Just by chance... (Esp/Eng)

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Ese día en particular, Idania no había ido a clases, y su record de asistencia perfecta se vio dejado atrás por una abrupta noticia: su papá estaba en la cárcel.

Las chicas del salón no dejaban de hablar sobre ello, pues era para todas la primera vez que se conocía sobre algo similar. Acaso estábamos con la hija de un delincuente y nadie lo sabía? Las más nerviosas hablaban sobre cambiarse de colegio, como si eso fuera un virus que se extendiera a los que se encontraban cerca.

Idania no era mi mejor amiga, pero si coincidíamos en grupos de trabajo, y justo iba sentada siempre delante de mi, así que algo sabía sobre ella.

Con la noticia, se vino a mi mente el día que me invitó a su cumpleaños, y luego de un gran aguacero, tuve que llamar a mi mamá para pedirle permiso de quedarme, pues las calles estaban completamente inundadas y era peligroso regresar.

Había dormido bajo el mismo techo de un asesino?

El señor Horacio en ese día se veía muy amigable, pero obvio, un asesino no siempre va a estar armado hasta los dientes, y si lo era, pues no se trataba de Rambo, el de las películas de acción.

En mi cabeza, las ideas se golpeaban entre sí, pues nada me cuadraba con el perfil de un asesino. Trataba de aplicar lo que veía en las series de televisión al estilo CSI, pero con tan poca información, no llegaba a ninguna conclusión.

Decidí irme hasta su casa al salir de clases, la curiosidad podía más que el sentido común.

Obviamente no había nadie en el departamento, y al preguntar en la escalera a un vecino, solo me miró para decirme: no te metas en ese asunto, mientras seguía bajando las escaleras.

Una mano me tomó del brazo y me llevó al rincón oscuro del cuarto del aseo. Un cosquilleo invadió todo mi cuerpo y empecé a sudar frío. Al ver mejor en medio de la penumbra, descubrí que era Idania la que me llevó a ese lugar.

Me explicaba entre sollozos todo lo sucedido, y yo no sabía si prestarle atención o tratar de calmarla, así que decidí hacer ambas cosas: la tomé de las manos mientras le hablaba lo más tranquila que podía, diciéndole que en esas condiciones no podría ayudar a su familia.

Nos sentamos en ese piso sucio, realmente no había mucho para escoger y ella se sentía cómoda ahí, ocultándose de las miradas acusadoras de los vecinos. Fue entonces cuando me dijo todo el cuento.

Su papá simplemente estaba en el lugar y con la persona equivocada.

Había salido con unos amigos a quienes no veía desde hacía tiempo. Fueron a tomarse unos tragos y antes de media noche salieron del local. Eugenio, quien era su compadre, le ofreció llevarlo a casa. Se habían distanciado un poco, por falta de tiempo, ya que él trabajaba llevando encomiendas y casi nunca estaba en la ciudad.

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Estaban por llegar, cuando un motorizado pasó a su lado, disparando certeramente en la sien de su amigo al volante, mientras esperaban el cambio de luces en un semáforo. Lo demás era todo confuso.

Al llegar la policía lo encontraron en shock al lado del cadáver de su amigo. No había logrado siquiera quitarse el cinturón de seguridad. Ver a la muerte llegar de esa manera, no deja muchas opciones de reacción.

Lo llevaron detenido para averiguaciones, que de algún modo resultaban inservibles, pues no conocía mucho sobre la vida actual de Horacio. Fue descartado como sospechoso principal, al no encontrar rastros de pólvora en sus manos, pero igual tuvo que pasar un par de días más ahí.

Para Idania y su familia esos días se sentían como meses! Tuvieron que esconderse para no seguir siendo blanco de acusaciones por parte de aquellos que, cuales aves de carroña, buscan solo aquello que está corrompido para alimentar su morbo.

En ese momento, me sentía como uno de ellos, aunque mi interés iba más guiado por la curiosidad propia de una adolescente. La abracé y le dije que si quería se fuera a mi casa, a lo que se negó, pues no dejaría a su madre y hermana en una situación como esta.

Un par de días más, y el señor Horacio ya estaba en casa, tratando de sobrellevar la situación y recomponer el equilibrio en su hogar, pero sobre todo en su cabeza. Tenía prohibición de salida del estado, y debía acudir a la comisaría si lo volvían a llamar.

Su hija mayor, decidió congelar sus estudios universitarios por el resto del semestre, pero Idania no tenía la misma opción, y animada por la familia, volvió a sus clases habituales, esperando que retomar la rutina la hiciera olvidar ese trago tan amargo.

Estábamos ya a menos de un año de egresar del secundario, y ella inclusive tenía cupo para estudiar ingeniería en la universidad. Cómo no seguir cuando faltaba tan poco para esta meta? Por lo menos así lo veía yo. Solo que las demás se quedaron con la versión general del hecho.

A pesar de los esfuerzos de profesores e inclusive de la directora del plantel, nadie quería estar en contacto con ella. Parecía ser una leprosa o una proscrita, sin tener ningún motivo lógico, pero el miedo es libre.

Mi compañía le hacía llevaderos sus días de clases, pero su rendimiento bajó notablemente producto de la incomodidad y la tristeza.

Su padre cambió de trabajo e inclusive le iba mucho mejor que antes. No le archivaron antecedentes penales al ser descartado del todo en el caso. De hecho, nunca supo si encontraron al culpable o cómo terminó la averiguación. Su madre, decidió dar el paso que faltaba para empezar su emprendimiento, y ya empezaba a recoger los frutos de ello.

La hermana retomó la carrera, y además empezó un curso de inglés los fines de semana. Pero Idania no lograba quitarse el estigma de ser vista como la hija de un asesino, o eso era lo que ella pensaba. Evitaba el contacto físico con cualquiera, a veces, inclusive conmigo, solo que yo no estaba dispuesta a dejarla sumirse en una depresión que estaba más cercana de lo que yo creía.

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A un día del examen final, Idania no asistió a clases. Todas quedamos extrañadas nuevamente. Se repetía la historia? Pues no... Aunque la fatalidad igual tocó otra vez a su familia.

Un grito ensordecedor nos hizo voltear a todas las que estabamos en el salón hacia la puerta que daba al pasillo. Una niña del primer año gritaba a más no poder.

La directora y dos profesores acudieron y su cara se desfiguró de tal manera que parecían una pintura a la que le lanzan agua. Todos estaban petrificados ante la situación.

Mi curiosidad me hizo caminar hasta allá. Creo que en lugar de querer estudiar contabilidad, debía aplicar para detective, porque nada me detenía en estos casos.

Al llegar, no supe como reaccionar, cuando vi el cuerpo de Idania guindando de una de las vigas del baño. Se ahorcó con el cinturón del pantalón del uniforme escolar.

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That particular day, Idania hadn't gone to class, and her perfect attendance record was left behind by some abrupt news: her dad was in jail.

The girls in the classroom couldn't stop talking about it, since it was the first time for all of them to hear about something like that. Maybe we were with the daughter of a criminal and no one knew? The most nervous ones were talking about changing schools, as if it were a virus that spread to those nearby.

Idania wasn't my best friend, but we coincided in work groups, and I used to sit right in front of her, so I knew some things about her.

With the news, the day she invited me to her birthday came to my mind, and after a heavy downpour, I had to call my mom to ask for permission to stay, because the streets were completely flooded and it was dangerous to go back.

Had I slept under the same roof as a murderer?

Mr. Horacio seemed very friendly that day, but of course, a killer isn't always armed to the teeth, and if he was, well, he wasn't Rambo from action movies.

In my head, ideas collided with each other, because nothing matched the profile of a killer. I tried to apply what I saw on TV shows like CSI, but with so little information, I couldn't reach any conclusion.

I decided to go to her house after classes, curiosity was stronger than common sense.

Obviously, there was no one in the apartment, and when I asked a neighbor on the stairs, he just looked at me and said, "Don't get involved in that matter," as he continued down the stairs.

A hand grabbed my arm and led me to the dark corner of the restroom. A tingling sensation invaded my whole body and I started sweating cold. As I looked more carefully in the dim light, I discovered that it was Idania who had brought me to that place.

She explained everything to me between sobs, and I didn't know whether to pay attention to her or try to calm her down, so I decided to do both: I held her hands while speaking to her as calmly as I could, telling her that I couldn't help her family in those conditions.

We sat on that dirty floor, there wasn't really much to choose from, and she felt comfortable there, hiding from the accusing looks of the neighbors. It was then that she told me the whole story.

Her dad was simply in the wrong place at the wrong time.

He had gone out with some friends whom he hadn't seen in a while. They went for a few drinks and left the place before midnight. Eugenio, who was his best friend, offered to give him a ride home. They had drifted apart a bit due to lack of time, since he worked delivering packages and was hardly ever in town.

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They were about to arrive when a motorcyclist passed by them, shooting accurately into his friend's temple while they were waiting for the traffic lights to change. The rest was all confusing.

When the police arrived, they found him in shock next to his friend's corpse. He hadn't even managed to take off his seatbelt. Seeing death arrive in that way doesn't leave many options for reaction.

He was taken into custody for investigation, which somehow proved to be useless, as he didn't know much about Horacio's current life. He was ruled out as the main suspect, as they found no traces of gunpowder on his hands, but he still had to spend a couple more days there.

For Idania and her family, those days felt like months! They had to hide to avoid continuing to be the target of accusations by those who, like vultures, look only for what is corrupt to feed their morbid curiosity.

At that moment, I felt like one of them, although my interest was driven more by teenage curiosity. I hugged her and told her that if she wanted, she could come to my house, but she refused, as she would not leave her mother and sister in this situation.

A couple of days later, Mr. Horacio was already home, trying to cope with the situation and restore balance in his home, but especially in his mind. He was banned from leaving the state and had to report to the police station if called again.

His eldest daughter decided to freeze her university studies for the rest of the semester, but Idania did not have the same option and, encouraged by the family, returned to her regular classes, hoping that resuming her routine would make her forget that bitter experience.

We were less than a year away from graduating from high school, and she even had a spot to study engineering at the university. How could she not continue when she was so close to this goal? At least that's how I saw it. But the others only knew the general version of the incident.

Despite the efforts of teachers and even the school principal, nobody wanted to be in contact with her. She seemed like a leper or an outcast, without any logical reason, but fear is free.

My company made her school days more bearable, but her performance dropped significantly due to the discomfort and sadness.

Her father changed jobs and was even doing better than before. His criminal record was not recorded as he was completely ruled out of the case. In fact, he never knew if they found the culprit or how the investigation ended. Her mother decided to take the final step to start her own business, and she was already reaping the fruits of it.

Her sister resumed her studies and also started an English course on weekends. But Idania could not shake off the stigma of being seen as the daughter of a murderer, or at least that's what she thought.

She avoided physical contact with anyone, sometimes even with me, but I was not willing to let her sink into a depression that was closer than I thought.

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One day before the final exam, Idania did not attend class. We were all surprised again. Was history repeating itself? Well, no... Although tragedy struck her family once again.

A deafening scream made all of us in the classroom turn towards the door that led to the hallway. A first-year girl was screaming at the top of her lungs.

The principal and two teachers rushed over, and their faces contorted in such a way that they looked like a painting being splashed with water. Everyone was petrified by the situation.

Curiosity made me walk over there. I think instead of wanting to study accounting, I should apply to be a detective, because nothing stopped me in these cases.

When I arrived, I didn't know how to react when I saw Idania's body hanging from one of the bathroom beams. She had hanged herself with the belt of her school uniform pants.


Foto/Photo by: AILes, Life-of-Pix and Geralt (all from Pixabay)
Edición/Edited by @mamaemigrante using canva
Translated and formatted with Hive Translator by @noakmilo.



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Caramba pobre cita, la presión no la dejo vivir en paz.

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Cuando un espíritu no está fortalecido, cualquier impacto causa estragos. El de Idania no era lo suficientemente fuerte.

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Cada cabeza es un mundo y pues ella no pudo sacar de su mente ese trauma!

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Ciertamente. A veces los demás pueden seguir adelante luego de eso, pero hay que estar atentos para poder ayudar a los que les cuesta superarlo.

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la discriminación social puede afectar tanto a alguien hasta llevarlo al extremo del suicidio. Eso es lo que la mayoría de las personas no entienden. Hay personas que son altamente sensibles y no es fácil para ellos aplicar la frase "que te resbale lo que piensan de ti". Excelente relato. Gracias por comparti! saludos!

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Ciertamente, no a todos les funciona eso de que no importa lo que piensen los demás. Verse ser señalada por algo que no hizo, pudo más que todo lo positivo que había logrado por cuenta propia.

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Una trágica historia que nos compartes, las tragedias de la familia terminaron con el suicidio de uno de ellos. Muy interesante de leer.💀

Gracias por compartir.

Excelente tarde.

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Lo que parecía ser la historia trágica del padre, terminó siendo poco con el desenlace de todo esto.
Gracias por pasarte

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¿Ay, amiga no podías dejarlo en un trágico suceso familiar? Pobre Idania y pobre final, como siempre no decepcionan tus historias que cada vez más escalan el terror. Pobres colegio eso sí va a ser difícil de olvidar.

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No podía dejarlo así no más. Mi mente sombría no hubiese quedado en paz...

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Dios mio pobrecita...el estigma social es el verdadero asesino aquí 🥲

Excelente como siempre. Espero el próximo miércoles a ver que sale de esta mente sombría 😀

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Realmente si. A veces juzgamos a los demás por cosas de las que ni ellos mismos son responsables.

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