"Archipiélago de Soledades"|Reflexión Original de Marabuzal [ESP-ENG]

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✳️ Saludos, Holos Lotus!!!

🫂 Deseando a todos los integrantes de esta #comunidad, salud prosperidad y crecimiento personal!!!!

Digamos que tiene 75 y vamos a suponer que es veterano de guerra que su salud no es tan buena ya que está sufriendo de glaucoma pero también de hipertensión que su hija ha emigrado y vive solo.

Jerónimo así lo vamos a llamar. Es un poco cascarrabias y no soporta pedir ayuda.

Este Jerónimo tiene un diálogo permanente con su casa antigua. Cada silencio, cada paso, cada suspiro, cada movimiento cuando se sienta en el sillón, el preferido de su esposa, también le habla.

Si nos ponemos un tanto romántico podríamos decir que su vida es como un archipiélago de soledades: la soledad del soldado que sobrevivió, la del viudo que aún extraña, la del padre cuya hija construye su vida en otra parte, y la del enfermo que siente que su cuerpo, poco a poco, empieza a traicionarlo.

La guerra le enseñó a Jerónimo a ser fuerte ante el dolor y enmudecer el dolor, también supo cómo enterrar el miedo en el estómago. Para él lo vulnerable era un lujo mortal.


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En su juventud le gustaba siempre el uniforme planchado galante y hermoso con su pecho bravo de conquistar sonrisas y suspiros, oh, Jerónimo, qué tiempos hermosos.

También fue autosuficiente, feroz pero es hoy al cabo de los años
se ha convertido en su propia prisión.

Pedir ayuda, para Jerónimo, es blandenguería; es capitulación, rendición de la única bandera que le queda en alto: su orgullo.

Su hipertensión es un enemigo, y cuando piense en ella recuerda a los francostiradores. El glaucoma por su parte nubla su visión Pero esto no es lo más grave

A estas alturas del juego lo más grave viene a ser la incapacidad de Jerónimo, de ver la compasión en los demás, esa es su verdadera ceguera.

Se resiste de a todas todas a depender de los demás. Sin duda que esa situación se va convirtiendo en tragedia para él.


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Jerónimo no ha llorado nunca fuiste este niño le dijeron que no debía mostrar debilidad y mucho menos ser una carga para nadie.

Pero la biología ha hecho su trabajo y la circunstancias de su vida lo han colocado en una posición que es a su vez la más humana de todas la de necesitar ayuda.

Y no la pide ni la acepta porque su código se lo prohíbe. Eso sí se toma las píldoras a escondidas cuando tropieza intenta disimularlo y en las noches cuando vea el techo de su infinita soledad de sabe acabado. Es ahora su trinchera.

Podríamos preguntarnos Qué es la dignidad para Jerónimo. A qué tanta terquedad. ¿Es acaso que está defendiendo su independencia? No debería tal vez aceptar que somos, esencialmente, seres en relación?

Hay varios hilos humanos a los que puede conectarse. Su hija emigrada que le habla al WhatsApp, la vecina jovial que toca el timbre para saber cómo amaneció, la enfermera recién graduada que le mide la presión...
Pero a este hombre tozudo ninguno de esos hilos le sostiene.
Más bien lo rechaza como si escapara de ellos.

Poco le importa privarse del apoyo práctico. Obvia la oportunidad de ser cuidado.


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La vejez, para algunos puede ser una segunda guerra. La victoria no es territorio ganado, está en la capacidad de bajar la guardia, de permitir que la compasión cruce la línea de fuego de su orgullo.

Ya no tiene que replegarse solo asistirse del coraje de tres simples palabras: “Necesito ayuda”.

Qué Gran Victoria sería para Jerónimo, qué triunfo significativo si se lo permitiera.
El triunfo sobre la soledad, en la vejez tiene un sabor doble y exquisito.


🇺🇸 ENGLISH VERSION

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"Archipelago of Solitudes" | Original Reflection by Marabuzal [ESP-ENG]

✳️ Greetings, Holos Lotus!!!

🫂 Wishing all members of this #community health, prosperity, and personal growth!!!!

Let's say he's 75, and let's assume he's a war veteran whose health isn't great, as he suffers from glaucoma and hypertension. His daughter has emigrated, and he lives alone.

We'll call him Jerónimo. He's a bit of a curmudgeon and can't stand asking for help.

This Jerónimo has a constant dialogue with his old house. Every silence, every step, every sigh, every movement when he sits in the armchair—his wife's favorite—also speaks to him.

If we want to get a little romantic, we could say that his life is like an archipelago of solitudes: the solitude of the soldier who survived, the solitude of the widower who still misses her, the solitude of the father whose daughter is building her life elsewhere, and the solitude of the sick man who feels his body, little by little, beginning to betray him.

The war taught Jerónimo to be strong in the face of pain and to silence it; he also learned how to bury his fear in his stomach. For him, vulnerability was a deadly luxury.


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In his youth, he always loved his pressed uniform, gallant and handsome, his chest proud of winning smiles and sighs. Oh, Jerónimo, what beautiful times those were.

He was also self-sufficient, fierce, but now, after all these years, that self-sufficiency has become his own prison.

For Jerónimo, asking for help is weakness; it's capitulation, surrendering the only flag he still flies high: his pride.

His hypertension is an enemy, and when he thinks of it, he remembers snipers. Glaucoma, for its part, clouds his vision. But this isn't the worst of it.

At this stage of the game, the most serious thing is Jerónimo's inability to see compassion in others; that is his true blindness.

He resists at all costs depending on others. Undoubtedly, this situation is becoming a tragedy for him.


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Jerónimo has never cried. This child was told he shouldn't show weakness, much less be a burden to anyone.

But biology has done its work, and the circumstances of his life have placed him in a position that is, in turn, the most human of all: needing help.

And he neither asks for it nor accepts it because his code forbids it. He does, however, secretly take his pills; when he stumbles, he tries to hide it, and at night, when he sees the ceiling of his infinite solitude, he knows he's finished. It is now his trench.

We might ask ourselves, what is dignity for Jerónimo? Why such stubbornness? Is he perhaps defending his independence? Shouldn't he perhaps accept that we are, essentially, beings in relation?

There are several human threads he can connect to: his emigrated daughter who talks to him on WhatsApp, the jovial neighbor who rings the doorbell to see how he slept, the newly graduated nurse who takes his blood pressure... But none of those threads sustain this stubborn man. Rather, he rejects it as if he were running away from them.

He doesn't care about depriving himself of practical support. He overlooks the opportunity to be cared for.


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Old age, for some, can be a second war. Victory isn't about conquered territory; it lies in the ability to lower one's guard, to allow compassion to cross the line of fire of pride.

He no longer has to retreat; he simply needs the courage of three simple words: "I need help."

What a great victory that would be for Jerónimo, what a significant triumph if he allowed it. The triumph over loneliness in old age has a twofold and exquisite flavor.

☘️ Con traducción al inglés en Traductor de Google

Escribo ficciones. Algunos de mis libros publicados son: Convite de Cenizas (2002), Tras la piel (2004), En este lado de la muerte (2014), El orden natural de las cosas (2015), La Sangre del Marabú (2020), La Sexta Caballería de Kansas (2024) y La Nada Infinita (2024)



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Le oí decir a uno de mis hermanos que le tenía miedo a la vejez, y lo entiendo porque al decir vejez se le dibuja un mundo de rechazo de imposibilidades y precariedades que a la verdad que en nuestro contexto es de temer. No hay a quien pedir auxilio. Excelente reflexión querido @marabuzal cómo dice mi madre, hay que asegurarse el camino y hasta con bastón mandar en lo de uno. Luego que sea el festín y miraremos desde arriba.

🤍💜

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Tu hermano tiene razón en temerle a una vejez desprotegida, pero la sabiduría de tu madre le da la vuelta al miedo para convertirlo en una estrategia de vida.

No se trata de no tener miedo, sino de construir, desde ahora, una fortaleza tan sólida que incluso con bastón, uno siga siendo el dueño de su destino.

Que así sea. Que lleguemos a ese festín con la autoridad de quien supo labrar su propio camino.

Me quedo con esa frase: "Hasta con bastón, mandar en lo de uno". Esa es la verdadera victoria @iriwrritez

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Mi papá era un hombre así, cuando se decidió a pedir ayuda ya era demasiado tarde.

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