agradezco la oportunidad de compartir estas historias, que no sé si se parezca a alguna que hayan tenido ustedes. Ya me dirán.
¡Les abrazo pidiéndoles que sonrían y abracen a quienes puedan!
¡Serán más felices así!


¡Muchas gracias por tu visita!

Saludos cordiales @roswelborges


Si te gusta mi blog, me encantaría te unas a mi Fanbase pinchando aquí


©️Copyright 2025 Roswel Borges Castellanos. Todos los derechos reservados.






Hello, lovers of good vibes and the light symbolized by the lotus in its purity!

Today I'm particularly happy to find this initiative #4 with the theme: The invisible mark of my teacher in Things by @iriswrite for this heavenly meadow that #hive gives us.

You might be wondering why I'm so happy about this specific call, if each one of them is truly wonderful. Ah... I've been putting off writing a post for several weeks related to a tribute I've wanted to pay to teachers who have significantly influenced my academic and personal development. And as I always say, life is pure coincidence... Here's an initiative that comes to me at just the right time to finally sit down and write what I've kept in my heart for so long.

Experiences about teachers who left a mark on my life? Many. From momentous moments with my preschool teacher (when I was 4 years old) to the recent years with the person who was supposed to be my tutor for my last master's degree (I say supposed because he passed away a few weeks before I defended my thesis). But I'll dedicate other spaces to him in the future.
Now I'll start by telling you about Lili, my preschool teacher, whom I think should have been awarded a medal for her patience with us. We were quite restless, to mention just one quality.

I often think back on that time and am overcome with extreme feelings. On the one hand, immense joy.

Those were glorious times (that's how we perceived them through the mirage of a reality dangerously in decline in our country, at least). I fondly remember the succulent snacks, having to eat snacks all seated at the table together, sharing and looking into each other's eyes; the days in kindergarten, crafts as an element of motor development and everyone's creative capacity... and finally, the playground, that area where I could never perform as well as everyone else because the teacher always punished me.

I look back on those punishments, and it's funny how they never provoked feelings of hatred toward her. I always assumed she was right and respected her for that. I was truly restless. Again, she deserves a medal for knowing how to support us and raise us, even though we were so distractible.

I spoke of extreme feelings during that period... And sadness also invades me when I realize that in my country, only three of us from that group remain. Everyone else has emigrated.

Then came two years that I am most grateful for in my school life.

During first and second grade, I had the most beautiful and best teacher in the world: Edith!

When you look closely at the photograph, you'll say she's not beautiful. It's just that I don't value beauty in people for their physical qualities, but for who they are, the color of their soul, the light they genuinely give to the world without asking for anything in return or shouting it out loud. Those kinds of people, when they have kind and pure souls, are the ones who, for me, deserve eternal respect and admiration.

Talking about Edith and getting emotional is inevitable. I still look at this photograph of her putting my headscarf on me (a school uniform accessory that is mandatory in Cuba, unless you are a Yehōvāh's Witness) and I experience that moment as if it were right now, that smile of hers, my own smile... a smile that, despite the fact that I was missing many teeth, was one of the most spontaneous smiles I had in my childhood.

It's also interesting that, like Lili, Edith wasn't permissive with her students; she treated us very harshly, and yet one is grateful for it with tenderness and nostalgia.

That's how a teaching-educational process should be. Of course, it wasn't like it was a military regime. She respected and encouraged playtime and laughed with us, too. But if I'm grateful to anyone for not having any spelling mistakes, it's Edith. She made sure we truly finished first and second grade with everything, all the content, mastered.

I would also give her a medal for knowing how to handle that generation of which I was a part with love and rigor.

Imagine if we were restless, that she had a belt she called Mono Pancho (named after a very charismatic monkey that was in our city's zoo at that time), and with it she acted as if she were going to slam us hard on the buttocks into our seats so that we would have golden discipline. She never really hit us hard, but at the mere mention of the name Pancho, we all flew low until we were silent in our seats without blinking. Nothing, she knew how to earn our respect and love. There are many more stories about her, but this post would be too long. For now, I just sigh with emotion and hug her in my memory.

In third grade, I had a teacher named Micaela, whose name I have no idea why I remember, because the poor thing was really, really bad as a teacher. I only regret having given her a few bad scares with my pranks (once I cut my finger with a scalpel I was trying to stick into the table; another time I stuck a pencil point in my arm—it never actually came out, luckily it disintegrated, otherwise I wouldn't be writing this right now—and another time I swallowed a pencil cap, to mention just three pranks...).

Fortunately, in fourth grade, we had Joaquín, a teacher who smoked cigarette butts while teaching us and with whom we had to learn like magic because he never cared whether we learned; and Blanquita, a very old lady, slim, tall, with beautiful skin and a voice so sweet that it never rose in pitch. She also holds a huge place in my heart because she managed to recover from our severely distorted learning curve from the previous year. The most important thing? The outpouring of love with which she was able to do so.

In fifth grade, Lolita and Reina arrived. I won't talk about them, so as not to go on too long. Just imagine my face in this photo next to them.

Still, I learned something from them, especially from Reina (the slender woman to my left), whom I truly admired and respected, and for whom I cried a lot when I learned of her death years later.

Anyway, I'm grateful for the opportunity to share these stories, which I don't know if they're similar to any you've had. Let me know.
I hug you, asking you to smile and hug whoever you can!
You'll be happier that way!


Thank you very much for your visit!

Best regards @roswelborges


If you like my blog, I would love for you to join my Fanbase by clicking here


©️Copyright 2025 Roswel Borges Castellanos. All rights reserved.




0
0
0.000
47 comments
avatar

Los maestros siempre serán parte de nuestra vida!

0
0
0.000
avatar

¡Totalmente!
¡Gracias por llegar y comentar de esta manera empática!

!INDEED

0
0
0.000
avatar
(Edited)

Muy cierto. Muchos saben ganarse nuestro cariño, admiración y respeto. Aunque siempre existirán las Lolitas y las Reynas lamentablemente.Hermosa historia.

0
0
0.000
avatar

¡Hola!
Me emocionan tus palabras.
Te agradezco la deferencia en llegar de este modo.
¡Hermoso día!

0
0
0.000
avatar
(Edited)

Interesante historia, me sacaste sonrisas con esa sinceridad, hoy adulto agradeces incluso lo que ese maestro no te brindó , pero a dios gracias otras maestras se encargaron de dejarte bonitos recuerdos y enseñanzas, recordar es vivir.

0
0
0.000
avatar

Si logré que rieras, ¡misión cumplida!
¡Muchísimas gracias por llegar y comentar de este modo tan gentil!
¡Saludos!

0
0
0.000
avatar

Me has hecho reír, mira que sacarte todas estas historias ha sido grato para mí. Gracias por tan bonito post. 🤍💜

0
0
0.000
avatar

Son historias que tenía previsto publicar en otro momento, pero vino bien tu convocatoria. Lo causal ha dado pie a que no la prolongara.
Gracias por tus palabras.

0
0
0.000
avatar

Hola @roswelborges, leí con mucho entusiasmo tu crónica estudiantil y me dio mucha risa lo del fuete llamado Pancho, por un mono del zoológico.
También aprendí lo del corbatín, lo veía siempre en las noticias y pensé que era obligatorio para todo el mundo, ahora me entere de que había excepciones por la religión.
Lo cierto es que esos profesores, hasta el de cuarto grado al que no le importaban si aprendían o no, marcaron una buena etapa en tu vida.
Disfruté mucho leyendo tu historia.
Feliz noche.

0
0
0.000
avatar

¡Hola!
Me alegra mucho que hayas llegado acá y disfrutado de esta forma la historia.

Llegué a conocer al mono Pancho en aquella época. Era una especie de símbolo vivo de la ciudad. Familias enteras iban al zoo solo para verlo a él.

En relación a las maestras, pues ya ve, parte de una historia que puede haber sido la de muchos.

¡Gracias por esas palabras tan gentiles!
¡Un abrazo!

0
0
0.000
avatar

Siempre es extraordinario recordar con amor a quienes estuvieron atentos y activos en nuestro desarrollo pero más a esos, los maestros que pusieron y continúan poniendo sus manos y el empeño en moldear nuestras almas. Y lo digo también en presente porque recordarles les mantiene permanentemente en la obra. Gracias por contarnos esta parte de tu camino y sobre quienes te han llevado de la mano en el proceso de convertirse en el ser mágico y luminoso que eres

0
0
0.000
avatar

Solo lamento que ya no existen maestros así y que cada día se forman generaciones y generaciones de personas que son incapaces de escribir sin errores ortográficos y que ni siquiera valoran la importancia de ello.

¡Gracias a ti por la magia que me abraza e ilumina!

0
0
0.000
avatar

Deformación , ese es el único apelativo posible.

Cómo no responder mágicamente a tanta luz que llevas y muestras ?❤️

0
0
0.000
avatar
              ❤️
               ❤️
          ❤️
      ❤️
  ❤️

❤️
❤️

0
0
0.000
avatar

Wow!!! Estás acabando con esos diseños , Mon amour

0
0
0.000
avatar

Es que uno a veces dibuja con el corazón...
O es el corazón el que dibuja...
A veces ni sé...

0
0
0.000
avatar

Creo que se trata del corazón principalmente. De tu corazón y es lo más hermoso del mundo 🥰❤️

0
0
0.000
avatar

0
0
0.000
avatar

I'm so honored to receive this support from you!
I admire the excellent work you do, and that's why I feel so proud of this support!

0
0
0.000
avatar

Congratulations @roswelborges! You have completed the following achievement on the Hive blockchain And have been rewarded with New badge(s)

You received more than 35000 upvotes.
Your next target is to reach 40000 upvotes.

You can view your badges on your board and compare yourself to others in the Ranking
If you no longer want to receive notifications, reply to this comment with the word STOP

0
0
0.000
avatar

¡Felicitaciones!


Has sido votado por @entropia

Estás participando para optar a la mención especial que se efectuará el domingo 27 de abril del 2025 a las 8:00 pm (hora de Venezuela), gracias a la cual el autor del artículo seleccionado recibirá la cantidad de 1 HIVE transferida a su cuenta.

¡También has recibido 1 ENTROKEN! El token del PROYECTO ENTROPÍA impulsado por la plataforma Steem-Engine.


1. Invierte en el PROYECTO ENTROPÍA y recibe ganancias semanalmente. Entra aquí para más información.

2. Contáctanos en Discord: https://discord.gg/hkCjFeb

3. Suscríbete a nuestra COMUNIDAD y apoya al trail de @Entropia y así podrás ganar recompensas de curación de forma automática. Entra aquí para más información sobre nuestro trail.

4. Visita nuestro canal de Youtube.

Atentamente

El equipo de curación del PROYECTO ENTROPÍA

0
0
0.000
avatar

¡Hola!
¡Muchísimas gracias por esta deferencia!
¡Es un privilegio que me honra!
¡Un abrazo!

0
0
0.000
avatar

Y yo que pensaba que había sido un alumno incómodo, pero veo que me ganas descansadamente en ese apartado. Tengo que participar en esta iniciativa, aunque mis recuerdos no sean tan luminosos.

0
0
0.000
avatar

Hola @roswelborges, ¡wuao! me encanto tu post..

Aquí estoy comentando y sonriendo, 🤣😂😅, me encanto la foto donde tu cara es un poema y me vi, allí, en la escuela contiguo y tu bella maestra, creo que para esa época me faltaban también unos dientes.

Que hermoso el poder extraer de la memoria con tanta pasión, amor, esos momentos vividos positivos o negativos que formaron parte de nuestra formación.

Me encanto leerte.

0
0
0.000
avatar

¡Hola @dorytagil2022!
¡Qué hermoso encontrar estas letras tuyas en esta mañana de lunes!
Me alegra mucho hayas disfrutado mi historia.
Gracias por estas gentiles palabras.
¡Saludos!

0
0
0.000
avatar

Me siento feliz por tus lindas palabras y de que te haya gustado. Es bueno siempre leer mensajes gratificantes.

0
0
0.000
avatar

¡Por supuesto!
¡Un placer para mí!
¡Buenas noches!

0
0
0.000
avatar

Muy refrescante y simpático tu post. En verdad eras un travieso, por suerte en la adultez pescaste algo de cordura🤭🤭😂🤣

0
0
0.000
avatar

Bueno, no sé realmente si coincida contigo...
Nunca he tenido cordura y espero no tenerla jamás si ello significa perder la naturaleza de un niño. Soy de los que me prefiero así travieso a estar sentado marchito en una esquina de un aula.
El hecho de que haya sido travieso no significa que haya sido mal estudiante. De hecho en el grupo donde estuve en la primaria era muy bueno y yo era del colectivo estudiantil y de los equipos de concurso además. Ah, lo que siempre he sido así, intranquilo, conversador, bromista y espero no cambiar esa forma de ser.

¡Gracias por llegar y por tus palabras!
¡Me alegra te haya resultado simpático el post!

0
0
0.000