A coffee to smile in search of the sun | Week 132 [EN/ES]

Hello coffee lovers!

This week @cinnccf asked us some interesting questions, which I'm excited to address this time, accompanied, of course, by a delicious cup of strong coffee, which I'm sharing with each and every one of you.

If you ask me my preference regarding rainy or sunny days, of course the answer would depend on many circumstances.

Rainy days can be ideal for cuddling with our partner, making love, or simply holding them while the sound of the water caresses the surroundings. I also find them ideal for believing we're children and going out into the meadow to merge with the rain, run, open our arms, fly, laugh, splash through the puddles along the way, and return home together, drying off and warming ourselves with a delicious cup of coffee while laughing again at the pranks we might have gotten into under the spell of the water...

As for sunny days, what can I say? I live in a country where the sun is always present.

Personally, I sometimes think I live in the sun, and I believe I'm the sun if I think of the analogy between my actions and the transparency of light.

The sun is associated with a cheerful and active mood, and that's generally what I'm like. I say generally because, if I'm honest, I lost that ability a while ago, but I'm confident I'll emerge much stronger because everything in life has its own rhythm, and I simply believe I deserve it.

Meanwhile, one sunny day, I suddenly find myself in the Baba Yaga café, an interesting place that reminds me once again that causality exists.

I had heard about this place, giving me good references, and without planning it, the coincidence of life brought me here to show it to you.

As you can see, it's a very unique themed café. It harks back to the iconic story of John Wick, and the atmosphere draws me into a black and white world, making me feel like I'm in the heart of Continental Mexico, with its legends, stories, and lessons learned through reflection, silence, and the laughter of the faces that fill the space.

I ask John Wick questions.

I order a coffee with toast and another while time becomes timeless.

A girl looks at me as if wondering if I'm thinking about another girl, and all I can see is my cup of coffee with the silhouette of another girl who reminds me at the same time of that other woman I should never have met because she broke my smile as if she were that other Baba Yaga from the legends, a mythological species from the Slavic region who ate children.

I look up, and the causality returns. The colors return, and I remember that coffee and love go together like the amber of a beating heart.

I smile then. I order another coffee in a white cup because hugs should be white, and so I say goodbye for now, until the next meeting, with a hug of light!

¡Hola amantes del café!

Esta semana @cinnccf nos ha hecho algunas preguntas interesantes las cuales me animo a abordar en esta ocasión bajo la compañía por supuesto de una exquisita taza de café bien fuerte y que comparto con cada uno de ustedes.

Si me preguntan mi preferencia en relación a los días lluviosos o soleados, por supuesto la respuesta dependería de muchas circunstancias.

Los días lluviosos pueden resultar ideales para abrazar a nuestra pareja, hacer el amor o simplemente abrazarla mientras el sonido del agua acaricia el entorno. También me resultan idóneos para creernos niños y salir a la pradera para fundirnos con la lluvia, correr, abrir los brazos, volar, reír, chapotear en los charcos del camino y regresar juntos a casa, secarnos y calentarnos con un sabroso café mientras volvemos a reír por las travesuras que podamos haber hecho bajo el embrujo del agua...

Sobre los días soleados, ¿pues qué decir? Vivo en un país donde el sol siempre está presente.

En lo particular, en ocasiones llego a pensar que convivo en el sol y me creo sol si pienso en la analogía de mis acciones con la transparencia de la luz.

El sol se asocia con un estado de ánimo alegre y activo y así soy generalmente. Digo generalmente porque, si soy sincero, hace un tiempo he perdido esa capacidad, pero confío en que renaceré mucho más fortalecido porque todo en la vida su ritmo y sencillamente sí creo que lo merezco.

Mientras, precisamente un día soleado, de pronto me encuentro en la cafetería Baba Yaga, un lugar interesante y que vuelve a recordarme que lo causal existe.

Me habían hablado de este sitio dándome buenas referencias y sin planificarlo, lo causal de la vida me trajo acá para mostrárselo a ustedes.

Como ven, es una cafetería temática bien singular. Nos remite a la icónica historia de John Wick y esa atmósfera me hace sumergirme en un mundo en blanco y negro para creerme en pleno Continental con sus leyendas, historias, enseñanzas a través de la reflexión, el silencio y la risa de los rostros que llenan el lugar.

Hago preguntas a John Wick.

Pido un café con una tostada y otro mientras el tiempo se torna atemporal.

Me mira una chica como pensando si estoy pensando en otra chica y solo observo a mi taza de café con la silueta de otra muchacha que me recuerda a la vez a esa otra mujer que nunca debí conocer porque fracturó mi sonrisa como si fuese esa otra Baba Yaga de las leyendas, especie mitológico de la región eslava que se comía a los niños.

Levanto la vista y otra vez lo causal. Retornan los colores y recuerdo que el café y el amor van de la mano como el ámbar de un corazón que palpita.

Sonrío entonces. Pido otro café en un taza blanca porque blancos han de ser los abrazos y así me despido por ahora, hasta un próximo encuentro, ¡con un abrazo de luz!