👀 EN MI BARRIO VIVEN LAS ARPÍAS 🤭 ✍️ (Un Relato Paródico)✨

Saludos Hivers ✨

Deseo para todos que hayan tenido una jornada dominical muy fructífica dentro de éste maravilloso Ecosistema, y en especial que así haya sido para mis amigos y amigas de la 💚 #greenzone 🌿🫂

Desde que @cumanauta lanzó su inciativa ⬇️

https://ecency.com/hive-164923/@cumanauta/la-forja-fractal-esp-eng

Me motivé a escribir algún relato hiperbreve para participar, recordando dos 📚 libros formidables.

✍️ HÉRCULES Y YO de Robert Graves, una 📕 Novela Paródica que me marcó mucho en mi adolescencia de inquieto lector.

El 2do 📕 lo leí muchísimo durante mi juventud cuando mis colegas escritores en la Isla preferían y veneraban al argentino Jorge Luis Borges o bien por Ficciones o por El Aleph yo en cambio estaba enganchado con él 😅⬇️

De regreso a sus páginas y encontrando en él alguna que otra historia para elaborar "mi spin off" escribí unos 6 hiperbreves 😅 pero de repente uno de ellos comenzó a ganar cuerpo, sobrepasó las 200 palabras que mi buen amigo Félix nos pide, y resultó ser que de todos es el que más me agrada y disfruto 😂

✍️ De modo que se los compartiré como un Relato Paródico, pero fuera de competencia, esperando, sin embargo que, al leerlo, otros se motiven a responder al llamado que él ha hecho con su Iniciativa LA FORJA 🫂✨

En griego su nombre significa "las que raptan" o también "las que arrebatan". Y aunque en realidad, al principio, queríamos entenderlas como divinidades del viento, en una burda adaptación de lo que representaban los Maruts para los Vedas (que blandían armas de oro personificando los relámpagos, ordeñando las nubes para darnos a los hombres prosperidad y abundancia), en la Teogonía de Hesíodo, se describen como divinidades aladas, de larga y suelta cabellera, más veloces que las águilas y más ágiles que el viento.

En el tercer libro de la Eneida las retratan como aves con cara de hermosísimas doncellas pero con unas garras encorvadas y vientres inmundos, pútridos, pálidas porque tienen un hambre que no consiguen saciar.

Bajan de las altas cumbres dónde viven y arrasan con las mesas de los festines, te mancillan gritando.

Además de fétidas son invulnerables, lo devoran todo como ya dije, chillando, son chancleteras e incómodas, no pierden en una disputa, así que, lo preferible cuando tocan a tu puerta, es ignorarlas o terminan robándote sin misericordia tu tranquilad. Y lo peor, es que suelen llegar juntas.

Muchos de ustedes ahora mismo me dirían tan comprensivos, tolerantes y permisivos como son:

-Claro, si es una diosa triforme.

Y yo les rectificaría, si tuviéramos la oportunidad de dialogar:

-Son las Furias de éste Infierno de nación 😅 pero no las confundan con las Parcas, que ésas al menos muestran misericordia, las Arpías de mi barrio no.

La primera, Juana Aquilina, tocó a mi puerta a las 7 a.m. y apenas abrí, me gritó:

-Chuli, tú te crees un Semidios, me debes dos meses del agua.

Tiene un olfato para saber cada vez que cobro algún simbólico derecho de autor 🤭, pa' mí que tiene en Cultura algún cómplice informante.

Le pagué rápido, y sin protestar, para no oír ni un chillido más, olvidándome de que anoche mismo tuve que bajar desde el 4to piso a la turbina para subir dos cubos de agua: uno para bañarme y el otro para cocinar.

Y por poco le pregunto qué hacía la Presidenta del CDR en éso, pero menos mal que me contuve y recapacité, consolándome: "mijo, entre las Arpías no existe Nepotismo".

Y no había acabado de cerrar la puerta pensando en ello, cuando sonó el 2do toc toc 🤯

Volví a abrir y ahí estaba su hermana Damarys Patrocla, con el ombligo to' lleno de churre y una licra verde fosforescente, desgreñada y con pus en los ojos (evidentemente acabadita de levantar la muy p...)

-Ven acá, papi ¿tú no piensas pagar la luz?

Y ésta chilla más que la otra:

-Dale, dale mi chini, busca rápido y paga, que tengo que ir a importunar a unos cuántos de la otra escalera; y en ésta el único que siempre se hace el vizco más héroe eres tú 🤬

Le dí los últimos 20 pesos 🥹 y su hija Melanie se coló a la velocidad de una rata dentro de mi apartamento.

Encontré a la niña arpía en el pasillo que da al baño, frente a éste cuadro ⬇️

Absorta y extrañamente en silencio, hasta que se viró, cuando yo pretendía agarrar la fosforera para encender el primer cigarrillo del día (eso iba a hacer cuando tocó la primera)

-¿Y éso qué es? -Chilló, y el cigarro encendido cayó sobre el dedo gordo de mi pie izquierdo. El mismo con que estaba dispuesto a zumbarle una patada apenas gritara.

Respiré profundo, haciéndome el zen, el estoico, y conciliando ternura con malestar (a fin de cuentas, es una niña, y no tiene la culpa de haber sido vomitada de las mismas entrañas y fetidez de la otra) le dije:

-Eso, Melanie, es un Ángel.

-Ay, no seas comep... ¡qué yo sé muy bien que es una mujer desnuda, so' pajizo!

Muerto de la risa, pero con roña, con ganas de sacarla de casa por los moños, sin dejar de gritar groserías, la acompañé agarrada por un brazo hasta la puerta y cuando cerré todavía se oían sus gritos por toda la escalera:

-¡Pajizo, pajizo, Odiseo es un viejo verde!

Salí al balcón, sintiéndome como el rey tracio, que por mandato divino las Arpías persiguieron hasta el porvenir, y como él, el sol me castiga: no me dió tiempo ni a poner el café, ya tumbaron el Katao.

Me resingo, por supuesto, en la madre de Apolo y los dos viejos sentados como siempre allá abajo en su banco, me observan con recelo, con ganas de sacar sus pancartas triunfalistas, sus banderas corroídas de la carnerancia.

El cigarro, por supuesto, ya es el último de la cajetilla, pero me lo fumo con tranquilidad, pensando en la mejor suerte que ha corrido mi hijo Telémaco al mudarse a la Península Ibérica.

Penélope hace dos meses me dió el bate, convencida de que debemos ser monoteístas dice que su corazón ahora sólo pertenece a un tal Jesús.

Y ahora es que yo comprendo aquello que me contó mi socio Teseo, antes de que lo metieran en prisión por robarse un file de huevos en la Bodega EL FÉNIX ROJO, sorprendido, entre trago y trago, y llorando a moco tendido, con un raro sentimiento de culpabilidad, que ustedes, podrán comprender, yo no comparto:

-Cuando el sol de la mañana, mi brother, reverberó en mi espada de bronce, ya no quedaba en ella ni vestigio de sangre ni el más mínimo indicio de dignidad. ¿Lo creerás, Odiseo? –me dijo–. No fue como ahora cuentan: El Minotauro apenas se defendió; me vió y se arrodilló, bajó la cabeza y me pidió que la dejara caer, lo rogó con su robusto cuello desnudo ante mis ojos, y lo único que bufeó, bajito, sin gritar, sin chillar, fue: "Libérame ya, ten piedad, mi querido salvador."

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