Spanish

Hola a todos, leyendo el tema que nos trae @danielvehe sobre las normas, ciertamente me hizo recordar varias ocasiones, incluso en la escuelita donde esto pasó, donde las normas, incluso las creadas por preferencias, estuvieron jugándome en contra, llegando a puntos donde terceros tenían que intervenir, por lo que, reafirmando lo que Daniel nos comenta, muchas veces dan más importancia a el seguir todos la norma más allá de esos factores humanos que nos pueden hacer no poder, por una u otra razón, seguirlas al pie de la letra, pero no dejar de unirnos, como explica él, con el tema de la educación.

Verán, para contarles un poco todas mis experiencias, comenzaré con una anécdota ocurrida cuando tenía 7 añitos. En esos años comenzaba a participar en declamaciones y un festival llamado Puerta del Llano de la mano de una hermosa profesora que adoro con mi corazón. La cosa es que en un evento de reinas tenían que llevar a una candidata para que representara a la escuelita y acá es donde pasó el asunto. La directora de esta escuelita era alguien a quien podría decirse que no le simpatizaba todo el mundo y ella, en su afán de hacer las cosas a su norma, quería que otra amiga mía ocupara mi lugar y fuera al sitio. La cosa es que no era porque fuera más o menos, sino porque en su norma debía ir una niña que cumpliera con su estándar físico y de tono de piel (para no ser tan directa), por lo que obviamente muchos se molestaron y ella seguía que tenía que ser con sus normas.

Al final, luego de un reclamo por mayoría, pude participar y, para suerte, quedé de reina, aunque bueno, fue una experiencia que me fue abriendo poco a poco los ojos con respecto a este tipo de imposiciones. O sea, entendemos que hay reglas y que son por un motivo, pero hay veces que estas pueden no ser condescendientes con los casos de excepción o a veces son colocadas por motivos personales. En el liceo, el tema de uniformes iba más allá de una norma estricta; era más por gustos, aunque ciertamente había una excepción en esta para que, en caso de no poder tener uniformes o tal vez no poder mantenerlo limpio en la semana, poder expresarlo e ir uno o dos días a clases, siempre y cuando sea a estudiar. En ocasiones veíamos cómo esto solo se cumplía si eras favorito de la dirección, lo cual era injusto para aquellos que sí querían estudiar, pero no les permitían ni entrar.

Y la cosa es que este tipo de normas no solo se encuentran a nivel educativo, porque sí, por ejemplo, en la universidad a veces pasa incluso; sin embargo, en el hogar podemos llegar a tener este tipo de sobreexigencias disfrazadas de normas que van por encima de las verdaderas posibilidades que tengamos. Otra anécdota como ejemplo sobre esto es una pequeña época de universidad donde pasaba lo siguiente: en casa comenzó una norma de excelencia que iba más allá de la comprensión de lo que realmente requería la carrera que estudiaba, en mi caso Ingeniería Informática, cosa que esta por sí sola exige que estés muchas horas de dedicación a entender códigos y todo esto en una computadora que es el medio base.

Ciertamente, el verme mucho tiempo en la computadora generó esta norma en la que no podía estar casi allí y que usara libros, pero no tenía nada de libros de informática, cosa que puso en juego mis estudios, ya que no era mi culpa, sino la norma. Por suerte, en mi caso esto se pudo solventar con conversaciones, pero aun así hay ocasiones donde las normas pasan por encima de nosotros y, por más que tratamos, no logramos safarnos de estas.

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Y en cada aspecto de nuestra vida, incluso podemos hacer así con nosotros mismos, cerrarnos con alguna cosa o acción por más que no podamos cumplirla o estemos limitados, trayéndonos un problema y afectándonos. Así que, bueno, toda norma debería tener consideraciones y estar adaptada al entorno o situación que se presente para que así pueda tener un impacto positivo en vez del negativo, siendo este mi punto de vista, así que sin más, espero sea de su agrado y gracias por leer.

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English

Hello everyone, reading @danielvehe topic about rules certainly reminded me of several occasions, including at the school where this happened, where the rules, even those created by preference, worked against me, reaching points where third parties had to intervene. Therefore, reaffirming what Daniel tells us, we often give more importance to everyone following the rules beyond those human factors that can prevent us, for one reason or another, from following them to the letter, but still unite us, as he explains, on the subject of education.

You see, to tell you a little about all my experiences, I'll start with an anecdote that happened when I was 7 years old. During those years, I was beginning to participate in recitations and a festival called Puerta del Llano, guided by a beautiful teacher whom I adore with all my heart. The thing is, at a queen event, they had to bring a candidate to represent the school, and this is where the matter arose. The principal of this little school was someone who, arguably, wasn't liked by everyone, and in her eagerness to do things according to her own rules, she wanted another friend of mine to take my place and go to the school. The thing is, it wasn't because I was more or less, but because her rule was that a girl who met her physical and skin tone standard was required (not to be so direct), so obviously many were upset, and she insisted that it had to be with her rules.

In the end, after a majority protest, I was able to participate and, luckily, I was the queen. Although, well, it was an experience that slowly opened my eyes to this type of imposition. I mean, we understand that there are rules and that they are there for a reason, but sometimes these may not be lenient in exceptional cases, or sometimes they are imposed for personal reasons. At high school, the issue of uniforms went beyond a strict rule; It was more a matter of taste, although there was certainly an exception to this: if you couldn't afford uniforms, or maybe couldn't keep them clean during the week, you could express your opinion and go to class one or two days a week, as long as it was to study. Sometimes we saw how this only applied if you were the school's favorite, which was unfair to those who did want to study but weren't even allowed in.

And the thing is, these kinds of rules aren't only found at the educational level—yes, they do, for example, sometimes even at university. However, at home, we can experience these kinds of excessive demands disguised as rules that go beyond our true capabilities. Another anecdote as an example of this is a brief period in university where the following happened: at home, a standard of excellence began that went beyond understanding what the degree I was studying actually required, in my case, Computer Engineering, which in itself requires many hours of dedication to understanding codes, all on a computer, which is the basic medium.

Certainly, spending so much time on the computer created this rule that I could hardly be there and that I used books, but I didn't have any computer books, which jeopardized my studies, since it wasn't my fault, it was the rule's. Luckily, in my case, this was resolved with conversations, but there are still times when the rules override us, and no matter how hard we try, we can't get rid of them.

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And in every aspect of our lives, we can even do this to ourselves: we shut down something or do something even if we can't fulfill it or are limited by it, causing problems and affecting us. So, well, every rule should take into consideration and be adapted to the environment or situation at hand so that it can have a positive impact instead of a negative one. This being my point of view, so without further ado, I hope you like it and thank you for reading.

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