Alma sola

Imposible fue sostener el aire
Se escapaba de mi en cada segundo de angustia
Las palabras no eran problema sino los silencios
Aquellas pausas inaudibles
Aquellos días contados en ausencias absolutas

No era refugio ni menos morada
Era rancho abandonado con hojas secas de árboles ajenos
Amaneceres se hicieron eternos
Mientras la voz esperada nunca hablaba
Los grillos aturdían mis odios
Sin la menor promesa

El abandono tocaba la puerta con el viento
Se abría espacio en rendijas
Estrechando los rincones
Se hacia grande en los salones
Cada paso escuchado no fue sino de ilusiones
Con el alma sola.

Poema: Irene Navarro (2024)
Imagen: Joven decadente de Ramón Casas

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