Impotencia ante una Invasión.

  Les pongo un poco de contexto para que entiendan mi experiencia. Mi casa es esa, la que se ve en la esquina. Desde hace unos meses, el dueño de ese carro blanco que ven en la foto de arriba ha estado generando disturbios contraproducentes dentro de la urbanización.

  Yo tengo toda mi vida viviendo aquí, desde el 97 para ser más específica. Ese señor desde el 2008. Literalmente invadió una parcela cercana a otras casas y desde entonces llegaron los problemas acompañados por él.

  El problema en sí radica en que este hombre con sus hijos quiere apoderarse de terrenos baldíos que no están abandonados, son parcelas que tienen dueño, sólo que nunca construyeron en ella. Y este hombre lo que quiere es sembrar maíz, caña de azúcar y a su vez criar cochinos con ovejos. Ya tiene los ovejos, estos deambulan por la urbanización comiéndose las matas de los jardines que hay en las aceras de cada casa.

  En fin, el problema no son tanto sus animales que deambulan, sino la desfachatez que tiene de quererse apoderar de terrenos que no son suyos diciendo que lo que hace no es invasión sino un progreso para su emprendimiento, el cual consiste en criar cochinos y otros animales de granja, asignando mini parcelas a personas ajenas a la urbanización y quién sabe quién vendrá a rondar las casas para ver cuál asaltar después.

  La ira me carcomió por completo al ver cómo se instalaba frente a mi casa a colocar unos palos para cercar esa área así como así, porque le daba la gana. Su excusa fue: es para que mis animales dejen de molestar. Me alteré tanto que casi le caigo a golpes a los muchachos con las palas que se ven en la foto.

  Ver que nadie hacía o decía nada me dio más impotencia y salí a correrlos del lugar. Me puse como loca, literalmente, les jalé las herramientas, les tiraba los palos y discutía con la intensión de que se fueran del lugar inmediatamente. Afortunadamente mi tío intervino y se puso a hablar con el señor. Yo por mi parte lo amenacé y le dije que le dañaría sus bienes si seguía molestando.

  Una máquina para sacar guarapo de caña de azúcar, que deja a la intemperie y que aparte para darle corriente se conectó a un poste de luz ilegalmente. Todo lo que está haciendo es ilegal y lo peor es que hizo referencia a un incendio que hubo el año pasado para estas fechas y él no tuvo la cara para negar haberlo hecho. Esas fotos de aquel incendio las compartí en este post.

  Entonces el punto de hacer esta publicación hoy, pasado un día del incidente, es más que todo para preguntarles ¿cómo hacen ustedes para lidiar y drenar toda esta cantidad de ira al ver tanta injusticia ante una situación en la que nadie quiere luchar por sus derechos y exigir respeto, dejando que todo el mundo haga lo que le da la gana?

  ¿Qué haces cuando sientes tanta impotencia? Ante una injusticia de esta magnitud, ¿Quién defiende los derechos privados de una urbanización que tiene años en sana paz gracias a la lucha y colaboración para que plaque el hampa en donde vivimos, para que venga este señor a traer gente de barrio a vistear las casas y de nuevo la inseguridad de años anteriores.

  Yo estoy cansada de todo esto, tanto que estoy por dañarle la máquina esa y pincharle los cauchos a su carro por abusador. Me he controlado porque otros vecinos se están moviendo a nivel legal, yo quiero que se vaya de aquí. Y hoy es que me estoy empezando a calmar, no tenía ningún estímulo por publicar hoy, pero mi deber me llama y así no quiera aquí estoy. Al menos para desahogarme, porque mi ira aunque ha menguado, si me tocan la tecla, optaré por la violencia.

  En este punto de mi vida no estoy para tolerar ningún tipo de injusticia, por más mínima que sea y si la gente no aprende por las buenas, debe aprender por las malas. Es lo que pienso y lo que siento al armar este post. Sólo quería plasmarlo.

  Ya para terminar, sólo quería decir que si alguien tiene algún consejo para canalizar la ira, esa que cuando te enciende y te domina de tal manera, que al hablar las palabras se te traban o dices incoherencias porque se te nubla la mente y se te olvidan las frases que planeas decir. Así me pasó el otro día. También se me fue el gallo y estuve a punto de llorar frente a todos de impotencia y pasé el resto del día con un fuerte dolor de cabeza, o sea fue una experiencia horrible que no se la deseo a nadie.