English Version

Every time I walk through the old part of Havana, I am not only amazed to find new things and discover hidden details, but it also gives me the opportunity to learn about its history. In every part of Old Havana, even if it is a small space, there is always something interesting to show.

Today I want to share a tour of two of its most emblematic avenues, Prado Street, which begins near the Malecón Habanero and the busy Port Avenue. In this space, tradition and modernity intertwine in a unique harmony that is very characteristic of Havana.

From Prado, if I look towards the sea, the view of the Malecon and the Fortress of the Castillo de la Punta creates a postcard from another era, but if I turn my gaze to the other side, I find the image of a modern city, a city that has evolved over time. This is what is fascinating and what creates a visual contrast where yesterday and today merge without losing the essence that makes Havana a special place.

Almost at the beginning of the Central Promenade on Prado Avenue is the sculpture dedicated to the Cuban poet Juan Clemente Zenea, who was one of the great exponents of Cuban romanticism, and also a fervent opponent of Spanish colonialism, which led him to be imprisoned and shot in the 19th century.

The poet is comfortably seated on his pedestal, in a calm and restful attitude. Next to him is the silhouette of a woman who, in my opinion, represents the delicacy of his poetry and the beauty of his work. On the back of the sculpture is engraved a verse from one of his poems:

"Do not look for flying restless,
my dark and secret grave.
Swallow, don't you see?
In the poet's grave
there is not a willow or a cypress."

Between these two well-known and busy avenues of the city, the Hotel ‘Paseo del Prado’ stands out for its beauty and the reflection of the morning sun. It is named after the avenue that passes through its main entrance, and is another example of the fusion of two eras in the same space.

The same sense of contrast can be found in the automobiles that line the streets, from the classic “almendrones” to the most modern vehicles. At every step and at every moment, Havana surprises me with its past while seducing me with its present.

I hope you enjoyed the tour.

Cheers to the whole Wednesday Walk community, and see you next time!

Cada vez que camino la zona antigua de la Habana, no solo me asombro al encontrar cosas nuevas y descubrir algún detalle oculto, sino que me da la oportunidad de aprender sobre la su historia. En cada espacio de la Habana Vieja, aunque sea un espacio reducido hay siempre algo interesante para mostrar.

Hoy quiero compartir un recorrido por una parte de dos de sus avenidas más emblemáticos, la Calle Prado, que comienza bien cerca del Malecón Habanero y la concurrida Avenida del Puerto. En este espacio la tradición y la modernidad se entrelazan en una armonía única muy característica de La Habana.

Desde Prado, si miro hacia el mar, la vista del Malecón y la Fortaleza del Castillo de la Punta crea una postal de otra época, pero si giro la mirada hacia el otro lado, me encuentro con la imagen de una ciudad moderna, una ciudad que ha evolucionado a través del tiempo. Esto es lo fascinante y lo que crea un contraste visual donde el ayer y el hoy se funden sin perder la esencia que hace de La Habana un lugar especial.

Casi al inicio del Paseo Central de la Avenida Prado se encuentra la escultura dedicada al poeta cubano Juan Clemente Zenea, quien fue uno de los grandes exponentes del romanticismo cubano, y también un ferviente opositor al colonialismo español, lo que le llevó a ser encarcelado y fusilado en el siglo XIX.

La poeta esta cómodamente sentado en su pedestal, en actitud tranquila y reposada. A su lado, la silueta de una mujer que a mi parecer, representa la delicadeza de su poesía y la belleza de su obra. En la parte posterior de la escultura se encuentra grabada una estrofa de uno de sus poemas:

"No busques volando inquieta,
mi tumba oscura y secreta.
Golondrina ¿no lo ves?
En la tumba del poeta
no hay un sauce ni un ciprés."

Entre estas dos conocidas y concurridas avenidas de la ciudad, se alza el Hotel "Paseo del Prado" que deslumbra por su belleza y por el reflejo de sol matutino. Se nombra como la avenida que pasa por su entrada principal, y es otra muestra de la fusión entre dos épocas en un mismo espacio.

La misma sensación de contraste se puede encontrar en los automóviles que recorren las calles, desde los clásicos 'almendrones' hasta los más modernos vehículos. A cada paso y en todo momento, La Habana me sorprende con su pasado mientras me seduce con su presente.

Espero que hayan disfrutado del recorrido.

Un Saludo a toda la comunidad de Paseo de Miércoles, y ¡hasta la próxima!