(SPA-ENG) Los fantasmas del cuartel, concurso de literatura y arte de terror, horror y ficción sobrenatural. 3ra. edición (Literatura): Presencias.
Era la primera noche en el cuartel, una instalación de finales del siglo 19 que había resistido varias revueltas sangrientas. La habitación que le habían asignado, estaba en el último piso, una fría y en penumbra permanente. Por alguna extraña razón, las bombillas se quemaban al recambio, los electricistas atribuían el fallo, al deterioro por antigüedad del cableado, o algún corto inaccesible dentro de las gruesas paredes de concreto y piedra.
Un excéntrico oficial sería su compañero de habitación. Escuchó rumores que solo él, soportó pernoctar allí, mientras los demás habían huido, pavorosos en la primera noche: hombres, aunque forjados para el combate, corrieron ahuyentados y temblando por supuestos espectros.
Luego de la faena, Pedro, ya cansado, se dispuso a entrar en la habitación. Allí estaba Luis, con un tabaco en la boca y cubierto con una manta blanca, recitando entre dientes unas oraciones ininteligibles.
—¿Qué haces Luis?
—Invocando protección a los espíritus.
Pedro lo miró a través de las luces de las velas, el olor fuerte a cera quemada combinada con el humo del tabaco, inundó su nariz, y se dijo para sí, «… Bueno, al menos no es rancio a pecueca.» Se quitó las botas, y a medio desvestir, entró en la angosta cama, cubriéndose con la precisa azul, algodonada y elástica, de pies a cabeza.
De inmediato perdió la consciencia, al no ser porque algo le quitó de repente la manta, él dormiría como un bebé hasta el amanecer.
—¿Qué pasa Luis?, ¿por qué me quitas la precisa? —murmuró molesto sin abrir los ojos.
El frío le erizó la piel, y entonces… un estruendo hizo que brincara de la cama, buscando por instinto su arma. Allí estaban, frente a él, unas calaveras ensangrentadas danzantes, mirándole con ojos amenazantes de fuegos.
Despavorido, vio a Luis en la cama contigua, entre círculos de tiza en el suelo; inmóvil, como si nada pasara. Sin pensarlo, salió corriendo, envuelto en la manta, con el corazón en la boca a través de la oscuridad. ¡Los espantos lo echaron por irrespetuoso! ¿Qué le costaba pedirle a Luis que lo incluyera en sus oraciones?
Fuente: Imagen de Craig Bak en Pixabay
Fin
Un cuento original de @janaveda
Imagen de Detlev Hille en Pixabay
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Muchas gracias por leerme, espero sea de su agrado.
English version
The Ghosts of the Barracks
It was his first night at the barracks, a late 19th-century installation that had withstood several bloody revolts. The room he had been assigned was on the top floor, cold and permanently dim. For some strange reason, the light bulbs burned out as soon as they were replaced. Electricians attributed the fault to the deterioration of the wiring due to age, or to some inaccessible short circuit within the thick concrete and stone walls.
Only an eccentric officer would be his roommate. He heard rumors that no one but him had endured a night there: they all fled in terror on the first night, men forged for combat but chased away to tremble by supposed specters.
After the chores, Pedro, already tired, prepared to enter the room. There was Luis, with a cigar in his mouth and covered with a white blanket, reciting inaudible prayers between his teeth.
"What are you doing, Luis?"
"Inviting protection from the spirits."
Pedro looked at him through the candlelight, the strong smell of burnt wax mixed with tobacco smoke flooded his nose, and he said to himself, "Well, at least it's not rancid with fart." He took off his boots, and half-undressed, he got into the narrow bed, covering himself with the blue, cottony, and elastic blanket, from head to toe.
He immediately lost consciousness, and if it were not for something that suddenly pulled the blanket off him, he would sleep like a baby until dawn.
"What's wrong Luis? Why are you taking off my blanket?" he murmured, annoyed, without opening his eyes.
The cold made his skin bristle, and then... a crash made him jump out of bed, instinctively looking for his weapon. There they were, in front of him, dancing, blood-soaked skulls, staring at him with fiery, threatening eyes.
In a panic, he saw Luis in the next bed, among circles of chalk on the floor; motionless, as if nothing was happening. Without thinking, he ran out wrapped in the blanket with his heart in his mouth through the darkness. The ghosts kicked him out for being disrespectful! How hard would it have been to ask Luis to include him in his prayers?
Source: Image by Craig Bak on Pixabay
The End
An original short story by @janaveda
Image by Detlev Hille on Pixabay
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Suerte mi estimado Javier.
Se ve, pasaban frío en el cuartel, sabía que además de fumar, mascan chimó para espantarlo, pero no conocía el término La precisa, para referirse a la cobija y lo confirme con el traductor que me dijo: Frazada.
Yo no fui al cuartel, pero tengo los cuentos de un recluta renuente, mi padre, que durmió toda la noche en la primera guardia del polvorín y otros cuentos más humorísticos que de miedo.
Hasta mañana.
Gracias mi amigo. Que tengas feliz noche y una buena sección de edición con tu hija: ella escribe muy bien. Dale mi saludos.
Con gusto, ya me comentarás mañana. (y)
¡Jajajaja! Está buenísimo ese giro del final, no me lo esperaba 🤣. Saludos y mucho éxito en el concurso @janaveda 🤗.
Sí, el miedo es libre, y hace correr al más pintado.
Gracias por tus buenos deseos.
¡Por falta de respeto! Yo me pregunto qué le harán esos espíritus a Pedro si lo vuelve a hacer. Aunque no creo que vuelva, ja, ja, ja.
Me encantó leerte, @janaveda 🙃
¡Volver..! De seguro que no. Pero... me queda la duda sobre la negociación de Luis con esas presencias.
Gracias por pasar. Que tengas un excelente día.
Realmente una historia muy entretenida. Reí al final y con lo de la "pecueca", jeje. Manejas un muy buen humor en la historia. Excelente trabajo.☠️
Gracias por compartir.
Buena tarde.
Que bueno que le haya gustado. Si bien, explora el género del terror y el miedo, por qué no darle, un toque de sutil humor... ¿verdad?
Gracias por pasar.
Se sabe que las mantas son una armadura infalible para espantos, espíritus y fantasmas. Parece que no funcionan con calaveras...
¡Felicitaciones! Participando.
Gracias @suspiria. Feliz día.
Saludos @janaveda.
en mi tierra dicen, zape, de que vuelan vuelan.
Me gustó el sabor venezolano que imprimiste al relato.
Éxito
¡Sí..! Tus paisanos tienen mucha razón: ¡... De que vuelan, vuelan! No tengas la menor duda.
Gracias por tus buenos deseos. Saludos.
A mí me quitan la sabana a media noche y yo me desmayo en el acto, para poder fingir al otro día que todo fue solo un sueño jajaja... soy demasiado cobarde.
Llego un poco tarde por aquí, pero no demasiado para dejar mi voto.
Mucha suerte en el concurso
Gracias estimada @isauris. Siempre es un placer leer tus comentarios, así que nunca llegan tarde. Por cierto, Dios quiera que nunca te quiten la manta de esa forma a medianoche, ni mucho menos que te inviten a bailar espectros con los ojos humeantes. Ja, ja, ja.
Saludos.