Afternoon Tea || Tarde de Te [ENG/ESP]
It was a bright afternoon, one of those when the sun gently streams through the curtains and the air is filled with tranquility. In the dining room, a glass-topped table elegantly awaited, ready to welcome guests. Everything was carefully arranged: a white porcelain teapot, adorned with gold details and a deep burgundy red, reigned in the center as if it were the hostess of the evening.
Beside it, a steaming cup of dark coffee rested on its saucer, accompanied by a polished metal spoon. The warm aroma mingled with the sweet scent of the golden and tempting puff pastries resting on a matching saucer.
On another plate, two chocolate-covered pretzels decorated with colorful sprinkles seemed to smile, ready to delight whoever tasted them. Beside them, a special detail caught the eye: an elegant swan-shaped chocolate bar, carefully wrapped and adorned with a red ribbon, like a gift promising a delicious surprise.
Around the table, plush chairs awaited diners. Everything was ready for an afternoon of conversation, laughter, and sweet bites. It was a scene that spoke of affection, of small shared luxuries, and of the beauty of stopping time for a moment to enjoy the simple things: a good drink, a sweet treat, and the company of those who make life taste better.
Era una tarde luminosa, de esas en las que el sol entra suavemente por las cortinas y el aire se llena de tranquilidad. En el comedor, una mesa de vidrio esperaba con elegancia, lista para recibir a los invitados. Todo estaba dispuesto con esmero: una tetera de porcelana blanca, adornada con detalles dorados y un profundo rojo burdeos, reinaba en el centro como si fuera la anfitriona de la velada.
A su lado, una taza humeante de café oscuro descansaba en su platillo, acompañada por una cucharita de metal pulido. El aroma cálido se mezclaba con el dulce perfume de los pastelitos de hojaldre, dorados y tentadores, que reposaban en un platillo a juego.
En otro plato, dos pretzels cubiertos de chocolate y decorados con chispas de colores parecían sonreír, listos para alegrar a quien los probara. Junto a ellos, un detalle especial llamaba la atención: un elegante chocolate en forma de cisne, cuidadosamente envuelto y adornado con un lazo rojo, como un regalo que prometía una sorpresa deliciosa.
Alrededor de la mesa, las sillas mullidas esperaban a los comensales. Todo estaba listo para una tarde de charla, risas y dulces bocados. Era una escena que hablaba de cariño, de pequeños lujos compartidos y de la belleza de detener el tiempo por un momento para disfrutar de lo simple: una buena bebida, un dulce capricho, y la compañía de quienes hacen que la vida sepa mejor.