Arte improvisado en algún lugar de Quilmes / Improvised art somewhere in Quilmes

Soy de las que piensa que el arte se encuentra en todo lugar, así que en muchas oportunidades mientras los demás pasan de largo, yo puedo quedar fascinada con alguna expresión plasmada hasta en las zonas menos esperadas. Justo eso fue lo que me ocurrió luego de almorzar en el balneario de Quilmes, cuando ya iba de regreso a casa y vi una pieza solitaria en un lado del muelle.

Aunque está expuesta al sol, me pareció que se mantenía muy bien conservada, a no ser que tenga poco tiempo ahí, pero me gustó que utilizaran una pieza de metal como lienzo para representar una linda tarde soleada aprovechada por un ciclista sobre el muelle, aunque a decir verdad, en ese lugar en particular no están permitidas las bicicletas, pero ¿quién le dice a un artista que deje de soñar?

Una réplica de la Mona Lisa, pero como si viniera del planeta Vulcano (con su particular saludo incluido) logró sacarme una sonrisa, sobre todo porque en lugar de estar en un lugar exclusivo de un museo, es testigo de los altos y bajos de las mareas del río, de los pescadores que van y vienen, o los chicos hippies que se reúnen a tomarse algo al caer la tarde.

La estructura abandonada de lo que en tiempos pasados era un restaurante, fue tomada por uno (o varios) artista (s) como galería para exponer sus pinturas donde antes estaban los vidrios de las ventanas. Un par de mujeres con proporciones distorsionadas, son representadas estando en ese lugar, sentadas cerca del río, como todos los días pueden encontrarse ahí, inclusive los días de invierno, aunque en las pinturas simulan estar en verano por cómo aparecen vestidas.

Algunos lienzos improvisados con trazos de colores que parecen representaciones de las auroras boreales (o por lo menos yo lo asocio con eso), un atardecer rojizo y una pintura que no sobrevivió los efectos del ambiente, completan esta pequeña galería.

Una caricatura de algún cantante que quizás se presentaba en el local llamado "El viejo almacén", es exhibida justo en la entrada de este sitio, que todavía sigue abierto al público, le da un toque jocoso a este espacio que pareciera ser el único sobreviviente de toda la actividad comercial que había en ese lugar.

También logré ver una pintura abstracta en tonos mostaza, como si fueran rizos desordenados vistos desde un primer plano. Se encontraba sobre un viejo mueble en frente de la bahía, ubicado al inicio del muelle en el que día a día, muchos pescadores artesanales se reúnen con sus cañas, termos y mates, a pasar el tiempo mientras esperan que algún pez llegue a su carnada, aunque la realidad es una actividad más social y recreativa que del tipo comercial.

Y para el final dejé este aviso en una puerta que no da a ningún sitio, pero que tiene un significado tan poderoso que debería ser internalizado por todos: "El que es feliz, tiene razón" y no puedo estar más de acuerdo, pues la felicidad debería ser el estado natural de todos, aunque nos empeñamos en buscar razones para no sentirla como tal.

I am one of those people who believes that art can be found everywhere, so on many occasions, while others pass by, I can be fascinated by some form of expression captured even in the most unexpected places. That is exactly what happened to me after lunch at the Quilmes beach resort, when I was on my way home and saw a solitary piece on the side of the pier.

Although it is exposed to the sun, it seemed to me that it was very well preserved, unless it had only been there for a short time, but I liked the fact that they used a piece of metal as a canvas to represent a beautiful sunny afternoon enjoyed by a cyclist on the pier, although to tell the truth, bicycles are not allowed in that particular place, but who can tell an artist to stop dreaming?

A replica of the Mona Lisa, but as if she came from the planet Vulcan (with her particular greeting included), managed to make me smile, especially because instead of being in an exclusive museum, she witnesses the highs and lows of the river tides, the fishermen coming and going, or the hippie kids who gather for a drink in the evening.

The abandoned structure of what was once a restaurant was taken over by one (or several) artists as a gallery to exhibit their paintings where the window panes used to be. A couple of women with distorted proportions are depicted sitting near the river, as they can be found there every day, even in winter, although in the paintings they appear to be in summer because of how they are dressed.

Some improvised canvases with colorful strokes that seem to represent the northern lights (or at least that's what I associate them with), a reddish sunset, and a painting that did not survive the effects of the environment complete this small gallery.

A caricature of a singer who may have performed at the venue called “El viejo almacén” (The Old Warehouse) is displayed right at the entrance to this site, which is still open to the public, adding a humorous touch to this space that seems to be the only survivor of all the commercial activity that once took place there.

I also managed to see an abstract painting in mustard tones, as if they were messy curls seen from close up. It was on an old piece of furniture in front of the bay, located at the beginning of the pier where, every day, many artisanal fishermen gather with their rods, thermoses, and mate cups to pass the time while they wait for a fish to take their bait, although in reality it is more of a social and recreational activity than a commercial one.

And finally, I left this notice on a door that leads nowhere, but has such a powerful meaning that it should be internalized by everyone: “He who is happy is right,” and I couldn't agree more, because happiness should be everyone's natural state, even though we insist on looking for reasons not to feel it as such.

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Foto/Photo by: @mamaemigrante Edición/Edited by @mamaemigrante using canva Translated and formatted with Deepl