CONDUCTA/BEHAVIOR (ESP/ENG)
Hola, amigos de #Hive Cuba y demás comunidades, que bueno saludarles. Hoy es viernes y el cuerpo lo sabe.🤭🙏 ¿Ya están listos para el fin de semana? Hoy quiero compartir con ustedes este post; espero lo disfruten y comenten. Gracias por pasar por mi blog.😘🌹
Vivir con una persona que ingiere bebidas alcohólicas a diario es una experiencia nada saludable y puede llegar a ser muy desalentadora, al punto de preferir la soledad como única compañía para siempre. El miedo a volver a pasar por una situación como esa nos convierte en seres desconfiados y reacios a nuevas relaciones.
Ya sé que este es un tema que se ha tocado muchas veces, pero es importante destacar que la cifra de bebedores crece de forma alarmante en estos tiempos, al menos en mi tierra. Y uno se pregunta cuáles son las causas que llevan a alguien a terminar así, y en realidad hay bastante tela por donde cortar. Son muchos los que se refugian en el alcohol para olvidar sus penas y escapar, temporalmente, de los problemas. Sí, porque ese escape no resuelve el problema en sí, solo te hace no pensar en ellos por unas horas. Luego, cuando te recuperas, sigue ahí, sin solución.
Yo misma sería una alcohólica más si hubiese adoptado esa posición como escape o fuga a mis problemas. No digo que no me guste disfrutar de una cerveza fría o un buen vino en algunas ocasiones específicas, pero convertirlo en una rutina diaria no será nunca mi estilo de vida.
Mi experiencia personal me ha llevado a la conclusión de que hay personas con apariencia de gerentes de empresas que no son más que puros alcohólicos. En mi opinión, la palabra de un borracho, por lo general, no tiene ningún valor. Sí se comprometen a hacer algo y se les cruza una botella de ron en el camino, al diablo con su compromiso. En mi caso, traté por todas las vias posibles hacerle entender a mi pareja de su condición, pero fue en vano, nunca lo reconoció.
El hecho es que la bebida cambia la conducta, y no todos la asimilamos de la misma forma. Hay que saber cuándo parar y conocer nuestros límites para evitar papelazos y malos ratos. A algunos la bebida los pone contentos, conversadores y jaraneros; en cambio, otros se transforman en seres indeseables, escandalosos y hasta violentos. Es triste ver como se va deteriorando su personalidad y sus valores, y terminan perdiendo a sus familias, algunos durmiendo en un portal cualquiera.
Siempre he escuchado que los borrachos, como los niños, no mienten, pero esa afirmación no siempre es cierta. Quienes beben demasiado terminan siendo parlanchines, fabuladores y, por ende, pierden toda credibilidad. Es común verlos temblorosos en las mañanas, incapaces de sostener con firmeza un lápiz, y solo cuando se toman un trago logran "estabilizarse". Los borrachos, en el transcurso de la resaca, tienen lagunas mentales y casi nunca recuerdan sus actitudes mientras estuvieron en "trance".
Solo si se reconoce que el alcoholismo es una enfermedad hay posibilidad de mejoría. No me gusta generalizar, pero he observado que existen ciertos oficios con tendencia a que quienes los desempeñan tengan alto riesgo de convertirse en alcohólicos (albañiles, principalmente). Es como si para ejercerlos fuera requisito indispensable ser borracho. O quizás sean las mismas características de esas profesiones las que llevan a ese final. Con frecuencia se suele llamar "borracho" solo al que se emborracha con ron y no al que lo hace con cerveza; para mí son lo mismo, con una diferencia: el que compra cerveza cuenta con un mayor poder adquisitivo, eso es todo.
Algo interesante y que llama mucho mi atención es que, según mi experiencia, los borrachos apenas se enferman, no contraen ni una gripe. ¿Será acaso que el alcohol posee propiedades que elevan el sistema inmunológico? Eso sí, cuando se enferman, fundamentalmente del hígado, es casi fulminante. Muchos han tenido que experimentar situaciones de salud extrema para convencerse del valor de la vida. Por suerte, hay quienes toman conciencia de su problema a tiempo, y he visto que hasta terminan siendo seguidores de Dios.
Vivir con la máxima de que "el alcohol no da la respuesta pero te hace olvidar la pregunta" es de personas frágiles y superficiales. Algunos adictos en tratamiento sufren un fenómeno llamado Delirium Tremens debido a la suspensión radical y repentina (abstinencia) del "preciado" líquido. Este fenómeno provoca serios síntomas en el sistema nervioso y otros sistemas del cuerpo humano, como alucinaciones, convulsiones y fotofobia.
El alcoholismo es una enfermedad crónica y, como tal, no se cura, se controla. Está claro que no es fácil salir de una adicción, pero en el caso del alcoholismo, una vez superados los episodios de Delirium Tremens, la persona está lista para darle el knocked out (el tiro de gracia) al alcohol.
Por mi parte, ya aprendí a detectar a este tipo de espécimen y no permitiré que historias lejanas perturben mi futuro. Gracias a Dios salí ilesa y fortalecida de ese momento, lista para continuar siendo la mujer fuerte, tierna y emprendedora que soy.
Contenido original. Traducido al inglés con DeepSeek. Imágenes de mi propiedad
BEHAVIOR.
Hello, friends of #Hive Cuba and other communities! It’s so good to greet you all. It’s Friday, and the body knows it. 🤭🙏 Are you ready for the weekend? Today, I want to share this post with you; I hope you enjoy it and leave a comment. Thanks for stopping by my blog. 😘🌹
Living with someone who drinks alcohol daily is an unhealthy experience and can become deeply discouraging, to the point where solitude feels like the only lasting companion. The fear of reliving such a situation turns us into distrustful beings, wary of new relationships.
I know this topic has been discussed many times, but it’s important to highlight that the number of drinkers is rising alarmingly these days, at least in my homeland. One wonders what drives people to end up this way, and there’s a lot to unpack here. Many turn to alcohol to forget their sorrows and temporarily escape their problems. Yes, temporarily—because this escape doesn’t solve the root issue; it just numbs the mind for a few hours. When you sober up, the problem remains, unresolved.
I, too, could have become an alcoholic had I adopted this coping mechanism. I’m not saying I don’t enjoy a cold beer or a good wine on occasion, but making it a daily routine will never be my lifestyle.
My personal experience has led me to realize that some people who pose as company managers are nothing but full-blown alcoholics. In my opinion, a drunk’s word usually holds no value. They might commit to something, but if a bottle of rum crosses their path, their promise goes straight to hell. In my case, I tried every possible way to make my partner understand their condition, but it was in vain—they never acknowledged it.
The truth is, alcohol changes behavior, and we all react differently. Knowing when to stop and understanding our limits is key to avoiding embarrassment or worse. For some, alcohol brings cheer, chatter, and laughter; for others, it turns them into undesirable, rowdy, even violent beings. It’s heartbreaking to watch their personalities and values deteriorate until they lose their families, some ending up sleeping on random doorsteps.
I’ve always heard that drunks, like children, don’t lie—but that’s not entirely true. Heavy drinkers often become talkative, prone to tall tales, and lose all credibility. It’s common to see them shaky in the mornings, unable to hold a pencil steady, only “stabilizing” after another drink. During a hangover, they suffer memory gaps and rarely recall their actions while in a “trance.”
Recovery is only possible if alcoholism is acknowledged as a disease. I don’t like generalizing, but I’ve noticed certain professions—construction workers, for example—carry a high risk of alcoholism. It’s as if being a drunk is a job requirement. Or perhaps the nature of these roles leads to that outcome. Society often labels only rum drinkers as “drunks,” not beer enthusiasts—but to me, they’re the same. The difference? Beer drinkers just have higher purchasing power.
Something intriguing I’ve observed: alcoholics rarely fall ill, not even catching a cold. Does alcohol boost the immune system? Yet when they do get sick—usually liver-related—it’s often fatal. Many endure extreme health crises before appreciating life’s value. Thankfully, some wake up in time, even turning to faith.
Living by the motto, “Alcohol doesn’t solve problems but makes you forget the questions,” reflects fragility and superficiality. Some addicts in treatment suffer Delirium Tremens due to sudden alcohol withdrawal, causing severe nervous system symptoms like hallucinations, seizures, and light sensitivity.
Alcoholism is a chronic disease—it can’t be cured, only managed. Overcoming addiction is hard, but once past Delirium Tremens, one is ready to deliver the knockout blow (the coup de grâce) to alcohol.
As for me, I’ve learned to spot these patterns and won’t let past shadows haunt my future. Thank God I emerged unscathed and stronger, ready to keep being the resilient, tender, and driven woman I am.
Original content. Translated into English with DeepSeek. Images are my own.
Congratulations @kpoulout! You have completed the following achievement on the Hive blockchain And have been rewarded with New badge(s)
Your next target is to reach 2750 upvotes.
You can view your badges on your board and compare yourself to others in the Ranking
If you no longer want to receive notifications, reply to this comment with the word
STOP
Check out our last posts:
Excelente reflexión que nos traes invitándonos a valorarla en su justa medida.
Hoy, mientras estaba en consulta, un entrenador (ex-atleta retirado ya) acudió a mí con una interrogante sobre el tema. Pedía le explicara, según mi experiencia como psicólogo del deporte, por qué aumenta la cifra de atletas retirados que consumen alcohol de manera cotidiana.
La respuesta, bien compleja.
Las adiciones son muy difíciles de superar, pero se logra. Gracias por tu lectura 🙏
Voluntad y redes de apoyo sobre todo.
¡Gracias a ti!
Valiente publicación que agradezco.
Sobre el tema pienso que el ambiente social puede influir, a favor o en contra. Las enfermedades llevan tratamiento. Algunas ceden, otras son irreversibles. Dar la espalda, correr del "apestado" nunca será la solución.
Hay que poner el alma siempre. De eso se trata este juego de la vida.
💎
Muchas gracias por tu comentario. Créeme que no salí corriendo, luché, pero no hubo respuesta. Te abrazo.😘