Hola amigos!

Siempre que se escribe con el pecho apretado y con ese característico nudo de garganta que ahoga y nos hace sollozar, en medio de una penumbra casi eterna, aunque el padre Ches te acalore, en esos instantes vuelven los recuerdos de quien en vida te hizo reír y en algunos momentos rabiar.

Pues sí! La tristeza se viene a mí, se abalanza como una fiera tratando de hacer añicos la fortaleza enérgica que por característica tengo, me visita con la mano estirada y puesta en mis hombros, queriéndome abrazar para darme algún consuelo, más cuando ella sabe que en las misma situación la Sra. Muerte, hace unos años atrás, tomo de las manos a un hermano de la vida, un hermano que en el recorrido inhóspito de la existencia, te pone en el camino para caminar juntos, construyendo épicas, llevando serenatas, organizando y estudiando…

Ese hermano de la vida nos dejó con apenas 34 años… una enfermedad que él no tenía previsto tener, le arranco la vida en apenas 3 días, en una batalla dentro de un hospital, entro con una congestión gripal fuerte… eso pensábamos que era lo que le sucedía.

Hoy , después de muchos años, vuelvo a vivir la misma experiencia con un gran amigo… un hombre de color que llevaba en su piel el tambor desobediente de las costas venezolanas, profesional con apenas 41 años, irreverente y con la disciplina firme al hacer lo que le gustaba… un hombre fornido y alto, que al igual que mi hermano de vida, deja hijos e hija, y no diría huérfanos, aunque lo sea, diría en todo caso, nos dejó un pedacito de él en cada uno de sus hijos…

La vida, escribí en mi estado de Whatsap con una imagen de todos ellos juntos sonriendo, la vida en compleja, es injusta… pero al fin y al cabo es vida… ella nos sorprende cuando menos lo esperamos, y vaya que nos sorprendio a todos.

Ese gigante, entro al hospital por emergencia un lunes por la madrugada, con una severa congestión de pecho, que le hacía hacer esfuerzos para respirar, donde el mismo decía que eso no era nada… la misma película. Paso el día lunes con la atención perfecta en un hospital universitario full de pacientes con diversas patologías… El Negro como le decíamos cariñosamente, se reía porque la camilla le quedaba pequeña.

Le hicieron los exámenes correspondientes, paso un tiempo, y la responsable en retirar los estudios llego corriendo, hecha nada, con la crispación que aturdía al leernos los resultados… fue como una carta que disolvía el tiempo en fragmentos distantes y que nadie podía volver a armar… un rompecabezas que no tenía sentido ni pertinencia… el dolor se hiso presente de forma colectiva.

La película que vivimos a quienes compartimos con mi hermano de vida, tenía un tinte distinto en este presente, nos volvió a congregar a las afueras del hospital… con el dolor, la rabia infinita y el sentimiento que nos erizaba la piel… sabíamos que era lo que venía…

Inmediatamente, llamamos a todos a quienes conocíamos y les pedimos donantes, y más donantes… nuevamente la batalla contra una enfermedad silenciosa habría sus flancos de guerra en un amigo… una enfermedad que tenía ventajas sobre todos nosotros…

Pasaron dos días, esperando que la enfermedad retrocediera y permitirá que la vida continuara… pero no fue así… al tercer día nos informaron que tenían que intubarlo puesto que el oxígeno estaba por debajo de 80… un sentir que nuevamente llegaba del pasado para mostrarnos que tan cruel es el destino, trajo consigo el silencio que se apodero de todos nosotros…

No pasaron 15 min… y El Negro con un paro… levanto vuelo sin querer irse… la Sra. Muerte le esperaba para llevarlo a un viaje sin regreso… la Leucemia Mieloide Aguda grado 3 silentemente había hecho su trabajo…

3 días … solo 3 días necesito la enfermedad para llevarse a dos amigos que no sabían que padecían de ella y que pidieron no os dejaran morir… pero, la vida con sus complejidades les dio su última sorpresa… a ellos la vida y el agradecimiento por formar parte de nuestras existencias terrenales.