Las flores como cura en días grises [Esp/Eng]

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Es siempre grato volver a esta comunidad que no duda en tendernos los brazos y, sobre todo, nos ayuda a crecer. Compartir instantes, pensamientos y estrategias de vida con ustedes también me ayuda en momentos que pueden no ser tan alegres como deseáramos. Después de un lunes donde se me acumularon las malas noticias: el fallecimiento de uno de los profesores que más me ayudaron en mi crecimiento como neuróloga y la amenaza de un tremendo huracán sobre nuestro país, no encuentro mejor manera de canalizar energías que con ustedes, aquí en esta bendita @holos-lotus.

Siento el peso de los días grises sobre los hombros como una losa invisible que puede aplastarnos el ánimo y tiñe el mundo de un color opaco y justamente en estos momentos, cuando la tristeza se nos puede instalar como una niebla espesa, yo me he creado varias estrategias que de alguna forma me ayudan. Les comparto uno de los remedios que nunca me ha fallado: el simple, profundo y transformador poder de las flores.

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Fíjense que no hablo de ninguna en concreto, ni siquiera de un simbolismo complejo de alguna de ellas o de sus propiedades medicinales; les hablo de su esencia. Cuando la tristeza me visita, simplemente me entrego a mirar cuanta flor se me cruza en el camino. Pienso entonces que, aunque esa flor no es muy útil y su único propósito, su razón más pura, es ser mientras despliega sus pétalos al sol, yo, al contemplarla, recuerdo de forma sanadora que yo también tengo derecho a existir sin una razón, solamente ser.

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Agradezco no padecer alergias y tener la posibilidad de acercar mi nariz y aspirar su fragancia y ese aroma, que no se puede almacenar para después, me hace pensar en la importancia del presente, en la necesidad de alejarme del ruido del pasado o la ansiedad del futuro.

Mientras observo la complejidad infinita de sus formas, la delicadeza de un pétalo, es como meditar de forma activa, y de esa manera me fuerza a salir de mi cabeza y entrar en mis sentidos, a dedicarme a lo sensorial.

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No piensen, amigos míos, que estoy loca, pero he descubierto que mi poder se multiplica cuando interactúo con ellas, y no se trata solo de contemplarlas pasivamente. El hecho de cuidar de una flor, recogerla del suelo donde rápidamente se puede marchitar después de haber caído de una rama, es un acto de responsabilidad e incluso de cariño. Es una práctica de autocompasión, y no de la mala, sino de la que sana; y si no, que lo diga el querido colega @psicologopoeta.

Por eso, en esta comunidad donde buscamos crecer, les invito a que no subestimen este poder. No hace falta un jardín vasto ni conocimientos botánicos; basta con un solo botón en un pequeño vaso en la mesita de noche.

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Las flores no juzgan, no apresuran, solo ofrecen belleza y en su fragilidad aparente reside una fuerza tremenda, que es la fuerza de la vida misma, que insiste y persiste y siempre encuentra la manera de florecer. Y si ellas pueden… ¿por qué yo no?

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_{✨¡𝑮𝒓𝒂𝒄𝒊𝒂𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝒍𝒆𝒆𝒓! ✨
𝑺𝒊 𝒂ú𝒏 𝒏𝒐 𝒎𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒐𝒄𝒆𝒔: 𝒔𝒐𝒚 𝒏𝒆𝒖𝒓ó𝒍𝒐𝒈𝒂 𝒚 𝒆𝒔𝒄𝒓𝒊𝒕𝒐𝒓𝒂 𝒄𝒖𝒃𝒂𝒏𝒂, 𝒎𝒂𝒅𝒓𝒆, 𝒎𝒖𝒋𝒆𝒓 𝒚 𝒔𝒐ñ𝒂𝒅𝒐𝒓𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒏𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓ó 𝒆𝒏 𝑯𝒊𝒗𝒆 𝒖𝒏 𝒉𝒆𝒓𝒎𝒐𝒔𝒐 𝒆𝒔𝒑𝒂𝒄𝒊𝒐 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒗𝒐𝒍𝒂𝒓.
𝑬𝒍 𝒕𝒆𝒙𝒕𝒐 𝒚 𝒍𝒂𝒔 𝒊𝒎á𝒈𝒆𝒏𝒆𝒔 𝒔𝒐𝒏 𝒅𝒆 𝒎𝒊 𝒂𝒖𝒕𝒐𝒓í𝒂, 100% 𝒉𝒖𝒎𝒂𝒏𝒐𝒔 (𝒔𝒊𝒏 𝑰𝑨).
𝑩𝒂𝒏𝒏𝒆𝒓 𝒅𝒊𝒔𝒆ñ𝒂𝒅𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝑳𝒖𝒎𝒊𝒊.
¿𝑻𝒆 𝒈𝒖𝒔𝒕ó 𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒑𝒖𝒃𝒍𝒊𝒄𝒂𝒄𝒊ó𝒏? 𝑽𝒐𝒕𝒂, 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒐 𝒓𝒆𝒃𝒍𝒐𝒈𝒖𝒆𝒂 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒂𝒚𝒖𝒅𝒂𝒓 𝒂 𝒅𝒆𝒔𝒑𝒍𝒆𝒈𝒂𝒓 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒔 𝒂𝒍𝒂𝒔.💛}

🌼ENGLISH VERSION🌼

Flowers as a cure for gray days

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It is always a pleasure to return to this community that never hesitates to welcome us with open arms and, above all, helps us grow. Sharing moments, thoughts, and life strategies with you also helps me during times that may not be as joyful as we would wish. After a Monday filled with bad news:the passing of one of the professors who helped me the most in my growth as a neurologist and the threat of a tremendous hurricane over our country, I can think of no better way to channel my energy than with you, here in this blessed @holos-lotus.

I feel the weight of gloomy days on my shoulders like an invisible slab that can crush our spirits and tint the world a dull color and it is precisely in these moments, when sadness can settle in like a thick fog, that I have developed several strategies that somehow help me. I share with you one of the remedies that has never failed me: the simple, profound, and transformative power of flowers.

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Note that I am not talking about any specific one, nor about a complex symbolism associated with them or their medicinal properties; I am talking about their essence. When sadness visits me, I simply surrender to gazing at every flower that crosses my path. I then think that even though that flower may not be very useful, and its only purpose, its purest reason, is to exist while it unfolds its petals to the sun, then I, by contemplating it, am healingly reminded that I too have the right to exist without a reason, simply to be.

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I am grateful not to suffer from allergies and to have the possibility of bringing my nose close and inhaling their fragrance and that scent, which cannot be stored for later, makes me think about the importance of the present, about the need to distance myself from the noise of the past or the anxiety of the future.

While observing the infinite complexity of their forms, the delicacy of a petal, it is like meditating actively, and in this way, it forces me to get out of my head and enter into my senses, to dedicate myself to the sensory.

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Do not think, my friends, that I am crazy, but I have discovered that my power multiplies when I interact with them, and it is not just about contemplating them passively. The act of caring for a flower, picking it up from the ground where it can quickly wither after falling from a branch, is an act of responsibility and even affection. It is a practice of self-compassion, not the bad kind, but the kind that heals; if you don't believe me, let our dear colleague @psicologopoeta tell you.

Therefore, in this community where we seek to grow, I invite you not to underestimate this power. You do not need a vast garden or botanical knowledge; a single bud in a small glass on your nightstand is enough.

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Flowers do not judge, they do not rush, they only offer beauty and in their apparent fragility lies a tremendous strength, which is the strength of life itself, which insists and persists and always finds a way to bloom. And if they can... why can't I?

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_{✨𝑻𝒉𝒂𝒏𝒌𝒔 𝒇𝒐𝒓 𝒓𝒆𝒂𝒅𝒊𝒏𝒈! ✨
𝑰𝒇 𝒚𝒐𝒖 𝒅𝒐𝒏’𝒕 𝒌𝒏𝒐𝒘 𝒎𝒆 𝒚𝒆𝒕. 𝑰’𝒎 𝒂 𝑪𝒖𝒃𝒂𝒏 𝒏𝒆𝒖𝒓𝒐𝒍𝒐𝒈𝒊𝒔𝒕 𝒂𝒏𝒅 𝒘𝒓𝒊𝒕𝒆𝒓, 𝒂 𝒎𝒐𝒕𝒉𝒆𝒓, 𝒂 𝒘𝒐𝒎𝒂𝒏, 𝒂𝒏𝒅 𝒂 𝒅𝒓𝒆𝒂𝒎𝒆𝒓 𝒘𝒉𝒐’𝒔 𝒇𝒐𝒖𝒏𝒅 𝒊𝒏 𝑯𝒊𝒗𝒆 𝒂 𝒃𝒆𝒂𝒖𝒕𝒊𝒇𝒖𝒍 𝒔𝒑𝒂𝒄𝒆 𝒕𝒐 𝒔𝒐𝒂𝒓.
𝑨𝒍𝒍 𝒕𝒆𝒙𝒕 𝒂𝒏𝒅 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒆𝒔 𝒂𝒓𝒆 𝒎𝒚 𝒐𝒓𝒊𝒈𝒊𝒏𝒂𝒍 𝒄𝒓𝒆𝒂𝒕𝒊𝒐𝒏𝒔, 100% 𝒉𝒖𝒎𝒂𝒏-𝒎𝒂𝒅𝒆 (𝒏𝒐 𝑨𝑰).
𝑩𝒂𝒏𝒏𝒆𝒓 𝒅𝒆𝒔𝒊𝒈𝒏𝒆𝒅 𝒃𝒚 𝑳𝒖𝒎𝒊𝒊.
𝑳𝒐𝒗𝒆𝒅 𝒕𝒉𝒊𝒔 𝒑𝒐𝒔𝒕? 𝑼𝒑𝒗𝒐𝒕𝒆, 𝒄𝒐𝒎𝒎𝒆𝒏𝒕, 𝒐𝒓 𝒓𝒆𝒃𝒍𝒐𝒈 𝒕𝒐 𝒔𝒑𝒓𝒆𝒂𝒅 𝒕𝒉𝒆 𝒘𝒊𝒏𝒈𝒔 𝒐𝒇 𝒄𝒓𝒆𝒂𝒕𝒊𝒗𝒊𝒕𝒚! 💛}