¡Un saludo a todos los usuarios de Hive y a los atletas de la SWC! Espero que estén disfrutando de un excelente día. En esta ocasión, quiero compartir con ustedes una tarde de entrenamiento que se convirtió en un valioso momento de aprendizaje gracias a un reencuentro inesperado. ¡Espero que les guste!

Apreciados lectores, la tarde en Puerto Cabello estaba particularmente tranquila. Decidí ir al parque de barras, buscando la serenidad para enfocarme en mi entrenamiento. Al llegar, me llevé una grata sorpresa al encontrarme con mi viejo amigo Luis. Hacía tiempo que no asistía al parque, pero es un atleta excepcional, especialmente talentoso en el Straddle Planche. La alegría de verlo fue inmediata, y no dudamos en ponernos al día mientras nos preparábamos para entrenar.

Con la intención de aprovechar al máximo su experiencia, decidimos entrenar juntos, enfocándonos en la Straddle Planche. El objetivo de la sesión no era solo hacer muchos holds, sino buscar perfeccionar la técnica en cada aguante. La Straddle Planche es un elemento que siempre me exige la máxima concentración, ya que la alineación del cuerpo lo es todo. Luis y yo nos turnábamos, corrigiendo y motivándonos mutuamente.

Al principio de la sesión, me costaba bastante subir las piernas y mantener una línea corporal recta. Sentía que mi cadera se hundía un poco, perdiendo la tensión necesaria para una ejecución perfecta. Aunque había practicado este elemento innumerables veces, noté que había vicios en mi técnica que me impedían progresar. Luis, con su ojo experto, notó de inmediato mi dificultad y se acercó a darme un par de consejos.

Me dió unos pequeños tips que marcaron una gran diferencia. Con su guía, logré enfocarme en la activación correcta del core y en la retracción escapular, lo que me permitió sentir la posición de una manera completamente nueva. Con cada intento, mi Straddle Planche se veía más limpia y recta. La sensación de mejora fue instantánea y muy gratificante.

Fue una tarde muy productiva, no solo en términos de entrenamiento, sino por la invaluable lección de mi amigo. La calistenia, más allá de la fuerza, es una disciplina de técnica y, a veces, un ojo externo y la guía de un compañero experimentado son lo que necesitamos para superar un estancamiento. La visita de Luis, aunque casual, me ayudó a dar un paso importante en mi progreso.

Sin más que agregar me despido, estén atentos a los próximos post ¡Hasta la Próxima!