¡Un saludo a todos los usuarios de Hive y a los atletas de SWC! Espero que estén disfrutando de un excelente día. En esta ocasión, quiero compartir con ustedes una mañana de entrenamiento que, aunque comenzó como cualquier otra, se convirtió en una sesión memorable gracias a la camaradería. ¡Espero que les guste!

Apreciados lectores, la mañana se presentó tranquila y con una atmósfera cargada de energía, ideal para iniciar el día. Me dirigí al parque de barras para entrenar a mis alumnos como de costumbre. Sin embargo, al llegar, me encontré con un viejo amigo, un compañero con el que he compartido innumerables horas bajo las barras.

Fue una sorpresa agradable. Después de ponernos al día rápidamente, descubrimos que nuestras rutinas coincidían justo en el trabajo de fuerza de empuje. Decidimos aprovechar el encuentro para un entrenamiento espontáneo, y el movimiento elegido fue el clásico y esencial: los fondos en barra (bar dips).

Nos dispusimos a hacer varias series y repeticiones. Entrenar con un amigo de tantos años siempre añade un elemento de sana competencia y motivación. Nos enfocamos en la técnica, la lentitud en la fase excéntrica y la explosividad al subir, buscando la máxima contracción del pecho y los tríceps. Mientras yo supervisaba brevemente las rutinas de calentamiento de mis alumnos, regresaba rápidamente a la barra para desafiar a mi amigo en la siguiente serie.

La sesión fue un gran recordatorio de la importancia de los movimientos fundamentales. Los fondos en barra son la base de tantos skills avanzados, y trabajarlos con un compañero hace que el esfuerzo se sienta más ligero y el progreso más rápido. La energía mutua nos empujó a hacer repeticiones extra, manteniendo la intensidad alta en cada set.

Al terminar, ambos sentimos la quemazón en los músculos, una señal de un trabajo bien ejecutado. La mañana fue un testimonio de que la calistenia, más allá de ser un deporte individual, es una comunidad de disciplina y apoyo. Me despedí de mi amigo con la satisfacción de haber tenido una sesión productiva y con la alegría de haber fortalecido no solo los músculos, sino también los lazos de amistad.

Sin más que agregar me despido, estén atentos a los próximos post ¡Hasta la Próxima!