Amuletos cotidianos: cuando la magia la creamos nosotros [Esp/Eng]
Es inevitable volver una y otra vez sobre las supersticiones, y hoy acudo al llamado que en esta comunidad nos hace @lilianajimenez. Todos tenemos esas pequeñas creencias, esos rituales íntimos que, aunque no tengan una explicación lógica, nos dan seguridad y nos hacen sentir protegidos o simplemente nos conectan con algo más grande que nosotros.
Hoy no hablo de supersticiones heredadas, de esas que nos repiten desde niños como no pasar por debajo de escaleras o abrir un paraguas dentro de la casa, sino de aquellas que nacen de nuestra propia experiencia. De esos momentos en los que la vida parece susurrarnos que hay algo más, porque definitivamente hay algo hermoso en crear nuestras propias supersticiones. Estas no aparecen como mandatos ni tradiciones impuestas, sino como pequeños actos de fe en nosotros mismos, una especie de códigos secretos entre el universo y nuestra intuición, como gestos que, aunque parezcan insignificantes, nos recuerdan que tenemos cierto control sobre lo que nos rodea.
Yo llevo siempre tres bolitas rojas en la mano. Al principio fue solo un detalle estético, un complemento para combinar con un vestido, pero con el tiempo se convirtieron en mi amuleto personal. Desde que las tengo conmigo, siento que las cosas fluyen mejor y ustedes se preguntarán si yo creo que eso es real o una casualidad, pero la verdad es que no lo sé y tampoco me interesa. Lo que importa es que, para mí, esas bolitas son un recordatorio de que estoy protegida, de que llevo conmigo un pedacito de mi propia suerte.
¿Quién no tiene un par de zapatos especiales? Los míos son negros, pero con una particularidad: cada vez que me los pongo, llueve. No importa si el pronóstico del tiempo anunciaba sol radiante; si salgo con ellos, termino empapada. Al principio me pareció una simple coincidencia, pero después de la sexta vez, decidí que ya no lo era. Ahora los reservo para épocas de sequía, como si con ellos pudiera invocar la lluvia, y aunque sé que no tiene sentido científico, me divierte pensar que de alguna manera tengo ese pequeño poder.
Algo parecido ocurre con mi perfume favorito, el Coral Negro. Lo uso en momentos importantes, como una cita especial o un encuentro que quiero que salga bien. Su aroma me envuelve, me da confianza, como si fuera una armadura invisible, y no es solo por el olor, sino también por el ritual de aplicarlo, el saber que con ese gesto estoy atrayendo lo mejor para mí.
Por otra parte, hay supersticiones que nacen de la conexión con la naturaleza, y en mi caso, siempre que paso cerca de una mata de albahaca, arranco un gajo y me lo coloco en la oreja. No sé cuándo comenzó la costumbre, pero con el tiempo se convirtió en un acto instintivo. Siento que de alguna forma es como un recordatorio de que la suerte no es algo que llega por azar, sino que se cultiva, como una planta. Incluso alguna vez le escribí una décima, porque al final las supersticiones son como la poesía cotidiana.
Cuando creamos nuestras propias supersticiones, estamos diseñando un lenguaje simbólico que nos ayuda a transitar la vida con más confianza. No es que las bolitas rojas me den poder, sino que nosotros les damos poder, y al hacerlo, reforzamos nuestra capacidad de manifestar aquello que deseamos.
Al final, la vida está llena de misterios y si un perfume, un zapato o una hoja de albahaca nos hacen sentir más conectados con nuestra propia suerte, ¿por qué no abrazarlo?... Después de todo la magia no siempre está en lo que vemos, sino en lo que decidimos creer.
✨ ¡𝑮𝒓𝒂𝒄𝒊𝒂𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝒍𝒆𝒆𝒓! ✨
𝑺𝒊 𝒂ú𝒏 𝒏𝒐 𝒎𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒐𝒄𝒆𝒔: 𝒔𝒐𝒚 𝒏𝒆𝒖𝒓ó𝒍𝒐𝒈𝒂 𝒚 𝒆𝒔𝒄𝒓𝒊𝒕𝒐𝒓𝒂 𝒄𝒖𝒃𝒂𝒏𝒂, 𝒎𝒂𝒅𝒓𝒆, 𝒎𝒖𝒋𝒆𝒓 𝒚 𝒔𝒐ñ𝒂𝒅𝒐𝒓𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒏𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓ó 𝒆𝒏 𝑯𝒊𝒗𝒆 𝒖𝒏 𝒉𝒆𝒓𝒎𝒐𝒔𝒐 𝒆𝒔𝒑𝒂𝒄𝒊𝒐 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒗𝒐𝒍𝒂𝒓.
𝑬𝒍 𝒕𝒆𝒙𝒕𝒐 𝒚 𝒍𝒂𝒔 𝒊𝒎á𝒈𝒆𝒏𝒆𝒔 𝒔𝒐𝒏 𝒅𝒆 𝒎𝒊 𝒂𝒖𝒕𝒐𝒓í𝒂, 100% 𝒉𝒖𝒎𝒂𝒏𝒐𝒔 (𝒔𝒊𝒏 𝑰𝑨).
𝑩𝒂𝒏𝒏𝒆𝒓 𝒅𝒊𝒔𝒆ñ𝒂𝒅𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝑳𝒖𝒎𝒊𝒊.
¿𝑻𝒆 𝒈𝒖𝒔𝒕ó 𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒑𝒖𝒃𝒍𝒊𝒄𝒂𝒄𝒊ó𝒏? 𝑽𝒐𝒕𝒂, 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒐 𝒓𝒆𝒃𝒍𝒐𝒈𝒖𝒆𝒂 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒂𝒚𝒖𝒅𝒂𝒓 𝒂 𝒅𝒆𝒔𝒑𝒍𝒆𝒈𝒂𝒓 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒔 𝒂𝒍𝒂𝒔. 💛
ENGLISH VERSION
Everyday Charms: When Magic Is Something We Create
It is inevitable to return again and again to the topic of superstitions, and today I heed the call that @lilianajimenez makes to this community. We all have those little beliefs, those intimate rituals that, even if they lack a logical explanation, give us security, make us feel protected, or simply connect us with something greater than ourselves.
Today, I am not talking about inherited superstitions, the ones we are told since childhood, like not walking under ladders or opening an umbrella inside the house. Instead, I speak of those born from our own experiences, those moments when life seems to whisper to us that there is something more. Because there is something beautiful about creating our own superstitions. They do not appear as commands or imposed traditions but as small acts of faith in ourselves, a kind of secret code between the universe and our intuition. They are gestures that, though seemingly insignificant, remind us that we have some control over what surrounds us.
I always carry three little red balls in my hand. At first, it was just an aesthetic detail, an accessory to match a dress, but over time, they became my personal talisman. Ever since I started carrying them, I feel things flow better. You might wonder whether I truly believe it is real or just a coincidence, but the truth is, I do not know—and I do not really care. What matters is that, for me, those little balls are a reminder that I am protected, that I carry a piece of my own luck with me.
Who doesn’t have a special pair of shoes? Mine are black, but with one peculiarity: every time I wear them, it rains. It doesn’t matter if the weather forecast predicted sunshine; if I go out with them, I end up drenched. At first, it seemed like a simple coincidence, but after the sixth time, I decided it was no longer one. Now, I save them for times of drought, as if I could summon rain with them. And though I know it makes no scientific sense, it amuses me to think that, in some way, I have that little power.
Something similar happens with my favorite perfume, Coral Negro. I wear it during important moments, like a special date or a meeting I want to go well. Its scent envelops me, gives me confidence, like an invisible armor. And it’s not just the smell, it’s also the ritual of applying it, the knowledge that with that gesture, I am attracting the best for myself.
On the other hand, some superstitions arise from a connection with nature. In my case, whenever I pass by a basil plant, I pluck a sprig and tuck it behind my ear. I don’t know when the habit started, but over time, it became instinctive. In some way, it feels like a reminder that luck doesn’t come by chance, it is cultivated, like a plant. I even once wrote a décima about it because, in the end, superstitions are like everyday poetry.
When we create our own superstitions, we are designing a symbolic language that helps us navigate life with more confidence. It’s not that the little red balls give me power, it’s that we give them power, and in doing so, we strengthen our ability to manifest what we desire.
In the end, life is full of mysteries, and if a perfume, a shoe, or a basil leaf makes us feel more connected to our own fate, why not embrace it?... After all, magic isn’t always in what we see, but in what we choose to believe.
✨ 𝑻𝒉𝒂𝒏𝒌𝒔 𝒇𝒐𝒓 𝒓𝒆𝒂𝒅𝒊𝒏𝒈! ✨
𝑰𝒇 𝒚𝒐𝒖 𝒅𝒐𝒏’𝒕 𝒌𝒏𝒐𝒘 𝒎𝒆 𝒚𝒆𝒕—𝑰’𝒎 𝒂 𝑪𝒖𝒃𝒂𝒏 𝒏𝒆𝒖𝒓𝒐𝒍𝒐𝒈𝒊𝒔𝒕 𝒂𝒏𝒅 𝒘𝒓𝒊𝒕𝒆𝒓, 𝒂 𝒎𝒐𝒕𝒉𝒆𝒓, 𝒂 𝒘𝒐𝒎𝒂𝒏, 𝒂𝒏𝒅 𝒂 𝒅𝒓𝒆𝒂𝒎𝒆𝒓 𝒘𝒉𝒐’𝒔 𝒇𝒐𝒖𝒏𝒅 𝒊𝒏 𝑯𝒊𝒗𝒆 𝒂 𝒃𝒆𝒂𝒖𝒕𝒊𝒇𝒖𝒍 𝒔𝒑𝒂𝒄𝒆 𝒕𝒐 𝒔𝒐𝒂𝒓.
𝑨𝒍𝒍 𝒕𝒆𝒙𝒕 𝒂𝒏𝒅 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒆𝒔 𝒂𝒓𝒆 𝒎𝒚 𝒐𝒓𝒊𝒈𝒊𝒏𝒂𝒍 𝒄𝒓𝒆𝒂𝒕𝒊𝒐𝒏𝒔, 100% 𝒉𝒖𝒎𝒂𝒏-𝒎𝒂𝒅𝒆 (𝒏𝒐 𝑨𝑰).
𝑩𝒂𝒏𝒏𝒆𝒓 𝒅𝒆𝒔𝒊𝒈𝒏𝒆𝒅 𝒃𝒚 𝑳𝒖𝒎𝒊𝒊.
𝑳𝒐𝒗𝒆𝒅 𝒕𝒉𝒊𝒔 𝒑𝒐𝒔𝒕? 𝑼𝒑𝒗𝒐𝒕𝒆, 𝒄𝒐𝒎𝒎𝒆𝒏𝒕, 𝒐𝒓 𝒓𝒆𝒃𝒍𝒐𝒈 𝒕𝒐 𝒔𝒑𝒓𝒆𝒂𝒅 𝒕𝒉𝒆 𝒘𝒊𝒏𝒈𝒔 𝒐𝒇 𝒄𝒓𝒆𝒂𝒕𝒊𝒗𝒊𝒕𝒚! 💛
Muchas personas atribuyen las supersticiones al nivel cultural y creo que es un error, la creencia sea cuál sea tienen una mezcla de realidad vivida con lo que necesitamos creer.
Así mismo, creo que necesitamos de esas supersticiones para vivir.
Estoy muy de acuerdo contigo y hasta traigo por los pelos un poco de fundamento científico a este tema de las supersticiones personales, es la idea de que nuestra mente subconsciente no sabe discernir entre lo que es real o imaginario, y si uno dice puedo pues tiene razón, y si uno dice no puedo pues tiene razón... Si lo extrapolamos y decimos: este es mi amuleto de la suerte y con él todo lo que declare va a manifestarse, pues a conquistar el mundo con tus tres bolitas rojas, con tu Coral Negro, con tus zapatos especiales y con tu ramito de albahaca...
Your reply is upvoted by @topcomment; a manual curation service that rewards meaningful and engaging comments.
More Info - Support us! - Reports - Discord Channel
Justamente esa es la esencia de los amuletos, esa es su magia.
Gracias por tan acertado comentario, amigo 🌻🍀🫂
Esas creencias vienen en la raíz de nuestro pensamiento, yo diría que entran con el primer traguito de agua de verbena que nos dan cuando no bañan 🤭
Nacemos con ellas, sin dudas... Algo así como que vienen codificadas en nuestro árbol genético...incluso mucho antes del traguito de verbena...
Join us on the Ecency Discord
Gracias 🤗🤭🌻 por el apoyo
No las merece. Gracias a ti por tan buenos posts
excelente post!
Muchas gracias por leerme 🫂🌻✨
Creo que en lo de los zapatos te acompaño, no sé si solo sea mi mal gusto en materia de ropa u otra cosa, pero la verdad es que me siento más cómodo usando botas, más "sólido", más seguro de mis pasos. Es una especie de sentimiento esquivo, casi subliminal, pero que siempre me acompaña.
No sé si sea por la canción aquella de Ángeles del Infierno sobre morir con las botas puestas, pero mis zapatos especiales serán siempre botas.
Es sencillo. Los seres humanos tenemos algo parecido a una necesidad perentoria de estar protegidos. Aún diciéndonos fuertes, no lo somos, y por eso necesitamos un abrazo, alguien que nos quiera... Y las botas dan protección, y nada, nosotros amamos sentirnos protegidos y la buena suerte bien cuando nos sentimos bien 😉
Coincido con usted en que resulta hermoso cuando creamos nuestras propias supersticiones. Saludos
Coincido con usted en que resulta hermoso cuando creamos nuestras propias supersticiones. Saludos
Esas son las mejores, las nuestras, esas si reciben una verdadera devoción.
Interesante muestra personal al que te aferras como si fueran los hilos que descienden del cielo para guiar tus pasos bajo el sol o la lluvia, por esta vida nuestra. Irremediablemente el ser humano necesita creer en algo, aún cuando no sepa por qué. Y tal vez ni para qué. Está llena de señales la existencia y somos felices cuando captamos algunas de ellas y atrapamos su energía a nuestro favor.
Tal vez me anime y diga algo sobre mis manías y supersticiones a la hora de escribir.
Un abrazo afectuoso.🌻
An interesting personal example, one that you cling to like threads descending from heaven to guide your steps through this life of ours, under sun or rain. Human beings inevitably need to believe in something, even when they don't know why. And perhaps not even why. Existence is full of signs, and we are happy when we grasp some of them and harness their energy to our advantage.
Perhaps I'll get around to saying something about my quirks and superstitions when it comes to writing.
A warm hug. 🌻
Somos un amasijo de creencias, no damos un paso sin antes rogar porque nos salga bien, y a veces de manera inconsciente creamos todas estos rituales que te confieso que nos hacen mucho bien porque nos dan la confianza que necesitamos y a veces nos falta.
Me encantó el post...totalmente cierto!