Autocomprensión, autoconciencia y elocuencia, tres puntos base para responder y opinar [esp-eng]

Comenzaré mi punto con parte del comentario que realice en el trabajo del amigo @emiliorios, un tema que amplía el pasado sobre esas opiniones agresivas y los efectos que tenían en nosotros, esta vez nos plantea, siguiendo la línea, el tema ¿cómo opinar y responder sabiendo que en medio de estas hay más mentiras que verdades.

“Estamos deambulando en un mundo donde las "realidades individuales" parecen ser sacadas de los más extravagantes cuentos. En ellos hay "verdades" inventadas con fundamentos irracionales e hipótesis hipócritas.”

Este pensamiento nace en parte por las redes sociales. Siempre he dicho que “detrás de una pantalla todos son valientes” y es que sin miedo al enfrentamiento lanzan veneno escondido entre la ortografía y gramática, aunque muchas veces estas tienen infinitos errores garrafales al igual que sus puntos de vista.

Pero en medio de esto debemos ser conscientes, que como individuos no tenemos la razón del mundo en nuestra mente, y por ende, tampoco tendremos la razón siempre y hay que tener altura de miras tanto para recibir y enviar respuestas.

Sin embargo, esto no ocurre en gran medida, se suele terminar enfrascado en recalcar el punto de vista personal, el enojo hace lo suyo y al final de cuentas, las respuestas que se envían, como si estas fuesen una cadena de acero, se distienden del tema central y parece que saltan de ramas en ramas, es ahí que el punto inicial se convierte en una “ensalada de frutas”.

Por otro lado, cuando se les refleja de forma educada su error, estos se ofenden, la persona “falsamente agraviada” se ofusca y comienza a despotricar en cada respuesta, es hay que emerge una dificultad ante el o ella. Esto se debe a que hoy en día, las redes sociales guardan sus normas de uso, entre ellas se promueve la “no agresión” sin embargo, está tiene sus fallas y muchas veces “pasan” las ofensas o las dejan pasar.

No obstante, si la respuesta, opinión o punto de vista, fue escrito como si una víbora tecleara el teclado o la pantalla táctil del celular, y esta respuesta es bloqueada, pareciera que la ira explota y recurren a enviar mensajes privados, poco menos diciendo la fecha y hora de nuestro deceso.

¿Pero por qué ocurre esto?
La respuesta es sencilla, el punto de vista que entregamos de manera educada derrumbó su castillo de arena de mentiras, es como si fuésemos esa ola de mar que arrasa con la falacia qué juraban era fidedigna, de ese modo, quedan mal ante el resto de usuarios que también expresaban sus comentario y al final termina siendo el blanco de burlas.

Imaginen que si vivimos estos episodios en una red social y se desatan las iras ¿cómo será debatir en la realidad? Muchas veces hay personas que se cierran en sus ideales, juran y perjuran qué están en lo correcto. Me ha pasado algunas veces, ofrezco mi punto de vista y la respuesta no llega de la mejor manera por más que vaya de manera educada y use un tono verbal tranquilo.

Es por esto, que analizando las situaciones y observando a los participantes del diálogo doy mi opinión sobre el tema u omito palabra alguna.
Es ahí cuando hago cátedra a la fabula del “Lobo y el Burro”: en esta fábula, el burro asevera qué el cielo es amarillo, el lobo le hace ver su error diciendo que el cielo es azul. No obstante el burro continúa jactándose de ser el dueño de la verdad y los ánimos se acaloran.
Al ir a consultar al león, quien es el rey, ambos personajes plantean su punto y para sorpresa del lobo, el león da la razón al burro. El burro feliz se va, sin embargo el león le dice al lobo “es mejor dar la razón a alguien que por más que le enseñes la realidad jamás la verá”.

Por ese motivo, muchas veces omito mis respuestas ante personas que actúan como el burro de la fábula, al final nos enojamos porque no aceptan la realidad y quedamos con un sinsabor amargo.

¿Pero cómo debemos opinar y dar nuestras respuestas?

Debería ser con conocimiento del tema, sin inventar historias, hipótesis o sucesos que jamás existieron.
Dar una respuesta de manera elocuente y educada sería la clave para una buena comunicación, sin embargo esto sería pedir peras al olmo.

Por otro lado, ya sabemos que todos no opinamos del mismo modo, pero cuando se debate de manera adulta se puede llegar a nuevos puntos, quizás algunos que jamás habíamos notado.

No obstante, debemos recordar que no sabemos todo, y si en el proceso aprendemos algo será una ganancia personal.

Y lo más importante sería reconocer con quién podemos intercambiar ideas y opiniones, tanto en la vida cotidiana como en redes sociales.
Además, no responder a comentarios que contengan sandeces, ya sabemos lo que puede ocurrir.

No piensen que me jacto de perfecta, estoy lejos de serlo, pero hago caso a una frase que para mi es muy poderosa “discutir con alguien que no comprende más allá de sus verdades sería solo ganar el trofeo más barato”.

Sé feliz, rodearte de buena gente, no respondas a quien no lo merece y ante todo resguarda tu paz mental.

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English

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I will begin my point with part of the comment I made on the work of my friend @emiliorios, a topic that expands on the past regarding those aggressive opinions and the effects they had on us. This time, following the same line of thought, he raises the topic how to express opinions and respond knowing that among these there are more lies than truths.

"We are wandering in a world where 'individual realities' seem to be taken from the most extravagant tales. In them there are 'truths' invented with irrational foundations and hypocritical hypotheses."

This thought stems in part from social media. I have always said that "behind a screen, everyone is brave," and without fear of confrontation, they spew venom hidden among spelling and grammar, even though these often contain endless blunders, just like their points of view.

But in the midst of this, we must be aware that as individuals we do not have the truth of the world in our minds, and therefore, we will not always be right, and we must be broad-minded both in receiving and sending responses.

However, this does not happen to a large extent. We often end up getting caught up in emphasizing our personal point of view, anger does its thing, and in the end, the responses we send, as if they were a chain of steel, stray from the central theme and seem to jump from branch to branch, and that is when the initial point becomes a "fruit salad."

On the other hand, when their mistake is politely pointed out, they take offense, the "falsely aggrieved" person becomes confused and begins to rant in each response, and that is where a difficulty arises for him or her. This is because today, social networks have their own rules of use, including the promotion of "non-aggression." However, these rules have their flaws, and often offenses are "overlooked" or ignored.

Nevertheless, if the response, opinion, or point of view was written as if a snake were typing on the keyboard or touch screen of a cell phone, and this response is blocked, it seems that anger explodes and they resort to sending private messages, saying little less than the date and time of our death.

But why does this happen?
The answer is simple: the point of view we politely presented shattered their sandcastle of lies. It's as if we were that wave that sweeps away the fallacy they swore was true. In this way, they look bad in front of the other users who also expressed their comments, and in the end, they become the target of ridicule.

Imagine if we experience these episodes on social media and anger is unleashed. What would it be like to debate in real life? Often, people close themselves off to other ideas and swear they are right. It has happened to me a few times. I offer my point of view, and the response is not the best, even though I am polite and use a calm tone of voice.

That is why, after analyzing the situations and observing the participants in the dialogue, I give my opinion on the subject or refrain from saying anything at all.
That is when I teach the fable of "The Wolf and the Donkey": in this fable, the donkey asserts that the sky is yellow, and the wolf points out his mistake by saying that the sky is blue. However, the donkey continues to boast that he is the owner of the truth, and tempers flare.
When they go to consult the lion, who is the king, both characters make their points, and to the wolf's surprise, the lion agrees with the donkey. The donkey leaves happily, but the lion says to the wolf, "It is better to agree with someone who, no matter how much you teach them the reality, will never see it."

For this reason, I often refrain from responding to people who act like the donkey in the fable. In the end, we get angry because they do not accept reality, and we are left with a bitter taste in our mouths.

But how should we express our opinions and give our answers?

It should be with knowledge of the subject, without inventing stories, hypotheses, or events that never existed.
Giving an eloquent and polite answer would be the key to good communication, but this would be asking for the impossible.

On the other hand, we already know that we don't all have the same opinion, but when we debate in a mature way, we can reach new points, perhaps some that we had never noticed before.

Nevertheless, we must remember that we do not know everything, and if we learn something in the process, it will be a personal gain.

And the most important thing would be to recognize with whom we can exchange ideas and opinions, both in everyday life and on social media.
In addition, do not respond to comments that contain nonsense; we already know what can happen.

Don't think I'm bragging about being perfect, I'm far from it, but I heed a phrase that is very powerful to me: "Arguing with someone who doesn't understand beyond their own truths would only be winning the cheapest trophy."

Be happy, surround yourself with good people, don't respond to those who don't deserve it, and above all, protect your peace of mind.

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Las imágenes usadas fueron creadas en canva con recursos gratuitos.
El texto fue traducido con la ayuda de Deepl versión free.

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