En una población rural en los Andes venezolanos, viven Roberto y Cándida. Ellos son dos niños, que viven en casas vecinas, y van juntos a la escuela. Se la pasan juntos todo el tiempo, y les encanta jugar en los pequeños bosques y en los riachuelos que hay cerca de su casa.

Para ellos la montaña es maravillosa, siempre se van a jugar ahí después de hacer las tareas de la escuela. A ellos les encanta explorar y caminar por las orillas de los riachuelos, y siempre buscan nuevos caminos y se inventan juegos, que les ayudan a ser cada vez más creativos, lo que les hacía inventar historias llenas de magia y alegría.

Un día, en una de sus caminatas, Roberto y Cándida, se metieron por un camino nuevo, y vieron una colina que no habían conocido hasta ese momento. La colina, tenía unos árboles y unas flores hermosas. Al ver esa imagen tan hermosa, decidieron subir al final de la colina y al llegar a la parte superior, se encontraron con las ruinas de una vieja casa de piedras.

—¡Roberto, mira, son las paredes de un viejo castillo! — dijo Cándida contenta.

—Sí Cándida, es el viejo castillo, destruido por el dragón, hace siglos, tuvimos suerte de encontrar sus ruinas. — contestó Roberto, que ya estaba inventando una de sus nuevas historias.

—Vamos Roberto, exploremos el castillo. — dijo Cándida, contenta y llena de ilusiones.

Cuando Cándida y Roberto, entraron a las ruinas, vieron que las paredes de piedra eran robustas y se sostenían con solidez, sin embargo, al mirar hacia arriba, se dieron cuenta de que el techo de se había caído, y las vigas de madera que lo sostenían, se habían deteriorado mucho, y estaban tan frágiles, que una se rompió al golpearla con un palo.

—Sabes, Cándida, creo que debemos arreglar el techo de esta casita, y hacer nuestra casa de juegos. Le podemos decir a nuestros padres que nos digan cómo podemos hacerlo, y así la podemos arreglar. — dijo Roberto.

—Sí, también le podemos decir a tu hermano, a ver si nos ayuda, si se pone muy difícil. Pero si la arreglamos, tendremos nuestra casa de juegos.— dijo Cándida.

—Yo creo que mejor preguntamos y lo hacemos nosotros mismos, y así tendremos nuestro lugar secreto, hecho por nosotros mismos. Y si lo hacemos juntos, lo lograremos. — dijo Roberto.

Ambos niños sonrieron e iniciaron su aventura. Ambos les preguntaron a sus padres y a sus hermanos, cómo hacer un techo. Y ambos le dijeron a sus padres, que habían conseguido una casita de piedra abandonada y que querían arreglar el techo, para hacer una casa de juegos.

Los familiares de Roberto y Cándida, sabían cuál era la cabaña y decidieron ayudar a los niños. Pero al ver que ellos querían hacer las reparaciones solos, los padres y familiares de los de Roberto y Cándida, decidieron apoyarles y decirles cómo hacerlo, ya que consideraron, que con ese proyecto de los niños, ellos aprenderían, el significado del trabajo, la amistad y la responsabilidad.

Roberto y Cándida, escucharon a sus padres y a sus hermanos, y comenzaron a hacer lo que ellos le habían dicho, su idea, era construir su castillo de juegos. Así, Cándida y Roberto, fueron llevando herramientas, escaleras de madera y otros utensilios, que necesitaban para hacer su construcción.

Un día, Roberto y Cándida, estaban muy cansados, pero estaban, muy contentos también, al ver, el techo que habían levantado. Pero el techo, ellos no lo habían hecho, no lo hicieron, como se lo habían indicado sus padres, sino que lo hicieron, cómo ellos pensaron, debido a que era más fácil y rápido hacerlo así.

Ese día, los niños estaban sentados frente a la casa, y sus padres fueron a visitarlos y vieron el techo que ellos habían hecho.

—Hola muchachos, espero que estén bien. Saben vimos el techo y no lo hicieron como les dijimos. — comentó el papa de Roberto.

—Lo hicimos así, ya que fue más fácil y rápido. — dijo Roberto.

—Ese techo quedó, muy frágil, si viene un viento fuerte o si viene la lluvia, se va a caer, lo mejor es que lo tumben y lo hagan bien. — dijo el papá de Cándida.

Vamos a probar a ver si funciona, dijeron los niños que ya estaban cansados y se querían ir a la casa.

—Saben niños, ese techo es cómo la vida, si uno no hace las cosas bien, no puede esperar que las cosas funcionen. Si uno no hace un buen trabajo, la persona que lo emplea a uno no lo va a volver a llamar, si uno no cuida a los amigos, pierde su amistad, si uno no limpia, abona y mantiene el campo, no podrá sembrar. Es decir, todo en la vida se hace con trabajo, perseverancia y esfuerzo. Si no se hace así, puede que lo que se haga no funcione. — le dijo el padre de Cándida a ella y a Roberto.

Después de conversar, los padres y los niños se fueron a la casa. Y ese día, cuando se hizo de noche, hubo enorme aguacero con mucho viento. Al día siguiente, cuando llegaron de la escuela, Cándida y Roberto, se fueron a su castillo a llevar unos juguetes, para comenzar a jugar.

Pero cuando llegaron, vieron que el frágil techo que habían hecho se había caído, y se dieron cuenta, de que sus padres tenían razón en todo lo que le habían dicho.

—¿Y qué hacemos ahora?—preguntó Roberto, desilusionado con la caída del techo.

—Vamos a hacerlo de nuevo y vamos a hacerlo bien— dijo Cándida, con mucha seguridad.

—No sé, si valga la pena. Tanto trabajo que hicimos para nada. — dijo Roberto con tristeza.

—Sabes, nuestros padres nos lo dijeron, no hicimos las cosas bien, por eso el techo se cayó. Hicimos una estructura frágil, lo hicimos rápido, y cómo quisimos, no cómo debíamos hacerlo. Ahora, levanta ese ánimo, lo haremos como se debe, trabajaremos juntos, somos buenos amigos y juntos somos invencibles. — dijo Cándida animando a Roberto.

Así, Cándida y Roberto, iniciaron su trabajo de construcción, y les pidieron a sus padres que los supervisaran. Y después de un par de semanas de trabajo duro, Cándida y Roberto, terminaron el techo de su castillo y vieron que era sólido y firme como su amistad.

Finalmente, Cándida y Roberto, se dieron cuenta con la construcción del techo de su castillo, de la importancia que tiene el hacer bien las tareas que ellos realizaban, y se dieron cuenta de la importancia de la amistad, la responsabilidad, del apoyo mutuo, del trabajo duro y de la perseverancia. Entiendo, que esos serían aspectos importantes para su futuro y su vida.

Gracias por leerme.