San Benito Abad: Enseñanzas para la humanidad

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Uno de los referentes para el crecimiento de la humanidad siempre me ha parecido el mantener en alto aquellos ejemplos de hombres y mujeres que a través de la historia han exaltado por su aporte valioso precisamente para el mismo crecimiento y mejora continua de nuestro ser. Mi propio camino crecimiento personal es un testimonio de ello, pues, a partir aproximadamente de mi adolescencia empecé a interesarme en biografías y autobiografías de grandes seres humanos que aún con su defectos pero mejorando cada día, son un ejemplo sobre la posibilidad de que también cualquier persona pueda seguir un sendero semejante.

Esto lo vemos tanto en la vida de la persona como en sus escritos y/u obras. Este es el caso del personaje del que apenas daré unos bosquejos pero que me parece importante porque por muchas personas es considerado impulsor de una importante cultura humanista. Se trata de San Benito de Nursia o Abad (450-547), pues es iniciador del Monacato en el occidente. Uno de los primeros que escribí sobre él es Gregorio magno papa (540-604) y lo representa como un astro luminoso para la sociedad de su tiempo ante el declive de la sociedad de entonces durante la caída del imperio Romano.

Aquí está la primera lección porque nos muestra algo que es muy importante y es que más allá de estereotipos religiosos cuando eres una persona que vive una espiritualidad sana influyes en lo más profundo que hay en todo el ser humano, ya que no solo somos un componente material sino que hay elementos más allá del empírico que nos definen a todos, ya que es de donde residen los valores más profundos de nuestra humanidad y que nos hacen unos seres únicos en la creación. Benito fue una persona que procuró profundizar en sí mismo para encontrarse con estos valores, definirse en su ser y proyectarse luego al servicio de los demás.

Es lo último que muela al lado es súper importante porque nada vale un crecimiento espiritual individual si este no se abre o se transforma en servicio hacia una comunidad o grupo de personas. Es por ello que en una de sus escritos llamado simplemente "la Regla", resalta la necesaria unión entre la contemplación de Dios en la oración con el servicio a los demás. Y es de aquí de dónde surge la frase benedictina "ora y trabaja" que resume muy bien la espiritualidad que quiere transmitir este hombre de fe que escribe cosas como "El Señor espera que respondamos diariamente con obras a sus santos consejos" (En el Prólogo de la obra reseñada).

La actualidad de este mensaje o leccion de vida es súper importante ya que vivimos en una sociedad de cambio constante donde es necesario guardar un sabio equilibrio entre la acción requerida para que no nos atropelle la vorágine de cosas que suceden a diario, con la necesidad de guardar ese espacio interior para el encuentro con nuestra identidad, nuestros principios y la inspiración o fuerza que los mismos tienen en nuestra cotidianidad. Siempre es necesario guardar ese espacio de reflexión o meditación que nos permitan conectar con la esencia más profunda de nuestro ser pero sin perder de vista la otra importante conexión con la realidad circundante, que no son simplemente las cosas sino las personas.

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