Lo imposible solo tarda un poco más (Esp/Eng)

Despierto y leo con alegría que esta comunidad, Holos & Lotus🪷, está cumpliendo sus primeros 4 años y lo celebra siendo este mágico rincón donde el crecimiento personal y la paz son protagonistas. Estoy segura de que, hace cuatro años, cuando esta comunidad vio la luz, parecía un reto difícil, incluso imposible, crecer tanto y, sobre todo, llegar a ser el refugio que hoy es para todos los que nos resguardamos en sus páginas, llenas de reflexiones, vida y luz. Entonces, viene a mí la frase: "Lo imposible solo tarda un poco más".

Esta es una frase engañosamente simple, pero que encierra una verdad poderosa: muchas veces, lo que llamamos "imposible" no lo es en absoluto. Simplemente requiere más tiempo y más fuerzas de lo que imaginamos, más esfuerzo del que creíamos capaces de dar y, a veces, un giro inesperado del destino que termina encajando las piezas donde nosotros no lográbamos ver cómo. Y aclaro: para nada es cosa de magia.

No se trata de negar la dificultad. Hay metas que parecen inalcanzables, sueños que se sienten tan lejanos que duele incluso nombrarlos. Pero esa distancia no es una señal de que deberíamos rendirnos, sino de que el camino será más largo, quizás más tortuoso, pero no por eso menos válido. La diferencia entre lo imposible y lo posible a menudo está hecha de tiempo, paciencia y esa terquedad callada que se niega a soltar lo que ama.

Yo lo he comprobado, no una, sino varias veces.

Cuando entré a la universidad a estudiar Medicina, el primer semestre me bastó para enamorarme de la Neurología. Me atrapó una fascinación sin límites hacia el cerebro, su complejidad y sus misterios. Soñaba con ser neuróloga y, más aún, con ser neuropediatra. Pero rara vez la vida sigue el guion que escribimos en nuestra juventud, y al graduarme, las circunstancias me llevaron por otro camino: hice otra especialidad, viajé, trabajé en áreas que no eran las soñadas.

Catorce años después de haberme graduado como médico, finalmente pisé un hospital pediátrico… y ya como neuróloga. Había tardado más de lo esperado, pero al final, lo imposible se había vuelto realidad.

Algo similar me pasó con la literatura. Desde muy joven, la poesía y la narrativa fueron mis refugios. Durante mi etapa universitaria, participé en talleres literarios, concursos y festivales, pero luego, la vida adulta, las responsabilidades y los caminos inesperados me alejaron de la literatura. Sin embargo, años después, regresé con más fuerza, encontré una voz más madura y, como si el universo quisiera recordarme que los sueños no caducan, un libro infantil que escribí a los diecinueve años —y que durante dos décadas había quedado guardado en un cajón— finalmente terminó su proceso de edición, faltando solo que viera la luz en páginas impresas.

Veinte años. Ese libro esperó veinte años para existir, y al final, lo imposible solo había tardado un poco más.

Podría haberme rendido. Podría haber pensado que, si no se dio en el tiempo que yo quería, era porque no estaba destinado a ser. Pero la vida me enseñó que los sueños no tienen fecha de vencimiento. A veces, el camino se alarga, se tuerce, se llena de obstáculos, pero si seguimos avanzando, aunque sea a pequeños pasos, llegamos.

No importa cuánto tarde. No importa cuántas veces la vida te diga "ahora no". Lo imposible no es eterno. Solo necesita un poco más de tiempo, un poco más de esfuerzo y, sobre todo, que no dejes de creer en ello, de seguir soñando.

En este día de su cuarto aniversario, decido donar 🎁 un porcentaje de los beneficios de este post a esta hermosa comunidad, @holos-lotus.

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_{✨ ¡𝑮𝒓𝒂𝒄𝒊𝒂𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝒍𝒆𝒆𝒓! ✨
𝑺𝒊 𝒂ú𝒏 𝒏𝒐 𝒎𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒐𝒄𝒆𝒔: 𝒔𝒐𝒚 𝒏𝒆𝒖𝒓ó𝒍𝒐𝒈𝒂 𝒚 𝒆𝒔𝒄𝒓𝒊𝒕𝒐𝒓𝒂 𝒄𝒖𝒃𝒂𝒏𝒂, 𝒎𝒂𝒅𝒓𝒆, 𝒎𝒖𝒋𝒆𝒓 𝒚 𝒔𝒐ñ𝒂𝒅𝒐𝒓𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒏𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓ó 𝒆𝒏 𝑯𝒊𝒗𝒆 𝒖𝒏 𝒉𝒆𝒓𝒎𝒐𝒔𝒐 𝒆𝒔𝒑𝒂𝒄𝒊𝒐 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒗𝒐𝒍𝒂𝒓.
𝑬𝒍 𝒕𝒆𝒙𝒕𝒐 𝒚 𝒍𝒂𝒔 𝒊𝒎á𝒈𝒆𝒏𝒆𝒔 𝒔𝒐𝒏 𝒅𝒆 𝒎𝒊 𝒂𝒖𝒕𝒐𝒓í𝒂, 100% 𝒉𝒖𝒎𝒂𝒏𝒐𝒔 (𝒔𝒊𝒏 𝑰𝑨).
𝑩𝒂𝒏𝒏𝒆𝒓 𝒅𝒊𝒔𝒆ñ𝒂𝒅𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝑳𝒖𝒎𝒊𝒊.
¿𝑻𝒆 𝒈𝒖𝒔𝒕ó 𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒑𝒖𝒃𝒍𝒊𝒄𝒂𝒄𝒊ó𝒏? 𝑽𝒐𝒕𝒂, 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒐 𝒓𝒆𝒃𝒍𝒐𝒈𝒖𝒆𝒂 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒂𝒚𝒖𝒅𝒂𝒓 𝒂 𝒅𝒆𝒔𝒑𝒍𝒆𝒈𝒂𝒓 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒔 𝒂𝒍𝒂𝒔. 💛}

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ENGLISH VERSION

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The Impossible Just Takes a Little Longer

I wake up and joyfully read that this community, Holos & Lotus🪷, is celebrating its first 4 years, marking this magical corner where personal growth and peace take center stage. I’m sure that four years ago, when this community first saw the light, growing so much and becoming the refuge it is today—for all of us who find shelter in its pages filled with reflections, life, and light—seemed like a difficult, even impossible, challenge. Then, the phrase comes to me: "The impossible just takes a little longer."

This is a deceptively simple phrase, but it holds a powerful truth: often, what we call "impossible" isn’t impossible at all. It simply requires more time and strength than we imagined, more effort than we thought we were capable of giving, and sometimes, an unexpected twist of fate that finally fits the pieces together where we couldn’t see how. And let me clarify: it’s not magic at all.

It’s not about denying the difficulty. There are goals that seem unattainable, dreams that feel so distant it even hurts to name them. But that distance isn’t a sign that we should give up—it just means the path will be longer, perhaps more winding, but no less valid. The difference between the impossible and the possible is often made of time, patience, and that quiet stubbornness that refuses to let go of what it loves.

I’ve proven it, not once, but several times.

When I entered university to study Medicine, the first semester was enough to make me fall in love with Neurology. I was captivated by an endless fascination for the brain, its complexity, and its mysteries. I dreamed of becoming a neurologist, and even more, a pediatric neurologist. But life rarely follows the script we write in our youth, and after graduating, circumstances led me down another path: I pursued a different specialty, traveled, and worked in fields that weren’t part of the dream.

Fourteen years after graduating as a doctor, I finally stepped into a children’s hospital… now as a neurologist. It had taken longer than expected, but in the end, the impossible had become reality.

Something similar happened with literature. From a very young age, poetry and storytelling were my refuges. During my university years, I participated in writing workshops, contests, and festivals, but then adulthood, responsibilities, and unexpected turns led me away from literature. However, years later, I returned with more strength, found a more mature voice, and as if the universe wanted to remind me that dreams don’t expire, a children’s book I wrote at nineteen—and which had spent two decades tucked away in a drawer—finally completed its editing process, now only awaiting its printed debut.

Twenty years. That book waited twenty years to exist, and in the end, the impossible had just taken a little longer.

I could have given up. I could have thought that if it didn’t happen in the time I wanted, it simply wasn’t meant to be. But life taught me that dreams don’t have an expiration date. Sometimes, the path stretches, twists, and fills with obstacles, but if we keep moving forward, even with small steps, we’ll get there.

No matter how long it takes. No matter how many times life tells you "not now." The impossible isn’t eternal. It just needs a little more time, a little more effort, and above all, for you to never stop believing in it—to never stop dreaming.

On this fourth anniversary, I’ve decided to donate 🎁 a percentage of this post’s proceeds to this beautiful community, @holos-lotus.

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_{✨ 𝑻𝒉𝒂𝒏𝒌𝒔 𝒇𝒐𝒓 𝒓𝒆𝒂𝒅𝒊𝒏𝒈! ✨
𝑰𝒇 𝒚𝒐𝒖 𝒅𝒐𝒏’𝒕 𝒌𝒏𝒐𝒘 𝒎𝒆 𝒚𝒆𝒕—𝑰’𝒎 𝒂 𝑪𝒖𝒃𝒂𝒏 𝒏𝒆𝒖𝒓𝒐𝒍𝒐𝒈𝒊𝒔𝒕 𝒂𝒏𝒅 𝒘𝒓𝒊𝒕𝒆𝒓, 𝒂 𝒎𝒐𝒕𝒉𝒆𝒓, 𝒂 𝒘𝒐𝒎𝒂𝒏, 𝒂𝒏𝒅 𝒂 𝒅𝒓𝒆𝒂𝒎𝒆𝒓 𝒘𝒉𝒐’𝒔 𝒇𝒐𝒖𝒏𝒅 𝒊𝒏 𝑯𝒊𝒗𝒆 𝒂 𝒃𝒆𝒂𝒖𝒕𝒊𝒇𝒖𝒍 𝒔𝒑𝒂𝒄𝒆 𝒕𝒐 𝒔𝒐𝒂𝒓.
𝑨𝒍𝒍 𝒕𝒆𝒙𝒕 𝒂𝒏𝒅 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒆𝒔 𝒂𝒓𝒆 𝒎𝒚 𝒐𝒓𝒊𝒈𝒊𝒏𝒂𝒍 𝒄𝒓𝒆𝒂𝒕𝒊𝒐𝒏𝒔, 100% 𝒉𝒖𝒎𝒂𝒏-𝒎𝒂𝒅𝒆 (𝒏𝒐 𝑨𝑰).
𝑩𝒂𝒏𝒏𝒆𝒓 𝒅𝒆𝒔𝒊𝒈𝒏𝒆𝒅 𝒃𝒚 𝑳𝒖𝒎𝒊𝒊.
𝑳𝒐𝒗𝒆𝒅 𝒕𝒉𝒊𝒔 𝒑𝒐𝒔𝒕? 𝑼𝒑𝒗𝒐𝒕𝒆, 𝒄𝒐𝒎𝒎𝒆𝒏𝒕, 𝒐𝒓 𝒓𝒆𝒃𝒍𝒐𝒈 𝒕𝒐 𝒔𝒑𝒓𝒆𝒂𝒅 𝒕𝒉𝒆 𝒘𝒊𝒏𝒈𝒔 𝒐𝒇 𝒄𝒓𝒆𝒂𝒕𝒊𝒗𝒊𝒕𝒚! 💛}