Entrada al Concurso de Microrrelatos de Literatos // "Abrumador recorrido"

Hoy marcharé, sin rumbo fijo. Me cubriré con el manto de mi seguridad, que es miserable.
No volveré, pues siento que algo me sutura los tuétanos, con un frío incontrolable. Ese frío que arropa mis sentidos, corroe mi mente, y avasalla el poco aliento que me permite continuar con vida y sin remilgos rebuscados.
Es él, mi horadado cuerpo que ya no quiere avanzar hacia lo posible, ambos libramos una gran batalla. ¿Cuál de los dos será el vencedor en esta contienda a tientas? A tientas porque no hay visibilidad real. Imposible ver dentro de las entrañas. Imaginar esa tupida niebla que recorre venas y músculos, me perturba.
Andando voy hacia lo desconocido. Noche oscura, llena de secretos y maldades ocultas.
Allí vamos, debemos avanzar y luchar contra lo invisible del destino. Futuro incierto, a menos que la fe lo invada. Solo la fe y la esperanza son capaces de mover al mundo.
Imposible mirar lo que no se debe, lo que no se puede; eso que hurga dentro de mí, tan solo me permito presentirlo, las capas finitas de mi piel insensible, se expanden y flotan sobre la espesura blancuzca y densa del aire viciado.
A lo lejos distingo al futuro, al pasado y al presente… el pasado, llevando de la mano al presente y el futuro indeciso, corre tras los vestigios que heredó de la vida.
Noche silente; mente obstruida, sin pensamientos rosa, todo obscuro, secretos que la ciencia no rebela, aquellos que, en momentos de ira, deseo develar rasgando mi cerebro para desnudar la verdad.
¿Seré el triunfador, o el vencido? Nuevamente, muevo mis pesados pies hacia adelante sin ayuda.
Solo nosotros, él y mi yo, en una lucha intestina a tientas, sin poder ver los horrores que circulan por cada gota de sangre que recorre el laberinto perfecto del Creador.