La diversidad, principio de la tolerancia
Siguiendo el tema propuesto para esta comunidad por los amigos de inleo, hoy quiero hablar de las bondades de la diversidad y la tolerancia que es uno de los frutos de la misma, en efecto, cómo crecer en ella si todo fuésemos iguales?, pensáramos de la misma manera?, si tuviéramos los mismos patrones de conducta o siguieramos una misma cultura? habláramos de la misma manera?, no, no sería posible, para que haya una verdader tolerancia y una auténtica convivencia es necesaria la diversidad, entendiendo la misma como la aceptación de la forma de pensar, expresarse y de ser, claro está guardando los valores básicos para todo tipo de relación, empezando y terminando por el respeto, pues nadie puede exigir el mismo sino lo da a los demás.
Intencionadamente hablo de aceptación porque con esta palabra siento que puedo expresar bien lo que pienso al respecto, pues cuando tolero ciertas cosas de los demás no es porque comulgue con su forma de ser o actuar, simplemente se trata de practicar precisamente la tolerancia con ellos. Aceptar tampoco quiere decir capitular de mis principios o mis valores de vida, ya que sería incongruente o poco meritorio el mismo hecho de tolerar, lo cual se encuentra en la capacidad de relación y convivencia con aquellos que piensan y viven de otra manera, sin querer ni pretender imponer mi estilo o forma de vida.
La tolerancia no es fácil, puede resultar hermoso hablar de ella pero en la práctica es una actitud de vida que necesita de bastante entrenamiento. Desde mi experiencia personal puedo decir que algo que me ha ayudado es fijarme más en las bondades que hay en las personas, comunidades y/o culturas que en sus defectos, cosas negativas o debilidades, puesto que al final analizando bien las situaciones uno se da cuenta que es más lo que nos une que lo que nos separa, y que vale más la pena enfocarse en aquello que en esto, puesto que el bien tiene más fuerza interior que el mal.
La diversidad es, por ello, principio de la posibilidad de existencia de la tolerancia, es lo que nos permite el crecimiento en nuestro ser personal. En ese sentido también me gustaría hablar un poco de la empatía, como una actitud que también nos ayuda a crecer como seres tolerantes, en el sentido de que ponernos en el lugar del otro nos lleva a comprender una forma de ser, de pensar o de actuar y, aunque al final no sea algo que sea de excusa para esas personas, sí que nos facilita la comprensión y por ello cultivar una mayor actitud de aceptación.
Esto, como ya hemos resaltado en varias ocasiones, sería imposible sin la diferencia entre las personas. Particularmente también puedo traer a colación un caso personal, donde una persona me caía antipática, en serio, no lo podía ni siquiera ver. En un momento de reflexión me dije que debía darle una oportunidad, pues los prejuicios nunca traen o dejan nada bueno. Así empecé un proceso de interacción con esta persona, tratando de comprender su forma de ser, no para comulgar con la misma sino para poder establecer, al menos, un mínimo de sana convivencia. Al final de este reto me llevé una gran y grata sorpresa, pues, me hice muy amigo de esta persona, lo cual me dejó la elección de que en las diferencia siempre hay riqueza por descubrir, y que la diversidad es una ventaja que debemos aprovechar para crear personas y comunidades más tolerantes.
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