Mi Diario: 25 febrero 2024 // My Diary: February 25 2024

Hola, querido hiver.

Las grullas emprenden el regreso a las tierras del norte, señal de que la primavera se acerca. A su paso se escucha un murmullo lejano que aumenta poco a poco de intensidad. Si levantas la mirada puedes observar sus características formaciones angulosas que cada cierto tiempo se deshacen para volver a formarse de nuevo.

Me pregunto qué será lo que las guía para que sepan hacia dónde tienen que volar, miles de kilómetros más allá. Es sin duda uno de esos milagros de la naturaleza que damos por sentado.

Me recuerda a nuestro propio camino en esto que llamamos existencia o vida. Nos levantamos de la cama cada mañana para hacer más o menos lo mismo que el día anterior, con sensación de rutina. De aburrimiento. De que los días, semanas y meses son iguales. Año tras año repetimos rituales individuales y colectivos: festividades religiosas o culturales, celebraciones que nos llevan la cuenta de lo vivido.

Sin embargo, nada es igual. Cada segundo es diferente al anterior. En algún lugar del mundo nace una nueva criatura al tiempo que otra muere. El polvo cósmico, las arenas del desierto y el agua de los océanos tiene una forma diferente. Hasta nuestras células son otras.

Es por eso que conviene recordar lo agradecidos que nos podemos sentir siempre y en toda circunstancia. Hasta en la más miserable que lleguemos a imaginar. Aunque los huesos duelan y las heridas del alma continúen sin cicatrizar. Al menos seguimos vivos, estamos aquí. Disfrutamos del privilegio de respirar, de pensar. De oler, tocar y escuchar. De saborear la vida y el amor de los seres queridos que nos acompañan y de los que añoramos.

Trato de pensar a menudo en la idea del párrafo anterior. Supongo que se nota en estos escritos de diario, vuelvo una y otra vez a ideas porque no las resolveré nunca. Grandes personajes de la Historia lo hicieron siglos y milenios antes que yo y tampoco lograron una respuesta clara. Escaso alivio para la incertidumbre, lo que invita a abrazarla y dejarse llevar por lo que el universo tenga a bien concedernos.

Como las grullas volando por instinto, seguiré haciendo caso de lo que el corazón me indique aunque haya señales que me adviertan de lo que podría perder. Porque ya estoy ganando en vida, experiencia y tranquilidad.

Hasta la próxima publicación. Mientras tanto, ¡cuídate!

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©️Copyright 2024 Paloma Peña Pérez. Todos los derechos reservados.

Hi, dear hiver.

The cranes are returning to the northern lands, a sign that spring is approaching. As they pass by you can hear a distant murmur that gradually grows louder and louder. If you look up, you can see their characteristic angular formations, which from time to time break up and then form again.

I wonder what it is that guides them so that they know where they have to fly to, thousands of kilometres away. It is certainly one of those miracles of nature that we take for granted.

It reminds me of our own path in this thing we call existence or life. We get out of bed every morning to do more or less the same as the day before, with a sense of routine. Of boredom. Of days, weeks and months being the same. Year after year we repeat individual and collective rituals: religious or cultural festivities, celebrations that keep track of what we have lived.

However, nothing is the same. Every second is different from the previous one. Somewhere in the world a new creature is born at the same time as another one dies. The cosmic dust, the sands of the desert and the water of the oceans have a different shape. Even our cells are different.

That is why it is good to remember how grateful we can feel always and in all circumstances. Even in the most miserable circumstances we can imagine. Even if the bones ache and the wounds of the soul remain unhealed. At least we are still alive, we are here. We enjoy the privilege of breathing, of thinking. To smell, touch and listen. To savour life and the love of the loved ones who accompany us and those we miss.

I often try to think about the idea in the previous paragraph. I guess it shows in these diary writings, I keep coming back to ideas because I will never resolve them. Great people in history did it centuries and millennia before me and never got a clear answer either. Little relief for uncertainty, which invites us to embrace it and let ourselves be carried away by whatever the universe is good enough to grant us.

Like cranes flying by instinct, I will continue to follow what my heart tells me even if there are signs that warn me of what I might lose. Because I am already gaining in life, experience and peace of mind.

See you next time. In the meantime, take care!

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