Loving Fearlessly: The Right to Feel Out Loud (Eng/Esp)

I return once again to this community, #ladiesofhive, drawn by the warmth that only exists in places one longs to be. Today, I want to talk about something etched in my soul: the right to feel out loud, to say "I love you" without trembling hands, to confess our affections without apologies, to be the first to extend our hearts without fear of them breaking.

Authentic and courageous love should never be a source of shame but of pride. Yet, how many times has society taught and even forced us to believe otherwise?

I remember the first time I said "I love you" to someone without calculating the consequences. It was a September sunset, and those two syllables escaped me like a sigh that could no longer be contained. I didn’t wait for him to say it first. I didn’t hide behind hints—I simply flowed like a river that doesn’t ask for permission.

True, life sometimes returns unexpected pain, but I don’t regret it, because loving boldly is also a form of freedom. I think now of how many generations of women silenced their affections for fear of seeming "too much," or how many confessions remained trapped between their teeth for fear of judgment.

I think, for example, of Sor Juana Inés de la Cruz, writing "Al que ingrato me deja, busco amante; al que amante me sigue, dejo ingrata" ("To the one who leaves me ungratefully, I seek a lover; to the one who follows me lovingly, I leave ungratefully"), defying with her pen the mandates of an era that wanted women silent. Or of Frida Kahlo, who painted her pain and passion unfiltered, leaving us a legacy where love and suffering coexisted without masks.

As a neurologist, I know that love activates the same brain regions as addiction—and yes, we women are addicted to the dopamine of affection. But I also know that society has wired us to believe we must be moderate in our affections.

As a poet, I rebel against this. I write verses where love doesn’t apologize for existing, and I write to the men I love—without shame, without fear—because what’s wrong with letting the world see my feelings?

Dear Ladies, I write to you today while inviting you to celebrate the privilege of feeling with all your might. Let us not be ashamed of tenderness. Let us be the first to say "I love you" if that’s what pulses within us. The world needs more courageous affection, more words that shatter fear.

Don’t be surprised if tomorrow I tell you I’ve confessed my love to someone—and later, that I was rejected. But one thing I can assure you: behind all our fears lies happiness, and why not, love too.

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_{✨ 𝑻𝒉𝒂𝒏𝒌𝒔 𝒇𝒐𝒓 𝒓𝒆𝒂𝒅𝒊𝒏𝒈! ✨
𝑰𝒇 𝒚𝒐𝒖 𝒅𝒐𝒏’𝒕 𝒌𝒏𝒐𝒘 𝒎𝒆 𝒚𝒆𝒕—𝑰’𝒎 𝒂 𝑪𝒖𝒃𝒂𝒏 𝒏𝒆𝒖𝒓𝒐𝒍𝒐𝒈𝒊𝒔𝒕 𝒂𝒏𝒅 𝒘𝒓𝒊𝒕𝒆𝒓, 𝒂 𝒎𝒐𝒕𝒉𝒆𝒓, 𝒂 𝒘𝒐𝒎𝒂𝒏, 𝒂𝒏𝒅 𝒂 𝒅𝒓𝒆𝒂𝒎𝒆𝒓 𝒘𝒉𝒐’𝒔 𝒇𝒐𝒖𝒏𝒅 𝒊𝒏 𝑯𝒊𝒗𝒆 𝒂 𝒃𝒆𝒂𝒖𝒕𝒊𝒇𝒖𝒍 𝒔𝒑𝒂𝒄𝒆 𝒕𝒐 𝒔𝒐𝒂𝒓.
𝑨𝒍𝒍 𝒕𝒆𝒙𝒕 𝒂𝒏𝒅 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒆𝒔 𝒂𝒓𝒆 𝒎𝒚 𝒐𝒓𝒊𝒈𝒊𝒏𝒂𝒍 𝒄𝒓𝒆𝒂𝒕𝒊𝒐𝒏𝒔, 100% 𝒉𝒖𝒎𝒂𝒏-𝒎𝒂𝒅𝒆 (𝒏𝒐 𝑨𝑰).
𝑩𝒂𝒏𝒏𝒆𝒓 𝒅𝒆𝒔𝒊𝒈𝒏𝒆𝒅 𝒃𝒚 𝑳𝒖𝒎𝒊𝒊.
𝑳𝒐𝒗𝒆𝒅 𝒕𝒉𝒊𝒔 𝒑𝒐𝒔𝒕? 𝑼𝒑𝒗𝒐𝒕𝒆, 𝒄𝒐𝒎𝒎𝒆𝒏𝒕, 𝒐𝒓 𝒓𝒆𝒃𝒍𝒐𝒈 𝒕𝒐 𝒔𝒑𝒓𝒆𝒂𝒅 𝒕𝒉𝒆 𝒘𝒊𝒏𝒈𝒔 𝒐𝒇 𝒄𝒓𝒆𝒂𝒕𝒊𝒗𝒊𝒕𝒚! 💛}

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VERSIÓN EN ESPAÑOL

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Amar sin miedo: El derecho a sentir en voz alta

Llego nuevamente a esta comunidad, #ladiesofhive, atraída por esa cordialidad que solo se encuentra en los sitios donde uno añora estar. Hoy quiero hablarles de algo que llevo tatuado en el alma: el derecho a sentir en voz alta, a decir "te amo" sin que nos tiemblen las manos, a confesar nuestros afectos sin disculpas, a ser las primeras en tender el corazón sin miedo a que lo rompan.

El amor auténtico y valiente nunca debería ser motivo de vergüenza, sino de orgullo. Sin embargo, ¿cuántas veces la sociedad nos ha enseñado e incluso obligado a creer lo contrario?

Recuerdo la primera vez que le dije "te amo" a alguien sin calcular consecuencias. Fue un atardecer de septiembre, y esas dos sílabas salieron de mí como un suspiro que ya no cabía en el pecho. No esperé a que él las dijera primero. No me escondí detrás de indirectas; simplemente fluí como el río que no pide permiso para correr.

Es cierto, la vida a veces nos devuelve dolores inesperados, pero no me arrepiento, porque amar con audacia también es una forma de libertad. Pienso ahora en cuántas generaciones de mujeres callaron sus afectos por miedo a parecer "demasiado", o en cuántas confesiones se quedaron atrapadas entre los dientes por temor al juicio.

Pienso, por ejemplo, en Sor Juana Inés de la Cruz, escribiendo "Al que ingrato me deja, busco amante; al que amante me sigue, dejo ingrata", desafiando con su pluma los mandatos de una época que quería a las mujeres en silencio. O en Frida Kahlo, que pintó su dolor y su pasión sin filtros, legándonos un mundo donde el amor y el sufrimiento convivían sin máscaras.

Como neuróloga, sé que el amor activa las mismas regiones cerebrales que la adicción—y sí, nosotras somos adictas a la dopamina del cariño—. Pero también sé que la sociedad nos ha programado con la idea de que debemos ser moderadas en el afecto.

Como poeta, me rebelo contra eso. Escribo versos donde el amor no pide perdón por existir, y le escribo a los hombres que amo—sin vergüenzas, sin miedos—, porque ¿qué tiene de malo que todos vean mis sentimientos?

Queridas Ladies, les escribo hoy mientras las invito a celebrar el privilegio de sentir con todas las fuerzas. Que no nos avergüence la ternura. Que seamos las primeras en decir "te amo" si es lo que palpita en nosotras. El mundo necesita más afectos valientes, más palabras que rompan el miedo.

No les extrañe que mañana les cuente que le he dicho a alguien que lo amo… y luego, que me rechazaron. Pero eso sí, les aseguro que detrás de todos nuestros miedos está la felicidad, y por qué no, también el amor.

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_{✨ ¡𝑮𝒓𝒂𝒄𝒊𝒂𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝒍𝒆𝒆𝒓! ✨
𝑺𝒊 𝒂ú𝒏 𝒏𝒐 𝒎𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒐𝒄𝒆𝒔: 𝒔𝒐𝒚 𝒏𝒆𝒖𝒓ó𝒍𝒐𝒈𝒂 𝒚 𝒆𝒔𝒄𝒓𝒊𝒕𝒐𝒓𝒂 𝒄𝒖𝒃𝒂𝒏𝒂, 𝒎𝒂𝒅𝒓𝒆, 𝒎𝒖𝒋𝒆𝒓 𝒚 𝒔𝒐ñ𝒂𝒅𝒐𝒓𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒏𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓ó 𝒆𝒏 𝑯𝒊𝒗𝒆 𝒖𝒏 𝒉𝒆𝒓𝒎𝒐𝒔𝒐 𝒆𝒔𝒑𝒂𝒄𝒊𝒐 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒗𝒐𝒍𝒂𝒓.
𝑬𝒍 𝒕𝒆𝒙𝒕𝒐 𝒚 𝒍𝒂𝒔 𝒊𝒎á𝒈𝒆𝒏𝒆𝒔 𝒔𝒐𝒏 𝒅𝒆 𝒎𝒊 𝒂𝒖𝒕𝒐𝒓í𝒂, 100% 𝒉𝒖𝒎𝒂𝒏𝒐𝒔 (𝒔𝒊𝒏 𝑰𝑨).
𝑩𝒂𝒏𝒏𝒆𝒓 𝒅𝒊𝒔𝒆ñ𝒂𝒅𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝑳𝒖𝒎𝒊𝒊.
¿𝑻𝒆 𝒈𝒖𝒔𝒕ó 𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒑𝒖𝒃𝒍𝒊𝒄𝒂𝒄𝒊ó𝒏? 𝑽𝒐𝒕𝒂, 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒐 𝒓𝒆𝒃𝒍𝒐𝒈𝒖𝒆𝒂 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒂𝒚𝒖𝒅𝒂𝒓 𝒂 𝒅𝒆𝒔𝒑𝒍𝒆𝒈𝒂𝒓 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒔 𝒂𝒍𝒂𝒔. 💛}