Un compartir de inicio de año [esp] [eng]

about 1 year ago

VERSIÓN EN ESPAÑOL

El sábado pasado tuve un ya tradicional compartir de inicio de año con algunos de los servidores de la comunidad parroquial donde presto mis servicios, no pudieron ir todos, ya que se trató al mismo tiempo de una piscinada y algunos se encontraban enfermos. Fue un día excepcional donde además también invitamos otras personas que son aportan a la parroquia aunque no hacen vida constante en ella, por pertenecer a otras comunidades, algunas bastante distantes. Reflexionando sobre el impacto de esta actividad, según la experiencia que tuve, puedo resumirlo en los siguientes puntos.

Estrechar relaciones

Luego que llegamos al lugar, las primeras palabras que dirige a los presentes es que además de que consideraran ese día como una pequeña retribución del servicio que prestan dentro de la comunidad, era importante también no perder de vista que era una oportunidad perfecta para seguir creciendo como una familia espiritual, que si bien nos les unen los lazos biológicos de la sangre sí una misma fe, la cual en ocasiones tiene lazos aún más fuertes.

No podemos permitir, en efecto, que personas que se encuentran con regularidad en sitios sagrados no se conozcan, no se miren a las caras ni les interese la existencia de los otros, pues, seguidores de un mismo Dios, miembros de su comunidad, lo lógico es que exista la disposición de darnos las manos unos con otros. Cosa que será imposible si antes no nos conocemos, ni siquiera un poco. Por esta razón, este día lo enfocamos a poder fortalecer las relaciones entre los que de manera especial, por el compromiso adquirido, estamos dentro de una misma Iglesia.

Espacios de compartir

El objetivo planteado en el párrafo anterior lo pudimos cumplir simplemente porque creamos el espacio para que esto se diera. Y no estoy hablando de manera superflua refiriéndome solo a la belleza del lugar sino porque se propició el ambiente para que esto fuera así. Por ello, me daba alegría ver las personas o en la piscina o bailando o jugando o conversando, ya que en todas estas actividades, por muy diversas que fueran entre sí, se estaba realizando lo mismo, el compartir comunitario. Además de que necesitamos de este tipo de actividad donde interactuamos de manera diferente con los demás, en efecto, yo soy de la idea de que en estos tipos de acciones más llanas, lúdicas y de distracción tenemos una puerta de acceso fenomenal para conocer más a las personas.

Sobre todo, y esto es lo que quisiera resaltar en este post, con personas que si no por la sangre sí por otro tipo de unión, la espiritual, están llamadas a formar también un círculo íntimo e importante alrededor de nosotros. Uno de los comentarios más hermosos que escuché por ejemplo apunta a esto, "Qué hermoso fue conversar", "Nos permitió reconectar", precisamente con aquellas personas que llamamos amigos, y que por el día al día no habíamos apartado el tiempo para ello.

Motivación para continuar

Aunando con la idea desarrollada anteriormente, aquí me gustaría comenzar diciendo que saberse acompañado por personas que te aprecian y te ofrecen su apoyo incondicional es algo que llena profundamente de ánimo para afrontar la cotidianidad, aun en sus momentos más fuertes, pues aunque ciertamente cada uno debe llevar y resolver sus problemas necesitamos uno de otros para que esta tarea se torne más suave y no caigamos derrotados bajo el peso de una carga que nos sobrepase.

De esta manera, pudiésemos concluir afirmando sin temor a equivocarnos que este compartir de inicio de año fue también un momento oportuno para recargar nuestras energías para el año que comienza, uno que tendrá varios escenarios dentro de él, los cuales ameritan estemos totalmente recargados para dar en ellos la mejor de nuestras presentaciones y continuar brillando como una de sus estrellas más destacadas, es la misión que todos tenemos y, por ello, esta clase de experiencias de compartir con nuestros amigos, especialmente los que comparten intereses comunes, como lo es la fe y el servicio en una comunidad, son tan reconfortantes e inspiradores.

ENGLISH VERSION

Last Saturday I had a traditional sharing at the beginning of the year with some of the servants of the parish community where I serve, not all of them could go, since it was at the same time a swimming pool and some of them were sick. It was an exceptional day when we also invited other people who contribute to the parish even though they do not live there constantly because they belong to other communities, some of them quite distant. Reflecting on the impact of this activity, according to the experience I had, I can summarize it in the following points.

Strengthening relationships

After we arrived at the place, the first words he addressed to those present was that in addition to considering this day as a small retribution for the service they provide within the community, it was also important not to lose sight of the fact that it was a perfect opportunity to continue growing as a spiritual family, that although they are not united by the biological ties of blood, they do have the same faith, which sometimes has even stronger ties.

We cannot allow, in fact, that people who meet regularly in sacred places do not know each other, do not look at each other's faces, and are not interested in each other's existence, because, as followers of the same God, members of the same community, it is logical that there is a willingness to shake hands with each other. This will be impossible if we do not know each other, not even a little, beforehand. For this reason, we focus this day on strengthening the relationships between those who specially, by the acquired commitment, we are within the same Church.

Sharing spaces

We are able to achieve the objective stated in the previous paragraph simply because we created the space for this to happen. And I am not speaking in a superfluous way, referring only to the beauty of the place, but because we created the environment for this to happen. Therefore, it gave me joy to see people either in the pool or dancing or playing or talking, because in all these activities, no matter how different they were from each other, the same thing was happening, community sharing. Besides the fact that we need this type of activity where we interact differently with others, in fact, I am of the idea that in these types of more plain, playful and distracting actions we have a phenomenal access door to get to know people better.

Above all, and this is what I would like to emphasize in this post, with people who, if not by blood, then by another type of union, the spiritual, are also called to form an intimate and important circle around us. One of the most beautiful comments I heard for example points to this, "How beautiful it was to talk", "It allowed us to reconnect", precisely with those people we call friends, and that because of the day to day we had not set aside time for it.

Motivation to continue

In keeping with the idea developed above, here I would like to begin by saying that knowing that you are accompanied by people who appreciate you and offer you their unconditional support is something that fills you with deep encouragement to face everyday life, even in its strongest moments, because although certainly each one of us must carry and solve our problems, we need each other so that this task becomes smoother, and we do not fall defeated under the weight of a burden that overcomes us.

Thus, we could conclude by stating without fear of being mistaken that this sharing at the beginning of the year was also an opportune moment to recharge our energies for the year ahead, one that will have several scenarios within it, This is the mission that we all have, and that is why this kind of experience of sharing with our friends, especially those who share common interests, such as faith and service in a community, is so comforting and inspiring.